Las 3 de la tarde del 27 de febrero de 2013. Era un caluroso día de verano en Santiago. En el Local 509 de ACuenta Santa Rosa, en la comuna de la Granja, pasaba lentamente la tarde. De pronto, dos sujetos entran al local a punta de pistola y se dirigen violentamente a una cajera con 5 meses de embarazo tratando de arrebatarle el dinero de su recaudación. Los guardias Félix Antinoa Tureo y Ricardo Galaz Peña, desarmados se lanzan sobre los antisociales para repeler al atraco y defender a su compañera.
Allí comienza a desencadenarse la tragedia. Los delincuentes abren fuego contra los trabajadores sin ningún miramiento. Félix Antinoa recibe un impacto en el rostro, mientras que su compañero, Ricardo Galaz, fue herido de gravedad en su abdomen y mano. Lesionados de gravedad, ambos son trasladados en estado grave al hospital de Padre Hurtado y luego a al ACHS.
Han pasado un año y medio del atraco y las consecuencias aún están presentes. Afortunadamente, Félix Antinoa se recuperó de sus heridas faciales y se ha reincorporado a su trabajo. Sin embargo, Ricardo Galaz no ha tenido la misma fortuna.
El guardia, que al momento de ser gravemente herido no cumplía un mes de trabajo, ha sufrido un largo y doloroso proceso de recuperación que aún no termina y solamente en estas últimas semanas recién ha regresado a cumplir media jornada de trabajo en el local, como parte de la terapia de rehabilitación.
Durante este tiempo, no ha habido ningún tipo de ayuda de Walmart Chile, salvo dos cajas de mercadería, que el entregó a su esposa la administración de local con la frase: “Y no hay más”.
SINDICATO INTEREMPRESA LÍDER DEL HOLDING WALMART: LOS GUARDIAS ARRIESGAN SU VIDA POR NADA
Rodrigo Aguilar, encargado del Formato ACuenta del Sindicato Interempresa Líder del Holding Walmart, ha denunciado en reiteradas oportunidades las precarias condiciones laborales y de seguridad de los guardias en la empresa.
“Los locales de ACuenta están ubicados en zonas de alta conflictividad y expuestos a un alto grado de riesgo de ser víctimas de la delincuencia. Inclusive existen bandas organizadas que se han especializado en asaltar y robar en estos supermercados. Sin embargo, no existen medidas de seguridad adecuadas. Los guardias están desarmados, sin implementos de protección adecuados al peligro de su actividad, y no hay más de dos por local, lo que es absolutamente insuficiente ante una situación conflictiva o un agresión”, señala Aguilar.
Otra denuncia reiterada es que los guardias son obligados a realizar la carga y descarga de productos e incluso realizar aseo en los locales. “Hemos fiscalizados a guardias cortando el pasto, cargando camiones e, incluso, limpiando baños. Lo que está prohibido expresamente por el OS10 de Carabineros, que es el organismo que regula la actividad de los trabajadores de seguridad. Esto aumenta las condiciones de riesgo, ya que están ocupados en otras labores y no en lo que les corresponde, que es la seguridad de los clientes y trabajadores”, agrega el líder sindical.
Para Aguilar los guardias de ACuenta arriesgan su vida por nada.
“La empresa no muestra ninguna preocupación por quienes son expuestos a un peligro inminente. Es más, en el caso de don Ricardo Galaz, ha existido una insensibilidad muy grande por las condiciones en que quedó tras ser herido defendiendo al local de un asalto. No hay ayuda o preocupación por su situación. Incluso, este compañero ha tenido un menoscabo en su situación económica ya que por no poder trabajar, no se le paga el bono que le corresponde como guardia, y solo sobrevive con el escaso pago por licencias médicas. Y Walmart, la mayor empresa de supermercados del país, mira para el lado”, agrega Aguilar.
LA AYUDA SOLO ES DE PARTE DEL SINDICATO
Hasta ahora, el Sindicato Interempresa Líder del Holding Walmart ha asumido la entrega de ayuda solidaria al trabajador a través de su Área de Bienestar y el departamento de Condiciones Laborales e Higiene, lo está asesorando en materias de salud y previsión.
“El sindicato ha tenido que asumir la responsabilidad que le compete a la empresa. No vamos a dejar solo a nuestro socio, pero creemos que Walmart debe cuidar de sus trabajadores, especialmente a aquellos que arriesgan todos los días su vida para cuidarles el negocio por una sueldo muy bajo y sin condiciones de seguridad”, puntualiza Aguilar.
UN RIESGO QUE CRECE
En una crónica aparecida en El Mercurio, el pasado 16 de junio, según la ONG Víctimas de la Delincuencia, los planes de prevención policial han hecho migrar a los ladrones hacia objetivos como los servicentros y supermercados, en especial, los de pequeño formato. Allí, señala un estudio de la citada ONG, los asaltantes operan rápidamente y consiguen montos no muy elevados que, generalmente, les sirven para droga, vestimenta o fiestas el fin de semana.
En Base a estadísticas de denuncias policiales aportadas por las empresas afectadas, se consigna que durante 2013 en la Región Metropolitana hubo 565 asaltos a supermercados. De ellos, 93 ocurrieron en Maipú, más atrás le sigue Puente Alto con 42 y luego Santiago, con 38. La mayoría de estos delitos se concentró en los días viernes, entre las 20:00 y 21:00 horas.
Según explica el diputado RN Gonzalo Fuenzalida, miembro de la Comisión de Seguridad Ciudadana y fundador de la ONG Víctimas de la Delincuencia, “Estos datos son relevantes. Indican que el camino es focalizar los esfuerzos policiales. Estamos frente a un fenómeno que causa temor, porque estas bandas no operan de forma sigilosa o en despoblado. Lo hacen a vista y paciencia de clientes”.
Y ese modus operandi, según el capitán Francisco Painepán, del OS–9 de Carabineros, obedece a que “se trata de infractores jóvenes, de entre 15 y 20 años, básicamente, que no miden consecuencias por su corta edad. Llegan y asaltan sin importar la cantidad de gente que hay en el lugar. Ellos solo quieren dinero, bienes, y quieren escapar rápido”.
Una opinión similar tiene Rodrigo Aguilar, del Sindicato Interempresa Líder del Holding Walmart. “Los supermercados de formato económico están en una zona de alto riesgo. Los delincuentes tienen a sus víctimas en zonas periféricas y con escasa seguridad. Y las consecuencias la pagan los trabajadores”.