La Contraloría General de la República ha ordenado la desclasificación de los archivos de tortura de la Comisión Valech II. Esto, a petición del Instituto Nacional de Derechos Humanos. Los documentos dan cuenta de nombres de torturadores y lugares de detención que debían permanecer en secreto durante 50 años, prorrogando la impunidad y la vergüenza nacional. Hoy, gracias a Contraloría los antecedentes serán puestos a disposición de los jueces que llevan causas por violaciones a los derechos humanos. No está demás recordar que desde la misma década del ‘70, quienes llevaron la bandera de la dignidad contra la impunidad fueron la Vicaría de la Solidaridad y las diferentes Agrupaciones de Derechos Humanos, y de no ser por estas instancias de lucha no habría militares asesinos presos ni continuarían los procesos aún en curso. De haber dejado fluir sin presión la política “en la medida de lo posible”, impuesta por el siniestro Patricio Aylwin y su ejército político de abadones y judas, comandados por Enrique Correa y Edgardo Boeninger, en Chile reinaría la absoluta impunidad. Pinochet tendría hasta un monumento.
En Chile debe imponerse la verdad, la justicia y el castigo, sin contemplaciones para los violadores de los derechos humanos, civiles y militares. Para ejecutores y cómplices. Las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas chilenas y sus patrones de la derecha sólo tienen parangón con las inmundicias nazis. No puede ser que sigamos conviviendo con asesinos y torturadores que están pasando piola. Tampoco es posible que los cómplices civiles, que instigaron, justificaron o callaron ante los crímenes que se cometían continúen sin sanción. Algunos de ellos son, para ejemplificar: Agustín Edwards, Sergio Melnick, Raúl Hasbún, Ambrosio Rodríguez, Sergio Onofre Jarpa, Alberto Cardemil, Hermógenes Pérez de Arce, Pablo Rodríguez y un largo etcétera. La lucha por verdad y justicia no debe cesar jamás, a pesar de la inmoralidad de algunos. Es cosa de hacer memoria: Eduardo Frei y Ricardo Lagos, entre otros, se jugaron la vida por rescatar a Pinochet de la justicia inglesa, y en el año 2009 dirigentes e “intelectuales” comunistas ofrendaron un cóctel al milico Labbé, en ese tiempo alcalde de Providencia, por su aporte a la cultura, existen fotos de la cordial y regada reunión. Ni olvido ni perdón.