La colaboración de los servicios de inteligencia de Estados Unidos con militares golpistas chilenos resultó clave en el asesinato de dos estadounidenses en 1973, reveló hoy un documento judicial de un magistrado que investiga los crímenes. El excapitán de Marina norteamericana Ray E. Davis proporcionó información a las autoridades chilenas sobre el periodista y cineasta Charles Horman y el estudiante universitario y pacifista Frank Teruggi, destaca el texto del magistrado Jorge Zepeda.
La denuncia de Davis provocó la detención y ejecución de Horman y Teruggi unos días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno constitucional de Salvador Allende, informa la página digital del diario The New York Times, al cita un fallo judicial emitido ayer.
El documento de Zepeda recoge declaraciones de testigos estadounidenses quienes reconocieron que tanto Horman como Teruggi pidieron ayuda para salir de Chile al consulado y a la embajada estadounidenses en Santiago, pero se les negó.
Horman fue arrestado seis días después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 y llevado hasta el Ministerio de Defensa, donde fue interrogado por personal de inteligencia chileno.
Al día siguiente temprano apareció baleado y fue enterrado como una persona no identificada en el cementerio de Santiago, precisa el rotativo.
Peruggi fue detenido el 20 de septiembre y conducido al campo de prisioneros del Estadio Nacional, donde fue asesinado.
Horman realizaba un documental sobre el asesinato en 1970 del entonces comandante en jefe del Ejército, general Rene Schneider, para impedir la asunción al poder del presidente Salvador Allende, y Teruggi ya en 1972 había sido clasificado por militares de su país como subversivo, según el Times.
Davis investigaba a estadounidenses en Chile como parte de una serie de operaciones de inteligencia secretas, prestando atención a los que se consideraban subversivos o radicales, según el abogado Sergio Corvalán, representante de la viuda de Horman.
El juez Zepeda también confirmó las acusaciones de complicidad del coronel chileno retirado Pedro Espinoza y de Rafael González, un exagente de contraespionaje civil.
Ambos chilenos y Davis fueron acusados en 2011 del asesinato de Horman y Teruggi.