Los profesores Guillermo Grenier y Hugh Gladwin de la Universidad Internacional de la Florida se decidieron a responder una vez más esa pregunta en la más reciente edición de la singular encuesta que ellos han realizado con regularidad durante los últimos 20 años, en la que participan 1.000 cubanoamericanos del condado Miami-Dade, conocido por su posición de línea dura en contra del gobierno de Cuba, intolerancia ante las voces razonables y brazos abiertos a los terroristas “por la causa”.
Este tema confirma una tendencia constante hacia la moderación entre el público objetivo y una esperada brecha de opinión entre los recién llegados (los que vinieron después de 1994), jóvenes adultos (18 a 29 años), cubanoamericanos de segunda generación y los “exiliados” tradicionales.
La tendencia ha alcanzado un punto de viraje que hace que los representantes del condado en la capital de la nación estén fuera de sincronización con sus electores, con la excepción del representante García (demócrata) –hasta cierto punto.
Los resultados generales fueron:
Total-entrevist./Jóvenes-adultos/Recién-llegados
Por terminar el embargo 52% 62% 58%
Por relaciones diplomáticas 68% 90% 80%
Por libertad de viajes 69% 89% 80%
Lo más importante, la encuesta hace evidente la necesidad de que los cubanoamericanos menores de 30 años, así como los que llegaron en las últimas dos décadas, se inscriban y participen en el proceso eleccionario a fin de que estas cifras sean significativas.
Consideren los resultados de la encuesta que:
• Los electores inscritos se dividen en la cuestión del embargo, mientras que los jóvenes adultos se oponen claramente a él.
• 83% de los NO inscritos para votar quieren renovar los lazos diplomáticos, comparados con el 55% de los electores inscritos.
• Mientras que 58% de los electores inscritos apoyan el derecho de todos a viajar a Cuba, es mucho menos que el 89% de jóvenes cubanoamericanos que se oponen a la prohibición de los viajes.
Las consecuencias de la baja tasa de inscripción de electores entre los cubanoamericanos más jóvenes es también pronunciada en el caso de la inclusión de Cuba en la lista de Estados Promotores del Terrorismo que publica el Departamento de Estado, lo cual significa una segunda capa de sanciones contra Cuba: 65% de los jóvenes adultos entrevistados piensan que Cuba debe ser sacada de la lista, pero solo 30% de los electores inscritos que respondieron están de acuerdo.
Esta encuesta sugiere que el medio más importante y permanente para lograr un cambio positivo en la política norteamericana hacia Cuba es inscribir y movilizar a electores en el condado de Miami-Dade. Aunque Obama demostró que el voto cubanoamericano no es esencial para ganar la Casa Blanca y Hillary Clinton (supuestamente la candidata presidencial en 2016) recientemente ha seguido al actual candidato a la gubernatura de la Florida, Charlie Crist, en declarar su oposición al embargo, las elecciones congresionales son igualmente importantes.
Es más, puede que sean aún más importantes, teniendo en cuenta que gran parte de la política norteamericana hacia Cuba está codificada en las leyes congresionales. La representante Ros-Lehtinen (republicana) utiliza su condición de antigüedad para obligar a colegas a que se opongan al trato con Cuba y el senador Rubio (republicano) amenaza con bloquear nominaciones presidenciales y usar el filibusterismo para perpetuar el impasse Estados Unidos-Cuba. Además, aliados locales como la representante Wasserman-Shultz (demócrata) no dudan en usar la estructura eleccionaria de su partido para utilizar el control de la zanahoria y el garrote sobre decisores de política y candidatos.
A nivel congresional, uno pudiera esperar que las elecciones respondieran más a la opinión de los electores. Sin embargo, a pesar de que 57% de electores inscritos dijeron a esta encuesta que ellos votarían por un candidato “que apoye la sustitución del embargo por una política que aumente el apoyo a los propietarios de negocios independientes en Cuba”, los legisladores que no están de acuerdo 100% con este sentimiento han sido elegidos y reelegidos en un período tras otro.
Esto nos lleva a unas pocas preguntas que me gustaría que los encuestadores agregasen a su próxima ronda de llamadas telefónicas.
Para los electores inscritos:
¿Qué importancia tiene para decidir su voto la posición de un candidato acerca de la política hacia Cuba?
Para los encuestados no inscritos para votar:
¿Hay alguna razón para que usted decida no participar en la votación?
¿Puedo visitarle ahora en su casa e inscribirle personalmente?
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