Los extremistas en Alemania persiguen sus objetivos cada vez con mayor frecuencia con el uso de la violencia y en particular los delitos de transfondo político de extrema derecha contra extranjeros van en aumento, informaron fuentes oficiales.
La Oficina Federal de Criminalidad (BKA) registró en el 2013 un total de 31 mil 645 delitos con motivación política, mientras en 2012 fueron 27 mil 440, el 69.9 por ciento estuvieron directamente conectados como el extremismo de derecha.
Los datos fueron presentados por el Ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziere, y el presidente de la Oficina Federal de Protección a la Constitución, Hans Georg Maassen.
Indicaron que el número de extremistas de derecha en Alemania que han sido plenamente identificados por las autoridades de seguridad son 21 mil 700 personas, de ellos nueve mil 600 son violentos y más de un 25 por ciento son neonazis.
Los partidos alemanes que son catalogados como neonazis por la Oficina Federal de Protección a la Constitución son el NPD (Partido Nacionaldemocrático de Alemania), La Derecha (DieRechte) y el Movimiento Civil Pro-Renania del Norte Westfalia (Bürgerbewegung pro NRW).
De nueva formación es el partido neonazi “El Tercer Camino”, que se fundó en septiembre 2013. Los neonazis observan actualmente con gran interés la evolución de ese partido.
La militancia en ese sector se manifiesta en el elevado nivel de actos de violencia, cuyo punto de partida es la instigación en contra de diversos “grupos enemigos”, así como extranjeros (Fremde) y oponentes políticos.
El partido “Movimiento Civil pro-NRW” sostiene como argumento para la agitación que Alemania y Europa se están islamizando y por lo tanto corren gran peligro.
La agitación se dirige contra solicitantes de asilo político e inmigrantes, y cada vez más contra los gitanos (etnias Sinti y Roma).
Su potencial de violencia también se muestra en la cantidad de armas que les han sido decomisadas en diversas operaciones de cateo.
Como argumento alertan a los conciudadanos a evitar “la amenaza de muerte que corre el pueblo alemán” y justifican sus actos de violencia como medidas urgentes de defensa, ya que el enemigo al que presuntamente enfrentan es súper poderoso y los medios legales no alcanzan para frenarlo.
La Oficina Federal de Protección a la Constitución calificó a ese sector político de argumentar irracionalmente y de estar plagado por imágenes apocalípticas y fantasías de violencia.
En esa categoría se inserta ahora la Célula Clandestina Nazi (NSU), que asesino a ocho extranjeros y a una alemana durante 10 años sin que la policía ni los funcionarios detectaran un trasfondo político en esos asesinatos.
El blanco fueron principalmente pequeños empresarios turcos y los miembros vivos de la célula están siendo juzgados desde principios de este año en Munich.
El caso causó una conmoción en Alemania cuando salió a la luz la falta de interés que mostraron en su momento las autoridades alemanas para esclarecer los casos, a los que habían calificado de ser meros “ajustes de cuentas entre extranjeros”.
“La violencia de extrema derecha se ejerce en forma espontánea la mayoría de las veces”, de acuerdo con el Reporte y esos actos son atribuidos principalmente a la escena neonazi alemana.
“La tendencia en la extrema derecha en Alemania que se observa desde hace años de que cada vez se actúa menos en el marco de una organización y se actúa más en esquemas informales de cooperación y coordinación, avanzó en el 2013”.
En el Reporte 2014 se puso de manifiesto que un gran peligro para la seguridad interna del país es la confrontación entre extremistas de derecha y de izquierda, así como la de los extremistas de derecha contra los extremistas islámicos en Alemania.
Los principales “enemigos” de los grupos neonazis y de extrema derecha en Alemania son los extranjeros, “los que son de otra manera” (probablemente homosexuales y travestis), judíos, oponentes políticos y representantes del estado de derecho” como policías, fiscales y jueces.