Suertudo el general (r) nombrado. Se “manda el numerito” de Antuco con sesenta y tantos uniformados muertos por la nevazón. Uniforme de primavera en pleno invierno e insuficiente desayuno Y “muy prisco” no renuncia a la Jefatura del Ejército. Lo sostiene el muy “socialista” Presidente Lagos.
Eso no es nada. En La Serena durante las jornadas de 1973 es el brazo derecho de jefe del Reginiento. Interviene en allanamientos y detenciones de modestos allendistas. También irrumpe en el Liceo de Hombres. Invita a dialogar a docentes y estudiantes. Sobre la testera pone su pistola de 9 mm. Respuesta: silencio.
Es el 2º hombre del CNI local. Niega después toda injerencia en el asesinato masivo que protagoniza la denominada Caravana de la Muerte encabezada por el general Sergio Arellano. Eso no es nada, está ligado al aniquilamiento de Bernardo Lejderman y su espòsa en refugio cordillerano.
Ese funcionario del régimen depuesto y pareja caen acribillados por patrulla del citado Regimiento. Cheyre entrega al único sobreviviente -una guagua- a las monjas de la Providencia. En el cuartel cultiva amistad con médico que suscribe los certificados de defunción de las víctimas de la cobarde represión.
Se jubila con contundente deshaucio y sueldo completo. La PUC lo nombra con jornada completa. Hago presente a la FEUC y, recientemente, al dip. Jackson lo que significa convertir en catedrático a un encubridor y cómplice de 1973 y responsable del holocasusto de Antuco. No hay respuesta.
Piñeira lo pone a presidir el SERVEL… Como hay protestas, deja la jefatura. Se queda como funcionario. Ahora Bachelet lo incorpora a la comisión que viaja a La Haya para asesorar a comisión que litiga con Bolivia… Imposible negar que, amparado en la amnesia colectiva, es un afortunado.
Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEEDECh
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