China podría incumplir su objetivo de crecimiento económico por primera vez en 15 años, puesto que los datos apuntan a una pérdida mayor a la esperada del impulso en la actividad y los principales líderes del país hablan sobre una expansión menor que ahora sería “lo normal”.
El Gobierno ya se ha dado cierto espacio en su meta de crecimiento, al sostener que ésta se acercará al 7,5 por ciento y afirmar que mantiene un margen “aceptable” de un par de puntos porcentuales en ambas direcciones.
Pero después de que el crecimiento económico anual se desacelerara a un mínimo de 18 meses de 7,4 por ciento en el primer trimestre, los datos de abril han elevado la posibilidad de una mayor ralentización.
“Mantenemos nuestra postura de que el crecimiento del PIB está en una tendencia a la baja y continuamos esperando que se desacelere a 7,1 por ciento en el segundo trimestre”, dijo en un reporte Zhang Zhiwei, un economista de Nomura.
Los mercados financieros parecen poco preocupados.
Las expectativas se centran en que pese al discurso de haber aceptado un menor crecimiento, las autoridades buscarán salvaguardar el objetivo oficial con alguna clase de medidas de estímulo, tal como lo hicieron en el 2013.
Una reducción en la meta oficial de crecimiento, que necesitaría de la aprobación legislativa en China, sería una medida sin precedentes.
“Para evitar que el crecimiento se salga del ‘rango razonable’, Pekín necesita flexibilizar un poco más su política en los próximos meses, si no en semanas”, dijeron en un reporte economistas de HSBC, que prevén acciones de política monetaria y fiscal.
“Las autoridades tienen muchas herramientas en ambos frentes y pensamos que ellos posiblemente las usarán de forma más activa en los próximos meses, sino semanas, para evitar un mayor deterioro de la economía real”, declaró.