El sector terrorista de la ultraderecha radicada en Miami continúa sin aceptar el escenario que se produce en el contexto político, económico y social de Estados Unidos respecto a la nación cubana, caracterizado por un crecimiento de quienes abogan por un cambio en la política de Washington hacia Cuba y promueven el acercamiento entre las dos naciones. Esta tendencia al cambio es más evidente en la comunidad cubana asentada en La Florida, como demuestra un estudio del Atlantic Council.
En la actualidad, varios congresistas estadounidenses se han sumado a los pronunciamientos en favor de un acercamiento entre ambos pueblos y la eliminación del bloqueo. El caso más reciente son los cuatro congresistas demócratas de visita en Cuba que han declarado públicamente que están dadas las condiciones para avanzar en negociaciones directas, y sin condiciones, que permitan normalizar las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Barbara Lee, líder del grupo, se pronunció en nombre de los visitantes Sam Farr (California), Enmanuel Cleaver (Missouri) y Gregory W. Meeks (Nueva York).
Sin embargo, un sector de la extrema derecha insiste en crear y fomentar la desunión entre Cuba y su comunidad en el exterior. Lideran este sector legisladores extremistas, entre otros Ileana Ros, Mario Diaz Balart, Robert Menéndez y Marco Rubio, quienes protegen a terroristas al servicio de la CIA como Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Osvaldo Mitat, Manuel Alzugaray y Luis Posada Carriles, este último cabecilla del grupo, proclamado como “el padrino del terrorismo en América Latina”.
Noticias recientes revelan cómo estos connotados fanáticos de la violencia aparecieron como actores intelectuales de nuevas acciones terroristas en el territorio nacional, sin importarles poner en peligro la vida de personas y la seguridad de ambas naciones.
Pero no es de extrañar. Este sector extremista se siente amenazado y avizora su desaparición ante el inevitable acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, aunque quienes cabildean por este curso de acción deban aún trabajar mucho para lograrlo y la comunidad cubana en Miami tenga que estar sometida a las pujas entre grupos.
La reacción acostumbrada de estos grupos ante la frustración es acudir rápidamente a la organización de actos violentos. Como dice un refrán “no se le puede pedir aguacates a la mata de mango”.
Las recientes revelaciones del proyecto ZunZuneo, los intentos por generar actos provocadores en el contexto del 1 de Mayo y revelaciones de última hora, demuestran una vez más que en la política aplicada por la extrema derecha no existen costuras entre el terrorismo, la provocación y las guerras de cuarta generación. Todo este accionar forma parte del mismo esquema para doblegarnos donde el fin justifica los medios.
Habrá que esperar qué sale del juicio al que con seguridad serán sometidos los peones del terrorismo miamero. Esta saga aún no termina.
*) María Carla González, editor del blog Santamambisa
http://lasantamambisa.wordpress.com/2014/05/07/el-padrino-del-terrorismo-y-su-ultimo-complot/#more-15222