Diciembre 26, 2024

Aumenta la producción de opio en Afganistán

Los campos de amapolas se extienden hasta los confines del horizonte en un campo en el sur de Afganistán, mientras varios trabajadores abren los capullos verdes cargados de resina de opio, el principal componente básico de la heroína.

    El opio de Marjah, un distrito en la provincia meridional de Helmand, seguramente llegará a los adictos de la región y del resto del mundo. La cosecha de este año en Helmand seguramente será una de las mayores de la historia, un reflejo de la tendencia en el resto de Afganistán.

 

    La abundante cosecha de este año, tras haberse gastado Estados Unidos 7.500 millones de dólares intentando erradicar el opio en Afganistán, representa uno de los fracasos más palpables y visibles cuando la coalición militar encabezada por los estadounidenses se dispone a dejar Afganistán a fines de año. Y dado que la fuerza antinarcóticos afgana es ampliamente superada por los mediadores del Talibán y los funcionarios corruptos mezclados en el narcotráfico, el comercio de opio irá a más.

 

    “La amapola es como un virus enquistado ya en un organismo enfermo”, dijo Ashita Mittal, directora en funciones de la Oficina de Drogas y el Delito de las Naciones Unidas en Kabul. “Impactará la totalidad de la economía de este país. Creemos que si no crece la economía lícita, la economía ilícita se extenderá”.

 

    El año pasado, 209.000 hectáreas (806 millas cuadradas) de amapolas fueron sembradas en Afganistán, un aumento del 36% ante el año anterior y produjeron unas 5.500 toneladas métricas (6.062 toneladas) de opio, según el organismo de la ONU. En comparación, solamente un poco más de 7.000 hectáreas (27 millas cuadradas) de amapolas fueron erradicadas.

 

    La cosecha del 2014 seguramente igualará o superará la marca del año pasado. En los próximos años, el opio será una proporción incluso mayor de la ya apurada economía de Afganistán, al desaparecer el dinero de los contratos militares estadounidenses y los fondos de ayuda. La ONU calcula que unas 200.000 familias participan en Afganistán en la producción de opio y que el país tiene un millón de adictos.

 

    Como componente de la economía de Afganistán, el opio tiene cada vez más importancia: la ONU calcula que el valor bruto potencial de la resina básica afgana osciló el año pasado en torno a los 3.000 millones de dólares, equivalente al 15% del producto interno bruto del país.

 

    Estados Unidos ha trabajado con las fuerzas afganas para erradicar el opio, una importante fuente de financiación del Talibán.

 

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