Noviembre 24, 2024

Notable abandono de deberes

Un humilde poblador del cerro La Cruz de Valparaíso encara al alcalde de esta ciudad por la falta de agua, alcantarillado y seguridad que durante años tuvieron que padecer esas viviendas, ahora reducidas a escombros y cenizas. El alcalde UDI luego de escuchar el válido y justo alegato del poblador, respondió con una cruel y sorprendente pregunta “¿Te invité yo a vivir aquí?”. El vecino responde “Pero si nosotros somos gente pobre, no elegimos donde vivir”

La frialdad y patudez con que el alcalde Jorge Castro aborda a este humilde porteño damnificado, devela en plenitud lo que ha sido su nefasta gestión alcaldicia. Una gestión que se ha preocupado en todo momento de justificar, evadir y no asumir responsabilidades básicas y fundamentales para una frágil ciudad: aseo, cuidado de quebradas y planes de prevención contra fuego en los cerros.

 

El año 2012, Ricardo Valdés, jefe de emergencias de la Municipalidad de Valparaíso, advirtió al Concejo Municipal y al Alcalde de Valparaíso sobre el riesgo de mega incendios que amenazaban a los cerros de la ciudad, ya que hasta esa fecha, sólo se había logrado limpiar y desmalezar un porcentaje mínimo de quebradas y sitios eriazos.

 

Esta advertencia quedó consignada en acta municipal. Las advertencias de los concejales sobre esta grave situación, también quedaron consignadas. Las pusilánimes solicitudes de recursos que el alcalde hizo a su “gobierno de excelencia”, para que colaborara con esa fundamental tarea, también quedaron consignadas.

 

Sin embargo el alcalde, en lo concreto, no hizo nada para evitar que los cerros de Valparaíso se convirtieran en combustibles de viviendas. El alcalde no desmalezó, no sacó la basura, no generó planes de emergencia para los vecinos, no exigió a los privados dueños de fundos levantar cortafuegos, ni limpiar terrenos. El alcalde ni siquiera consideró las solicitudes que su concejo municipal le hiciera (consignadas en actas) 15 días después del incendio que arrasara 150 casas de Rodelillo y los Placeres el año 2013.

 

 

En definitiva, el alcalde de Valparaíso incurrió en un abandono de sus tareas básicas como principal autoridad municipal: aseo, ornato y seguridad ciudadana. Es evidente que el alcalde Jorge Castro ha incurrido en un NOTABLE ABANDONO DE DEBERES.

 

Por lo anterior es que los ciudadanos de Valparaíso hemos iniciado una campaña para que se pida la remoción del edil porteño, recurriendo a la facultad que otorga la ley orgánica constitucional de municipalidades, a través de su articulo 60. Este artículo permite a un tercio de concejales (3 concejales) recurrir al TRICEL para solicitar la destitución del alcalde por notable abandono de deberes. Antecedentes hay de sobra para argumentar esta solicitud y ya los concejales Paula Quintana (PS), Zuliana Araya (PPD) e Iván Vusvovic (PC) iniciaron el trámite para ejecutar esta acción en los próximos días.

 

Ya algunos actores políticos andan diciendo de que “no es el momento” de enjuiciar, o preguntan sobre “quienes se verían beneficiados con una posible remoción del alcalde”. Lo cierto es que Valparaíso ha tocado fondo o mejor dicho, se ha quemado a fondo. Resultaría vergonzoso que en este momento no se comience un juicio y encaramiento a los actores que han propiciado el estado de debacle de la “joya del pacífico”.

 

Es cierto, la situación de catástrofe por la que atraviesa Valparaíso es de fondo, de larga data y multifactorial. Sin embargo, quienes asumen cargos de representación ciudadana, lo hacen conociendo la realidad y situación del puerto. Perfectamente los porteños podríamos preguntarles, tal cual lo hiciera el alcalde al vecino damnificado ¿Y quien te mandó a gobernar Valparaíso?

 

Para que nunca más en Valparaíso queden impunes alcaldes que dejan hoyos económicos de miles de millones de pesos y luego se postulan como si nada al parlamento o Municipio. Para que nunca más alcaldes hagan negocios con inmobiliarias para luego financiar sus campañas. Para que nunca más desaparezcan de la intendencia 1.200 millones de pesos sin que hasta hoy se conozca su paradero. Para que nunca más se trate a vecinos de los cerros como perros quiltros que estorban el patrimonio. Para que nunca más un incendio que arrasa 3000 casas y cobra la vida de seres humanos, no pase como si nada, sin siquiera responsables políticos.

 

Desde ahora quienes se presenten a cargos de representación ciudadana, deberán considerar que el panorama cambió. Los amiguismos, compadrazgos y transversalismos políticos se encontraran con una ciudadanía cancerbera. Es una oportunidad histórica y no la podemos dejar pasar. Los porteños debemos exigir juicio a las autoridades que han abusado y descuidado Valparaíso.

 

Es una oportunidad para debatir y conversar sobre la refundación de la ciudad. La oportunidad para que actuando en solidaridad y mirada de largo plazo, movimientos ciudadanos y partidos antineoliberales, se pongan de acuerdo y puedan, por ejemplo, concordar en candidaturas únicas que derroten, en la urna, a los pirómanos políticos de Valparaíso.

 

 

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