Otros dos importantes capítulos de la reforma tributaria, específicamente, el alza del impuesto de timbres y estampillas y la reducción de la franquicia a la construcción, fueron aprobados esta tarde en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, instancia que preside el diputado Pablo Lorenzini (DC).
La reducción de la franquicia fue ampliamente debatida por los parlamentarios, polarizándose las posiciones en torno al impacto que la medida traería para los sectores medios de la población.
Desde la oposición, los diputados UDI Patricio Melero, Javier Macaya y Felipe De Mussy y los RN Alejandro Santana y Nicolás Monckeberg sostuvieron que la reducción afectaba a la clase media, particularmente a las personas que ganan entre un millón y un millón 500 mil pesos, y llamaron a reconsiderar su aplicación o a moderar su efecto a través de un paliativo.
Plantearon que la medida implicará un alza del 13% en el costo de las vivienda de 2500 UF y estimaron que habrá una contracción en las construcciones, reduciéndose la oferta de trabajo en esta área.
El oficialismo refutó las críticas y defendió la focalización del beneficio fiscal. Los diputados Matías Walker (DC), Sergio Aguiló (IC), José Miguel Ortiz (DC), Marcelo Schilling (PS), Manuel Monsalve (PS), Pepe Auth (PPD) y Enrique Jaramillo (PPD) sostuvieron que las viviendas sobre las 2000 UF sobrepasan la real capacidad de la clase media y consideraron que mantener la franquicia para viviendas de 3000 o 4500 UF implicaría seguir favoreciendo al decil más rico del país.
El Ministro de Hacienda, Alberto Arenas, destacó que aquí no se elimina un subsidio sino que se reduce la aplicación de una franquicia tributaria, es decir, se restituyen recursos del fisco entregados al sector de la construcción. Sostuvo que hay diversos estudios que critican esta franquicia y afirmó que no existen trabajos que avalen una repercusión directa entre la reducción de la franquicia con un potencial alza de los precios de las viviendas.