Diciembre 26, 2024

Piñera no deja legado político

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El gobierno de Sebastián Piñera no fue capaz de dejar un legado político, coincidieron analistas consultados por ANSA, al hacer un balance de los cuatro años de la administración de derecha que culmina el próximo 11 de marzo.

 

    Después de 50 años, un gobierno de derecha alcanzó el poder en marzo de 2010 por medio de elecciones democráticas, pero al igual que el empresario Jorge Alessandri (1958-1964) no hubo capacidad de garantizar la continuidad.   

    Para Marta Lagos, directora del Latinobarómetro, esto demuestra que “el éxito económico de un gobierno no es suficiente, la gente quiere también bienes políticos, como participación, inclusión, igualdad, no discriminación”.

    Patricio Gajardo, analista político de la Universidad Católica de Chile, “el gobierno de Piñera ha sido un buen gestor, pero le faltóemocionalidad política. Piñera le puso su impronta y el resultado es más empleo, más crecimiento económico, pero le faltó el legado que debe tener todo mandato”.

    Según el cientista político, “fue un gobierno muy de Piñera, más que de los partidos de la Coalición por el Cambio que lo apoyaban. Piñera y el comité político que lo acompañaba son personas que creen que la política es hacer gestión y no política, es decir, anticiparse a las crisis, crear los espacios para el diálogo, mejorar la relación con los parlamentarios”.   

    No obstante, ambos analistas comparten que para la democracia chilena es muy importante la alternancia en el poder.   

    “La alternancia en el poder es el síntoma de un buen funcionamiento de la democracia, que sea habitual es mejor porque aumenta la fiscalización y los actores políticos sienten que hay capacidad de competir”, destacó Gajardo.

    El triunfo de Piñera en segunda vuelta electoral de enero de 2010 marcó un punto de quiebre de las cuatro continuidades que hubo con la Concertación de Partidos Por la democracia, coalición de centro izquierda que gobernó desde 1990 hasta 2010, y que en 2014 regresará ampliada al incorporar al gobierno al Partido Comunista, bajo la presidencia nuevamente de la médica pediatra socialista Michelle Bachelet (2006-2010).

    Para la socióloga, vinculada al mundo de la centroizquierda, “la evaluación de este gobierno es decepcionante desde el punto de vista ideológico”.   

    “Uno esperaba una derecha moderna que llegaba al poder después de 50 años, pero aparece la misma derecha, sin capacidad de renovación, sin un proyecto, y ése es al gran fracaso de este gobierno que llega a La Moneda sin un proyecto sino solo con una persona (Piñera)”.    

    Y en lo social, añadió, “tenemos un país partido con un 40 por ciento que le va bien y un 60 por ciento que se siente pobre y que mira como otros participan de la fiesta del crecimiento, a la cual ellos no han sido invitados”.   

    Gajardo apuntó que a Piñera “le gusta ser el centro de todo, por lo que el legado es él; por eso también en los últimos días se le ve más contento que nunca despidiéndose a lo largo de todo el país, y hablando de todo”.   

    “El problema -acotó el cientista- es que esto significó un desastre para los partidos políticos de la coalición de derecha.

    La Unión Demócrata Independiente terminó aplicando veto en todo y Renovación Nacional culminó con una gran crisis”.   

    En las elecciones parlamentarias de noviembre, la derecha redujo a 51 diputados su representación en la Cámara Baja de un total de 120 parlamentarios, lo que le da mayoría simple al gobierno de Bachelet. En el Senado, eligió a 16 legisladores de un total de 37 que se renovaban.

 

 

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