Noviembre 23, 2024

“Estamos a tiempo para salvar el Ártico”

Polo Norte

“Al derretirse los hielos polares, quedan al descubierto nuevos yacimientos de petróleo.”

 

Se derrite aceleradamente y lo amenaza la voracidad de las petroleras.

 

El creciente deshielo del Polo Norte debe preocuparnos a todos, pues el Ártico es fundamental para la regulación del clima del planeta. Además, “sus hielos reflejan los rayos solares nuevamente al espacio y evitan un incremento en la temperatura global, dice a EL TIEMPO Mauro Fernández, coordinador de la campaña de Clima y Energía de Greenpeace.

 

En la actualidad, el hielo del Polo Norte se derrite “por el cambio climático y deja al descubierto los oscuros océanos que, en lugar de reflejar esta energía, la absorben, acelerando, de forma dramática, el calentamiento global. Las consecuencias son catastróficas: el incremento del nivel del mar, la mayor frecuencia o intensidad de inundaciones, tifones o sequías, etc., etc.”, explica.

 

Los hielos del Ártico están siendo afectados visible y dramáticamente por el cambio climático, que no es un fenómeno natural sino producido, principalmente, por la quema de combustibles fósiles, como el carbón o petróleo, para producir energía, según el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por su sigla en inglés).

 

Se conoce como Ártico el área que circunda el Polo Norte y que se compone de partes de Estados Unidos (Alaska), Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia.

 

Las petroleras son hoy la gran amenaza del Polo Norte, también conocido como ‘Tierra del Sol de Medianoche’ por el fenómeno de la aurora boreal, pues “al derretirse los hielos polares, por el cambio climático, quedan al descubierto nuevos yacimientos de petróleo, que alimentan un peligroso círculo vicioso que amenaza no solo la sostenibilidad de la región sino el clima mundial en su totalidad”, afirma Fernández.

 

Si las petroleras ingresan de lleno al Ártico, como se planea, será imposible evitar un derrame de petróleo con impactos irreparables. La actividad petrolera es la principal amenaza para esta región. La desaparición de los hielos polares genera una escalada de la presencia de las petroleras en la zona y significa un corrimiento de la frontera actual de los combustibles fósiles hacia zonas antes impensadas.

 

Expandir la frontera fósil es una condena a muerte para el equilibrio climático global y afectará a millones de personas, que serán víctimas de megatormentas, sequías o inundaciones, que ocurrirán con cada vez mayor frecuencia e intensidad. La escasez de recursos a nivel global y la riqueza del Ártico generan un mayor interés de los Estados árticos, que militariza la zona con la intención de tomar posesión de recursos que al día de hoy son de dominio universal y que ponen en riesgo la paz y la seguridad global. El Ártico requiere acción urgente para detener el avance de las petroleras, la pesca industrial y la creciente militarización”, afirma.

 

Cruzada mundial

Más de cinco millones de personas en el mundo están apoyando una cruzada mundial para salvar el Ártico, impulsada por Greenpeace www.salvaelartico.org. Se busca que el Polo Norte sea convertido en un santuario ecológico, frenar la voraz ambición de las petroleras, evitar la desaparición de especies exclusivas de la zona, como el oso polar, y detener la que sería la peor catástrofe ambiental del siglo XXI: ¡la desaparición del Polo Norte!, si no hacemos nada ahora para impedir que su deshielo se acelere.

 

Es indispensable el apoyo de cada colombiano y colombiana en esta cruzada mundial. Salvar el Ártico es un paso decisivo para salvar el clima en el que los humanos podemos sobrevivir sobre este planeta”, afirma Fernández.

 

¿Qué significa convertir el Ártico en santuario ecológico?

La Asamblea General de las Naciones Unidas debe declarar la figura del santuario. De esta manera, actividades industriales destructivas, como la petrolera o la pesca a gran escala, quedarían prohibidas. Asimismo, se preservaría la zona para la investigación científica y quedarían sin lugar los actuales reclamos.

 

¿De qué sirve el reciente apoyo del presidente Obama a esa iniciativa?

Estados Unidos es parte del Consejo del Ártico junto con Rusia, Noruega, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Islandia y Suecia, pero el organismo, presidido actualmente por Canadá y que debería velar por la sostenibilidad de la región, no está tomando ninguna acción concreta para protegerla de las amenazas. Un compromiso de Estados Unidos marcaría un camino para el Consejo del Ártico, principalmente, si se considera que ese país asumirá la presidencia en el 2015.

Esperamos que el compromiso de Obama se materialice y Estados Unidos retire todas las licencias de operación en el Ártico, en especial las otorgadas a la petrolera Shell en Alaska; al mismo tiempo que orienta los esfuerzos políticos a la creación de un santuario en el Polo Norte de modo que pueda ser preservado como un área para la paz y la ciencia, así como lo es la Antártida.

 

¿Cuáles son las mayores resistencias a esa iniciativa?

Entre las principales está la influencia y capacidad de lobby de la industria petrolera sobre los gobiernos que actualmente gozan de influencia directa en la región. Desde Greenpeace creemos que, al tener el Ártico relevancia internacional, es la comunidad internacional la que debe estar involucrada en la discusión sobre el futuro de esta zona tan sensible para el clima global.

 

En términos de ganancias, ¿quién lleva la delantera?

Shell es la empresa que ha tenido la mayor recaudación del planeta en el año 2013. Este gigante ya invirtió más de US$ 5.000 millones desde 2003 para desarrollar un programa de exploración de petróleo en Alaska, pero Estados Unidos aún no vio un solo centavo de retribución. Luego de sucesivos problemas de operación, que incluyó la vergüenza internacional del choque de una plataforma contra las costas de Alaska en 2013, Shell tuvo que postergar sus planes del 2013.

Este año, un fallo de la Corte de San Francisco en los Estados Unidos ordenó al Departamento del Interior revisar las licencias otorgadas a Shell por inconsistencias en el Estudio de Impacto Ambiental. Esto demoró nuevamente las actividades de la empresa, por lo menos hasta el 2015.

Pero, aunque eso es una buena noticia, Shell está asociada con el gigante petrolero ruso Gazprom, que comercializa el 33 por ciento del gas en el mundo, para ingresar al Ártico por Rusia. El acuerdo entre estas compañías, firmado en abril del 2013, otorga beneficios para Shell de la extracción de petróleo que realice Gazprom del mar de Pechora.

 

¿Quiénes causan la mayor contaminación en el Ártico?

El Ártico está derritiéndose como nunca antes, producto del cambio climático. Este fenómeno es causado por la intervención humana, a partir de la revolución industrial. La actividad que más cambio climático genera es la quema de combustibles fósiles; exactamente los mismos que quieren extraerse de las profundidades del Ártico. Es un círculo vicioso que debe ser detenido en forma inmediata para tener una oportunidad de salvar el clima del planeta y evitar un derrame de petróleo en el Ártico. Entre las petroleras más responsables del cambio climático pueden contarse Shell y Gazprom en el top 10, así como la Exxon Mobile, Chevron y otras corporaciones con ambiciones en el Polo Norte.

 

¿Cómo puede ayudar Colombia a frenar este monumental desastre ambiental?

Convirtiéndose en Defensores del Ártico en www.salvaelartico.org. Allí podrán firmar una petición para reclamar que el Polo Norte sea convertido en santuario y que se prohíba la actividad petrolera y la pesca industrial. Ya somos más de cinco millones de personas a nivel global; pero necesitamos ser muchos más si queremos torcer el brazo de las corporaciones y los gobiernos más poderosos del mundo.

 

¿Qué sucederá si la cruzada mundial no obtiene el éxito esperado?

La extensión del hielo marino del Ártico llegó a su mínimo histórico en septiembre de 2012. Nunca antes, desde que existen registros, los hielos habían retrocedido a tal punto. Si bien 2013 no batió un nuevo récord, la tendencia continúa. Si los negocios se sobreponen a la sobrevivencia del planeta, imaginar al Ártico sin hielo es una posibilidad certera en este siglo.

De momento, un efecto directo del deshielo del Ártico es la eventual desaparición de los osos polares. Esta región es la única donde viven. Un Ártico sin hielo es una condena a muerte a los osos polares. El deshielo, como correctamente se interpreta, produce una inyección de agua dulce en los océanos que altera las corrientes marinas, afectando consecuentemente un ciclo vital en la regulación del clima que conocemos en las distintas regiones del planeta.

 

¿La disputa por la exploración de hidrocarburos entre Canadá y Rusia agrava el problema?

Las intenciones, tanto de gobiernos como de corporaciones, están siendo puestas a prueba con las actividades que realizan actualmente Shell y Gazprom. Si logramos detenerlos, y generar un movimiento global que exija que el Ártico sea declarado un santuario para la humanidad, estos actores deberán desistir de sus intenciones, más allá de la fiereza con la que las petroleras quieran combatir las decisiones democráticas de los pueblos del mundo.

Estamos a tiempo para actuar, pero no tenemos margen. Por eso es urgente que multipliquemos rápidamente la cantidad de Defensores del Ártico en www.salvaelartico.org, y sigamos exigiendo a Shell que abandone sus planes en el Polo Norte. Solo con el apoyo de millones de individuos en todo el mundo podremos proteger al Ártico tal como lo hicimos con la Antártida años atrás.

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *