Noviembre 23, 2024

Agitación fascista en Venezuela

La agitación política de corte fascista de la derecha internacional y los grupos locales de un país es una historia de larga cronología. La democracia para estos sectores de la oligarquía y para los mercenarios financiados lucrativamente, es sólo reconocida como tal cuando el poder del estado está en sus manos. La MUD de Henrique Capriles y sus furibundos partidarios ha sido derrotada sucesivamente por el fallecido presidente Hugo Chávez y dos veces consecutivas por el partido PSUV del presidente constitucional Nicolás Maduro. Pero aquello no basta porque si los elementos de la llamada oposición a la revolución bolivariana pierden, entonces echan mano al vandalismo, el terror a mano armada y el asesinato. En abril del año pasado Maduro ganó las elecciones, fue ratificado por la mayoría del pueblo, pero las bandas armadas de Capriles cometieron once asesinatos y múltiples asaltos a las propiedades públicas y privadas.

Luego en diciembre último el gobierno ganó elecciones municipales por un amplio margen, a pesar de la guerra económica y los sabotajes a la producción y servicios públicos, acciones vinculadas a una escalada de desestabilización del gobierno. En esta oportunidad, creyendo asegurado el triunfo en la consulta popular, los opositores encabezados por Capriles anunciaron el carácter plebiscitario de las elecciones municipales con miras a destituir el gobierno, pero perdida la apuesta se volvió a organizar pensando siempre en destruir el proceso de cambios. Con este raciocinio los dirigentes extremistas de la derecha han querido aprovechar la celebración patriótica del Día de la Victoria y de la Juventud para enardecer los espíritus de jóvenes adinerados, dirigiéndolos a crear el caos propicio para encontrar el camino de hacer caer el gobierno.

A los grupos fascistas organizados no les falta apoyo económico, empresarial, mediático e internacional. La derecha en el mundo es una sola. Por eso ha hecho bien el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en advertir sobre las consecuencias de las provocaciones y en rechazar los hechos de violencia ocurridos en Caracas, donde grupos violentos arremetieron contra la sede de uno de los Poderes Públicos. “Quiero expresar mi solidaridad con la Fiscal Luisa Ortega Díaz, quien no pudo estar presente por los eventos que todos conocemos” manifestó Maduro desde el Estado Aragua, en la región central del país, donde se encontraba con motivo de la conmemoración del Bicentenario de la Batalla de La Victoria. Maduro al conocer los luctuosos sucesos hizo un llamado a la paz. “Que nadie se enloquezca y caiga en provocaciones; que nadie nos desvíe del trabajo y el centro donde debemos concentrar todo nuestro esfuerzo”.

Evidentemente, la violencia generada por los grupos delirantes de la derecha, aprovechando la ausencia del presidente en Caracas, no es una casualidad ni obedece a la represión de una marcha pacífica como sucede en otras partes de América Latina; esta más bien ha sido la acción concertada de los líderes del MUD y de Henrique Capriles, el vándalo que asaltó la embajada cubana en el 2002 y produjo la asonada de varios muertos cuando fue derrotado por Maduro el año pasado. El mandatario venezolano frente al reciente vandalismo reiteró la posición del gobierno de garantizar la paz en Venezuela, pero esto no quiere decir impunidad para quienes con premeditación y alevosía organizaron la violencia en el país. Luisa Ortega Díaz, Fiscal General, denunció con evidencias y filmaciones que grupos violentos dispararon armas de fuego contra la sede de la Fiscalía, ubicada en Caracas, donde laboran alrededor de 800 personas. Ella denunció que los atacantes querían ejecutar acciones terroristas a fin de crear una situación similar a la ocurrida el 2002, cuando oposición venezolana ejecutó un golpe de Estado contra el Comandante Hugo Chávez. La máxima autoridad del Ministerio Público aseguró que la inesperada situación de violencia fue premeditada, pues nunca hubo intenciones de dialogar y los grupos vandálicos llegaron preparados con morrales y armas de fuego para causar desastres. El material fotográfico y los videos así lo confirman.

En conocimiento de estos actos de violencia organizada, cuyo trágico saldo es de tres muertos y casi un centenar de heridos, el presidente Nicolás Maduro denunció ante la comunidad internacional que su Gobierno está enfrentando un intento de golpe de Estado en desarrollo, en contra de la democracia. No cabe duda, los actos de violencia son de hechura intelectual comprobada con la finalidad de desprestigiar al gobierno hasta traérselo abajo. El guión es conocido no sólo en Latinoamérica sino en el mundo entero y en Venezuela las incitaciones a la rebelión, sin aceptar las derrotas en el juego democrático, por parte de Capriles, el ex alcalde Leopoldo López y la diputada María Corina Machado, no difieren, para “salir del gobierno” como dicen, de las tácticas aplicadas en Lybia, Siria, Irak, o de las provocaciones a Irán y Ucrania. Y así también ocurrió en Chile, Uruguay, Argentina, y todo Centroamérica. El presidente Hugo Chávez, líder de la revolución bolivariana, a través de sucesivas consultas populares, elecciones y hasta revocatorio a su persona incluido, enseñó a respetar la democracia, la constitución, las instituciones del estado y a las autoridades legítimamente elegidas, pero nada parece importar a la oposición financiada, a no dudarlo, por el imperialismo norteamericano y el Departamento de Estado.

En realidad, esta asonada planeada con antelación viene desde la derrota sufrida por el MUD en diciembre, ya que existen declaraciones y manifestaciones públicas de odio fascista y racista en boca de los dirigentes opositores. La estrategia exhibida, usando a los estudiantes acomodados, no tiene consistencia porque el reclamo de liberar a los delincuentes que atacaron la casa del gobernador de Táchira, no es siquiera discutible por ser un acto repudiable en cualquier país del mundo. La única verdad es que el Estado debe actuar de inmediato y de manera drástica, aplicando la ley para evitar la escalada de escenarios de violencia preparados por los elementos antisociales con la finalidad de desarrollar conflictos políticos-nacionales. Más aún cuando con el apoyo reaccionario internacional de los medios de comunicación se quiere colocar a los estudiantes y a la juventud contra el gobierno del presidente constitucional Nicolás Maduro.

Los vandálicos sucesos demuestran que se quiere difundir la idea de una enorme oposición, por supuesto totalmente inventada, contra el gobierno de Maduro y la de una represión feroz que justifique la intervención de otros países en los asuntos internos de Venezuela. No se olvide que la revolución bolivariana ejerce inconfundible liderazgo antiimperialista en los organismos de integración soberana como CELAC, ALBA y PETROCARIBE; y además participa de manera activa en las políticas de UNASUR y MERCOSUR

* Carlos Angulo Rivas es poeta y escritor peruano.

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