La frase que titula este artículo pertenece al poeta Vicente Huidobro. En los años 20 la juventud estaba entusiasmada con “el cielito lindo” y el triunfo de los jóvenes turcos, que abrían ese país musulmán al occidente. En 1925, de vuelta a Santiago, luego de una exitosa estadía en París, donde se codeó con lo mejor de la intelectualidad de la época decidió, un buen día, presentarse como candidato presidencial.
Siempre la plutocracia se ha adueñado de este pobre país, con indígenas incluidos, como si fuera su hacienda, y así ocurrirá por siglos infinitos mientras sigamos siendo unos carneros. Evidentemente, a pesar de su verba e inteligencia, Vicente Huidobro sacó tan pocos votos que ni siquiera está considerado en nuestra historia electoral.
A veces es más importante la capacidad moral e intelectual que las mayorías electorales. De qué otra manera podemos recordar- si es que nos esforzamos- a presidentes tan mediocres como Germán Riesco, Emiliano Figueroa o Juan Esteban Montero, entre otros, sin embargo, Huidobro y Neruda, candidatos frustrados, serán siempre recordados por el valor y genialidad de sus obras literarias. ¿Quién recuerda – se preguntaba Huidobro- a los politicastros que se opusieron a los grandes hombres de la historia? ¿Acaso alguien recuerda al sastre del filósofo Platón?
Para ser diputado o senador no se necesita el voto de Ud., carnero lector, basta lustrarle los zapatos a los tres caballeros de marras para asegurar una senaduría vitalicia o una diputación del mismo carácter. Hace mucho tiempo que no le preguntan nada a Ud.: las oligopólicas farmacias le meten la mano al bolsillo, vendiéndole medicamentos a 1000% para que Ud. termine sus días con rapidez; los monopolios de diarios y televisión contribuyen a secar las pocas neuronas que le quedan; los supermercados lo exprimen con precios por las nubes; por último, Ud. creía que si dejaba de ser consumidor le quedaría, apenas, la cualidad de ciudadano, pero aún este derecho a escoger se lo han usurpado: Ud. sólo puede elegir entre Salco Brand, Cruz Verde y Farmacias Ahumada hoy en clases de ética empresarial en dicten de la injusticia : entre que asalten al Estado los demócrata cristianos o los descendientes de Pinochet y los más brutales legionarios y condotiero; en fin, entre el mal menor o el menor de los males.
La idea de estos plutócratas nuevos y antiguos es que Ud., carnero lector, piense lo menos posible; se trata de domesticarlo convirtiéndolo en un paciente borrego que, al final, se ve obligado a elegir entre aquellos candidatos que los tres presidentes de partido preseleccionaron; no se le vaya a ocurrir de nueva Constitución, de legalización de las uniones homosexuales o del aborto terapéutico. Nada de cambios
Traigo a la memoria el texto de Vicente Huidobro, “Balance Patriótico”: “Todo lo grande que se ha hecho en América Latina y sobretodo en Chile, lo han hecho los jóvenes: Bolívar actuó a los 29 años, Carrera a los 22, O`Higgins, a los 34, Portales, a los 36. Que se vayan los viejos y que venga una juventud limpia y fuerte, con los ojos iluminados de esperanza”.
Para el poeta, “Chile es un país que muere de senectud. Todo huele a podrido en Chile. Los políticos se cotizan como las papas. Desgraciadamente en nuestro país escasea el político creador y abunda el hablador, el hombrecillo preocupado de hacer y deshacer intrigas, combinas, alianzas y contra-alanzas. Viven encantados nadando en la pequeñez, y no sienten la historia que llama a gritos a los hombres. Les interesa el poder por el poder, no por crear, no por construir el destino de su país y el mundo” Parece una perfecta descripción de los políticos de la actualidad. ¿Concuerda conmigo, estimado lector?
Posteriormente, el poeta dice lo siguiente: “La mayoría de nuestros políticos actúan en la mediocridad, con mediocridad y para la mediocridad, y están satisfechos porque ellos mismos son la mediocridad. El político creador siempre ha sido aplastado en nuestras tierras por el político charlatán. Uno actúa con el cerebro, y el otro con la laringe, en nuestro país hay una rara predilección por la laringe… Una nación no es una tienda, ni un presupuesto, ni una Biblia. De una mera comunión de vientres no resulta una patria…El mundo olvidará siempre el nombre de los pequeños politiquillos y comerciantes que vivieron en la época de los grandes hombres”
Por desgracia, Vicente Huidobro no está entre nosotros y ahora no puede usar el hacha para demoler el miserable Chile de hoy: todos los días un escándalo, en cada minuto descubrimos más la desnudez aprovechadora y, no pocas veces, criminal del llamado mercado, al cual los socialistas de hoy, traicionando a Allende y los fundadores, reparten incienso cual sacerdotes de la diosa del lucro, sin control. ¿Qué tienen de progresistas estos “prohombres”, cuya única ciencia consiste en el reparto de puestos fiscales y parlamentarios? ¿Quién puede esperar de ellos una idea grande, que redunde en beneficio del país, cuando sólo miran sus propios intereses, cuando convirtieron la política en una ramera del mercado? Por desgracia, a la izquierda la castraron también ofreciéndole un miserable plato de lentejas en momentos en que nos preguntamos cual roba mas los viejos o los nuevos ricos.