Los tiempos actuales tienen como estado de ánimo prevaleciente el de una perplejidad impotente. Nos vemos arrastrados a guerras económicas que la mayoría de las gentes no desea. Son tiempos sobre los cuales no debemos llamarnos a engaños; difíciles para la España profunda Franquista y para su hijo putativo, Chile, terribles para los Estados Unidos y la comunidad Europea e incierto para el resto de la Humanidad. En esta patética realidad, ¿Qué debemos hacer? Comprometernos en la defensa de los más altos valores del espíritu, exigir el derecho de crítica, preparando las condiciones para que el mundo del futuro no contemple el orwelliano espectáculo de la persona engañada, amenazada, agobiada, degenerada, mutilada, enajenada, etc.
Yo creo que la educación -un Derecho Humano-, no puede ser jamás “un bien de consumo” destinada sólo a quienes pueden comprarla, sino una expresión humana que busca su universalidad…
Yo creo que la sociedad con Democracia plena – el Gobierno del Pueblo por y para el Pueblo, no la ficción que nos han impuesto- que efectivamente no ha existido, es la única que asegura la supervivencia de los valores del espíritu, que brinda a la persona la posibilidad de manifestar toda su potencialidad creadora, que, en cambio el Estado cesarista bajo el control de la oligarquía empresarial privada y del poder castrense impone toda actividad económica, política, educacional y cultural al servicio de una minoría privilegiada dueña de la celestina universal. Además del control de los medios de comunicación globalizado.
Jóvenes españoles, jóvenes chilenos, pacifistas/indignados que tanto se preguntan, ¿Qué hacer? Bueno, vuestro hacer, es lo contrario de lo que, yo entiendo por hacer. Vuestro hacer “resignado/fatalista, de vacilaciones y dudas de discusiones bizantinas, es lo contrario a la acción, no es más que cobardía, un escapar permanente. Esto, ha permitido que los grupos empresariales oligarcas privados y sus militares testaferros los mantengan encadenados, asegurando la explotación y los privilegios del 1% de los individuos que controlan la celestina universal.
Hacer, significa luchar para terminar con los odiosos privilegios antes citados. Reivindicar la educación pública, laica, de calidad y gratuita. La justicia como el fin de toda discriminación contra la persona. Igualdad de derechos y oportunidades. Derecho a ser iguales en dignidad.
Como colofón, hacer significa colocar los intereses del ser Humano en el centro de la vida política, social, económica, educacional, cultural, etc, si queremos verdaderamente construir una sociedad socialista a escala Humana.
Nada deben los pueblos a los jóvenes que anteponen el inmediato provecho individual a la lucha por las reivindicaciones del movimiento social. Los jóvenes consecuentes son capaces de renunciar a todos los privilegios antes que traicionar la esperanza puesta en cada nueva generación.
Los jóvenes, ayer dirigentes del movimiento social, hoy diputados y miembros de partidos políticos, carecen de un derrotero moral, son nocivos para el movimiento social. Hay que denunciarlos como traidores. Su personalidad se ha amoldado a los prejuicios, a los estereotipos consumistas, su mente se ha adherido a dogmatismos caducos, su voluntad se ha sometido a los yugos que impone la taifa empresarial oligarca Sofofa y su testaferra clase politicastra. En resumen, han optado por el camino fácil de las servidumbres lucrativas…
Como colofón, yo deseo hacerle llegar a mis amigos y estudiantes las reflexiones de un ser humano integral, honesto, leal, que amo la vida e hizo historia, el compañero presidente Dr. Salvador Allende Gossens, que me permitirán cerrar mi conferencia solicitada por mis estudiantes universitarios:
“La derecha/ la Sofofa , no será capaz jamás de reconocer la grandeza que tiene el Pueblo en sus luchas nacidas de su dolor y de su esperanza. A la lealtad de ustedes, responderé con la lealtad del compañero presidente”. 4 de septiembre 1970.
Secretario ejecutivo ADDHEE. ONG