Sin el respeto a la garantía de la igualdad de todos ante la ley, de la certeza del Derecho en un juicio justo, no hay justicia ni Estado de Derecho. La desconexión que existe entre el Derecho y la realidad social en que sobrevive el Chilelight, se enmarca en la reflexión introductoria. Una prueba indesmentible la constituye la prevaricadora sentencia en la magnicidio del presidente de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens, que acaba de dictar la Corte Suprema. La sentencia de marras hizo feliz a la oligarquía empresarial Sofofa, el poder castrense, la clase politicastra y a la familia Allende Bussi. La opinión pública internacional a los ocupantes vencedores del infausto 11.09.1973, le importa un comino. Menos aun que haya verdad, justicia y reparación digna por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura militar terrorista, para que la reconciliación sea posible y las nuevas generaciones puedan construir una paz duradera sin miedos, con memoria y sin impunidad. Lo más importante es que “la justicia en la medida de los posible” proteja y garantice la propiedad privada y los negociados de la Sofofa, que los homosexuales puedan casarse y adoptar hijos, que se legalicen las drogas en general y la marihuana en especial, etc.
Lo hemos reiterado, sin ser escuchados, que, si no se rechaza la justicia, la violencia de la injusticia que se comete en su nombre, ésta no disipa la razón real de que es exceso.
De grandes maestros jurisconsultos – maestro (a) es el formador (a) del ser humano y de su consciencia social- , como el Prof. Dr. Eduardo Novoa Monreal, el Prof. Juan Guillermo Matus Valencia, el Prof. Mario Garrido Montt, etc, escuchamos y aprendimos que la justicia no es algo que tenga valor por sí misma, no existe más que en los contratos mutuos, y se establece en todas partes de ellos que no se debe lesionar y no ser lesionada persona alguna. Que las leyes han sido establecidas por el sabio y honesto legislador, no para cometer injusticias si no para combatirlas. La injusticia apenas es un mal por sí misma, si no por el temor que infunde, porque no se está seguro de que no escape a los que están instituidos para castigar esta clase de atentados. Así pues, sin los jueces y magistrados probos de la Justicia Plena y de la paz pública, no hay paz, ni justicia ni Estado de Derecho…
Como colofón precisamos, que si las instituciones que se creen justas- juzgados, Cortes de Apelaciones, Corte Suprema etc, son reconocidas por la opinión pública como perjudiciales en la realidad, dejan de ser justas, lo mismo sean por otra parte, de origen reciente o antiguo. Poco importa el origen, si el fin no es ya, el interés público.
A 40 años del asesinato del presidente Salvador Allende Gossens:
La sentencia prevaricadora de la Corte Suprema de justicia, “Sobreseimiento definitivo” en causa por la muerte del presidente Allende Gossens, era y es el punto final esperado de la impunidad reinante en este país.
En el marco del modelo de sociedad impuesta por el imperialismo yanqui, una mala copia de la España profunda, fascista, Franquista, inhumana, irracional e insolidaria, que tiene como base la mentira generalizada, era de esperar que se impusiera la mentira, la injusticia de la institución superior de la justicia chilena que apoyó el golpe de Estado militar fascista – el presidente de la Corte Suprema de la época Enrique Urrutia Manzano apoyó el golpe de Estado y en pago fue designado vicepresidente del Consejo de Estado por la dictadura de marras. ¿De qué independencia del poder judicial se habla?-, sancionó el montaje del “suicidio del presidente Allende” que los militares golpistas impusieron con el informe de autopsia 2449/septiembre/1973, hecho en el departamento de Otorrinolaringología del Hospital Militar por los médicos Tomás Tobar y José Luis Vásquez. Esta chapuza médica, sólo se sostuvo, acentuó, con la complicidad del poder judicial, el relato del perjuro Dr. Patricio Guijón, la opinión de expertos bien pagados por el servicio Médico Legal y la decisión de la familia Allende Bussi y del partido socialista, dada a conocer por la senadora Isabel Allende Bussi, en el funeral del presidente Allende del 4-09-1990, quien asumió la convicción de que su padre se quitó la vida, pese a que, en aquel entonces, no se habían hecho los estudios forenses que pudieran avalar tal determinación.
Destacados científicos a nivel internacional especialistas en las ciencias médicas, forense entre otras, cuestionaron los procedimientos autópsicos empleados en el informe número 2449/septiembre/1973:
– No se hicieron estudios histológicos ni químicos.
– No se hizo ninguna radiografía.
– No se tomaron muestras de pólvoras.
– No se hicieron las fotos imprescindibles
– No se nombran los huesos fracturados, etc en el informe de marras antes citado.
– Desaparece misteriosamente el expediente abierto por la muerte del presidente Allende Gossens llevado a cabo por el fiscal militar Joaquin Earibaum, de la primera fiscalía.
Pero, el hecho más grave es que, en la sobreseída causa, el juez Carroza Espinosa, ni la Corte de Apelaciones, ni la Corte Suprema aclararon la controversia existente respecto “al segmento de un orificio redondeado tallado bisel externo de aproximadamente 2 o 3 centímetros, descrito en la primer autopsia número 2449/septiembre/1973, hecho por un arma de baja velocidad. Resumiendo, el informe de autopsia antes citado, describe, “que se encontraron 2 patrones lesionales diferentes, de dos tipos de proyectiles: uno de arma de guerra y otro de arma de baja velocidad”. Es decir, que el presidente Allende Gossens se habría suicidado con dos armas diferentes” ¿Con qué descaro se miente? “Mentir, mentir, porque siempre algo queda”. Pero el tiempo y la historia ponen las cosas en su lugar.
El asesinato del presidente Dr. Salvador Allende Gossens:
El ciudadano chileno Julio Araya Toro, cuenta la historia que le narró el general Javier Palacios a su padre Araya Gómez, en marzo de 1974, en la comuna de Maipú – ambos se conocen desde la niñez estudiaron en los padres Franceses, y mayores tomaron caminos diferentes-, el general golpista fascista, le contó: “ Yo encabecé la toma del Palacio de la Moneda, el ambiente era un infierno, el edificio ardía por los bombardeos, no se podía respirar por los gases lacrimógenos. En el segundo piso fuimos recibido con ráfagas de metralleta, un civil con máscara antigases me hiere en la mano derecha, dos de mis oficiales lo hieren en el estómago y cae al suelo. Me acerco, le quito la máscara y reconozco al presidente Allende. Saqué mi pistola de ordenanza y le disparé en su cabeza. Eran las 14 horas. Tienes que sentirte, Araya Gómez, orgulloso de que un amigo tuyo pasara a la historia”. Araya Toro confirma que el presidente Allende Gossens fue acribillado y rematado por el general Palacios con un tiro en la cabeza. Para llegar a esta verdad no hay en Chile un juez o un magistrado que la investigue para hacer justicia.
Después de conocer el relato del general Palacios, ampliamente difundido en el extranjero – traducido al ingles, francés, alemán, italiano, etc- nos preguntamos, ¿Cómo es posible que el ejército se sienta heredero del legado del general libertador Bernardo O´Higgins Riquelme?. Es preciso que las Fuerzas Armadas recuperen su más preciado bien que es el honor. Este honor militar seguirá en tela de juicio mientras las Fuerzas Armadas sigan protegiendo los capitales buitres extranjeros y la oligarquía empresarial Sofofa en vez de proteger al pueblo.
Verdad y justicia, por otra parte, permitirán vivir con honor a los soldados de la patria herederos del general libertador O´Higgins Riquelme que son inocentes y que, de no procederse así corren el riesgo de ser ensuciados por una inclinación global e injusta. Verdad y justicia permitirán a estas fuerzas Armadas –“el pueblo con uniforme”- considerarse como autenticas herederas del general libertador Bernardo O`Higgins Riquelme, del jurista coronel Manuel Rodríguez Erdoiza, del capitán Arturo Prat Chacón, etc., que con heroicidad y honor nos dieron libertad y dignidad.
Como colofón reiteramos que un crimen sin resolver no es pasado, sino presente. Más temprano que tarde la Justicia Plena hará justicia en el magnicidio del presidente Allende Gossens. Ella tarda, pero siempre llega.
Secretario Ejecutivo Addhee.ONG
CC: Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Ginebra Suiza.
Corte Penal Internacional, Holanda
Corte Interamericana de Derechos Humanos
ONG. Médicos Sin Fronteras: Alemania, España, Suiza, Canadá.
Fundación Cesal, e.V Berlín/ Alemania
Fundación Russell/ Londres/ Inglaterra
Por ADDHEE.ong