El Foro Económico Mundial de los dueños del poder transnacional entregó un informe sobre los problemas y su grado de posibilidad que pueden causar daños a escala planetaria en los próximos 10 años.
La izquierda, con excepción de los ecologistas, no parece querer hacer ese trabajo fundamental.
Comete el error de quedarse en los conflictos y demandas actuales pensando que las condiciones de este momento tendrán continuidad en el tiempo.
Un artículo de Cubadebate (*) muestra lo que permiten hacer público los organizadores del Foro de Davos del trabajo en que participaron 700 expertos.
Como amenaza mayor para la economía figura la brecha de ingresos entre ricos y pobres. Le siguen los episodios meteorológicos extremos; el desempleo, en especial de la juventud, y subempleo; el cambio climático; los ataques cibernéticos ‘un apocalipsis que podría desintegrar sistemas y sociedades’; la crisis del agua.
Fenómenos que se agravan por su interconectividad.
Quedan fuera el peligro de guerra nuclear aunque incluyen la categoría geopolítica, el agotamiento de las fuentes de energía y de minerales, quizás porque no los ven en la próxima década.
El artículo se refiere a una propuesta de solución muy general eludiendo el evidente plan militar, pero lo importante es que los empresarios cupulares de la humanidad inteligentemente se adelantan en el tiempo para asegurar sus intereses.
Lo cierto es que el porvenir será algo completamente nuevo en ruptura con lo presente. El inicio de una civilización no deseada por su estrechez material.
La proyección del Foro de Davos sirve de acusación al socialismo sustentable enmarañado en los datos de un hoy sin ver que debe basarse en una realidad con otros límites y posibilidades.
La que debiera ser la vanguardia política humanista atenta a la ciencia se queda en el discurso viejo y conservador.
Desgraciadamente los que declaran como objetivo el futuro sostenible son los otros.
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Rómulo Pardo Silva