Más de dos semanas en paralización llevan los trabajadores de los puertos de Chile. A pesar de sus llamados al gobierno a realizar una mesa de dialogo, el Ministro de Trabajo, Juan Carlos Jobet, se niega a conversar hasta que se depongan las movilizaciones. Sin embargo, Robinson Ávalos, vocero de la Unión Portuaria de Chile, señala que desde los sindicatos se descarta deponer el paro.
La intransigencia del gobierno ha alcanzado uno de los puntos más altos durante este conflicto. El Ministro de Agricultura, Luis Mayol, calificó la movilización como “ilegitima” y preguntó por qué los representantes de este movimiento “no fueron a los tribunales ¿por qué no demandó?” en una entrevista en CNN.
Esto debido a las presiones por parte de los productores y empresarios. Mayol insistió en que el sector agrícola es el más afectado por este paro y no descartó que el Gobierno aplique la Ley de Seguridad Interior del Estado. Por ejemplo, Victor Moller, empresario tras la empresa Hortifrut, llamó al gobierno a intervenir en el conflicto ya que las medidas “están poniendo en jaque a todo un país”.
Ante las críticas de los empresarios, Robinson Ávalos responde “El que está poniendo al país en jaque es el gobierno por no haber fiscalizado como corresponde”, refiriendo al no pago retroactivo de la media hora de colación, una de las principales demandas de los trabajadores portuarios.
“Tenemos la voluntad de sentarnos a negociar el tema que está pasando para que veamos el bien país, pero para todos. Nosotros también nos vemos perjudicados, nos quieren sacar por cansancio” indicó. Según lo informado, se espera conversar con el gobierno a más tardar el lunes o martes de la próxima semana.
Los voceros de los diversos sindicatos advierten el apoyo efectivo que ha sido ofrecido por otras organizaciones como los camioneros de la provincia de Arauco, los mineros de distintas divisiones, la Confederación de Hortofrutícolas de Chile y estudiantes.
El pasado miércoles, luego de más de ocho horas de reunión, los dirigentes portuarios de todo el país determinaron aceptar como nacionales las demandas de los trabajadores de los puertos de Mejillones y San Antonio. En el petitorio unificado alcanzado se establecieron cuatro puntos irrenunciables: el pago de la media hora de colación retroactiva; una mesa negociadora entre el sindicato de Angamos, la empresa Ultraport, y el gobierno como garante de la negociación, para que se reconozca la existencia de un sindicato único que agrupe a trabajadores eventuales y de planta; el pago de bonos de mitigación a los trabajadores del espigón de Valparaíso; y la entrega de una pensión a los trabajadores que por su edad ya no califiquen para el trabajo de “faena peligrosa”.