La pregunta es -indicó el senador del MAS, Alejandro Navarro-: “Si todos los países latinoamericanos con constituciones originadas en tiempos negros de dictadura fueron cambiadas por el pueblo soberano destacando su potestad constituyente originaria, ¿por qué Chile debe seguir siendo la excepción?” Para Navarro, “por un asunto efectivo de legitimidad, la forma para elaborar una nueva Constitución es igual de importante que la redacción misma del texto”. Y afirmó: “La Asamblea Constituyente es el medio institucional más democrático y participativo internacionalmente comprobado”.
Ayer la Comisión de Constitución del Senado, comenzará el estudio al proyecto de reforma constitucional, Boletín N° 8.562-07, iniciado por los senadores Navarro, Gómez, Girardi, Quintana y Rossi, que pretende definir un procedimiento plebiscitario para el cambio de la Constitución Política de la República mediante una Asamblea Constituyente. Dentro de los propulsores de la moción está el senador Alejandro Navarro, quien señaló que “como partes de la Nueva Mayoría damos el primer paso en el Congreso y abrimos el debate que es resaltar un cambio de Constitución gracias al poder constituyente y originario de su exclusivo titular: la ciudadanía, la gente”, afirmó el presidente del MAS.
La moción a la que está adscrita Navarro es crítica con la normativa en los artículos 127 a 129 de la Constitución que señalan que ésta puede ser reformada en ciertos contenidos por el parlamento: “En realidad, que esta Constitución, que hemos definido como una maloliente y nauseabunda carta fundamental escrita a sangre y fuego, sea cambiada por una nueva, es hoy muy complejo que ocurra desde su propia normativa”.
Ante ello, el congresista planteó que “la Constitución, de ser cambiada, debe nacer de la voluntad y ejercicio de una Asamblea Constituyente, restableciendo así el protagonismo que debe lucir la ciudadanía con la participación de todos los ámbitos ideológicos, étnicos, sociales y políticos”. Esta postura, según Navarro, “es afín incluso en la Constitución Política de la República que nos establece en el artículo número 5 que ‘la soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito”. Y, en el mismo artículo se complementa que “es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos”.
Y resaltó: “Podemos apreciar que hasta la Declaración Universal de Derechos Humanos, en su artículo 21 nos establece que: ‘Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medios de representantes libremente escogidos’. Además ‘la voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público'”, dijo.
El senador del MAS llamó a la derecha “que temen tanto a los plebiscitos, será por el trauma que les dejó el de 1988 que dejó a Pinochet fuera de La Moneda”, a que veamos ejemplos “como en Suiza que los ciudadanos deciden por medio de plebiscitos sobre todo aquello que les incumbe, tomando un suizo de 40 años decisiones por más de mil temas”.
Y, asimismo, Navarro aplaudió que “en Uruguay, paralelo a la penúltima elección presidencial se realizó un plebiscito a solicitud de los ciudadanos, gracias al cual se integró una cláusula en la Constitución que imposibilita que se privatice el agua potable”.
Entonces, el líder del MAS manifestó sentir “vergüenza decir que Chile todavía es el único país en Latino América que tras el golpe de Estado de 1973 de las Fuerzas Armadas lideradas por Augusto Pinochet, permanezca regido por normas constitucionales contextualizadas a la época de 1980, allí urdidas en dictadura, cuyos aspectos han trascendido a modo de herencia al sistema político, económico y social que nuestro país mantiene hoy”.