Noviembre 14, 2024

El PC y sus aspiraciones de gobierno

El 21 de diciembre de 2013 el Partido Comunista de Chile anunció su voluntad de integrar el gobierno de Michelle Bachelet si ésta así lo estimaba conveniente. La decisión fue tomada en un pleno del Comité Central tras varias horas de debate y expectación periodística, aunque, en honor a la verdad, desde hace meses que esta decisión era un secreto a voces. Objetivamente el PC está en su derecho a formar parte del gobierno de la presidenta Bachelet y la Nueva Mayoría, pues son integrantes de esta curiosa cofradía y participaron en la elaboración del programa que pretenden llevar adelante y cuyos puntos han defendido con entusiasmo. Por lo tanto, perfectamente pueden aspirar a tener ministros, intendentes o los cargos que la presidenta considere necesarios.

Dicho lo anterior, también es objetivamente cierto que, a pesar de que los dirigentes del PC aleonen su actual política con frases contra el sistema neoliberal, la colectividad, en los hechos, se ha constituido en parte de la socialdemocracia que sostiene dicho sistema, abandonando sus aspiraciones al socialismo. Esto a pesar de las expresiones pre navideñas de la diputada Karol Cariola, el “susto” de la historiadora pinochetista Lucía Santa Cruz y la campaña del terror auspiciada por La Segunda y El Mercurio. Es cierto que existen las contradicciones no antagónicas y la ley de unidad y lucha de contrarios, pero, por favor, no usemos estas herramientas de análisis, como he escuchado a algunos compañeros, de manera dogmática y con carestía de ingenio e inteligencia. Los dirigentes comunistas han probado el sabor del poder dentro del Estado burgués neoliberal y les ha gustado, así de simple, incluso se sienten cómodos dentro de la farándula, es cosa de leer algunas páginas de LUN que circulan por Internet. El apoltronamiento y la farándula también son aspiraciones legítimas dentro del libre albedrío, particular o colectivo, pero sean transparentes, asúmanlas de una vez por todas y no se presenten ante la gente con discursos revolucionarios e iconoclastas. No ven que “para comer pescado hay que tener mucho cuidado”.

En este punto, me parece pertinente un paréntesis para aclarar que el Partido Comunista de Chile representa solamente a los comunistas chilenos que militan en él, no representa a los miles de comunistas que actualmente, por diversas razones, no militan. Por lo tanto, el PC no es dueño del comunismo chileno. Voy a dar una cifra como ejemplo: de cada diez escritores comunistas dos militan. Lo mismo pasa en otros ámbitos.  

 

Pero vamos a lo de fondo. Si leemos el informe al pleno del Comité Central (publicado en el semanario El Siglo) queda clara una lectura de cartilla a sus dirigentes y militantes, sobre todo a quienes serán sus representantes en el Parlamento. Se les indica (o conmina) a defender con todo el programa de Bachelet: “todo nuestro esfuerzo estará dirigido a cumplir con el programa y quienes nos representen [léase diputados, dirigentes sindicales, posibles ministros e intendentes, etcétera] tendrán que atenerse a las normas de probidad del partido, al no aprovechamiento personal del cargo…”. O sea, se hace lo que dice el gobierno de Bachelet, punto. En otro aspecto, Guillermo Teillier, quien leyó el informe al pleno, planteó que se sospecha que habrá un boicot a dicho programa y hay que estar atentos: “al parecer existen sectores que se disponen a boicotear toda posibilidad de diálogo y establecer una oposición ciega al gobierno sin considerar las propuestas de cambio”. No dice exactamente quiénes serían los presuntos autores de tal desatino, pero está de Perogrullo que apunta a los dirigentes estudiantiles actuales y sectores de Izquierda críticos al PC. Al PC le desagrada mucho haber perdido la FECh y que hoy esté presidida por Melissa Sepúlveda, una militante libertaria. Le incomoda que Naschla Aburman, presidenta de la FEUC, diga que el movimiento estudiantil, así como no tuvo candidato a la presidencia tampoco tiene diputados. Al PC le irrita no poder dominar y encauzar en su línea política socialdemócrata al resto de la Izquierda. Entonces pretende, a través de sus dirigentes sociales y estudiantiles, convencer a la militancia sindical y a los estudiantes de que existe una “ultraizquierda” que planea desestabilizar el programa de la señora Bachelet, que tantos réditos traerán al pueblo chileno. A la Comisión Política del PC la cautivó aquel dicho popular que reza: “si no puedes vencerlos, úneteles”. Así se gestó la Nueva Mayoría. ¿A cambio de qué? De seis diputados, que, además, como se desprende implícitamente del informe al pleno, tendrán la misión de relacionarse con el movimiento social para tratar de adaptarlo a las políticas de Bachelet.

 

Ante este panorama nacen muchas preguntas que el PC debe responder, entre ellas ¿Qué actitud tomarán cuando en la primera marcha estudiantil comience el apaleó ordenado por el gobierno de Bachelet? ¿Marcharán con el movimiento social los diputados comunistas? Y no vengan con que es ilegal que un diputado marche ¿O a eso le llaman estar con un pie en la calle y con otro en el gobierno? El pie en la calle sería, en este caso, un apoyo discursivo en Facebook o Twitter. El PC defiende hoy un programa gatopardista, mínimo dentro de lo que pudo haber sido, con concesiones al empresariado y a la oligarquía. Y todo eso el PC trata de justificarlo en el informe al pleno con argumentos sofistas, fabuladores ¿Dónde quedó el fin de las AFP? ¿Qué pasa con la Asamblea Constituyente? ¿Qué sucede con la democratización de las FFAA? ¿Se olvidaron de la renacionalización del cobre y demás recursos naturales? Durante veinte años reclamaron porque la Concertación no había cumplido su programa original, dentro del cuál se planteaba, por ejemplo, la revisión de las privatizaciones fraudulentas de las empresas del Estado ¿Alguien podría creer que las cosas cambiarán desde el 2014 estando en la Nueva Mayoría personajes como Enrique Correa, René Cortázar, Eugenio Tironi, José Joaquín Brunner, Nicolás Eyzaguirre, Francisco Vidal y un largo etcétera? Andrés Zaldívar fue claro ¡No es necesaria una Asamblea Constituyente!, y donde manda capitán no manda marinero.

 

PD: Ojo con el Consejo Nacional del Libro y la Lectura el 2014…

Por Alejandro Lavquén

Diciembre 30/ 2013

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