I Arroparás a los fieles con el espíritu de pobreza
“Quiero una Iglesia pobre y para los pobres”. Así inició Francisco su revolución contra la pobreza, tres días después de ser elegido. Siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, quien se despojó en público de sus ropajes como símbolo de su renuncia a la riqueza, el papa abandonó todas sus comodidades para “educar y enseñar con el ejemplo”. Empezó por renunciar a habitar en el Palacio Apostólico y escogió una sencilla suite en la Casa de Santa Marta. Cambió los lujosos mocasines rojos por unos comunes zapatos negros. Cambió el extravagante atuendo papal, lleno de oro, terciopelo y joyas por una sotana blanca, un anillo de plata y una cruz de hierro, y cambió el flamante Mercedes-Benz negro blindado por un Renault 4 modelo 1984.
II Limpiarás el ‘Banco de Dios’
“Quiero que la Iglesia católica sea un modelo de austeridad y honestidad”. El Instituto de Obras Religiosas, una de las entidades más opacas de la Iglesia, escenario de escándalos y lavado de dinero, fue uno de los puntos clave en la revolución de Francisco. La presión del papa por más transparencia en esta institución, logró que las cuentas del ‘Banco de Dios’ se hicieran públicas por primera vez en la historia y designó una comisión especial de cinco personas para que lo informen directamente sobre sus actividades.
III Acogerás a los hermanos
“Lo dije otras veces y quiero repetirlo ahora: es una contradicción que un cristiano sea antisemita. Sus raíces son un poco judías. ¡Un cristiano no puede ser antisemita!”. Francisco, en 2010, publicó, junto con el rabino argentino Abraham Skorka, el libro Sobre el cielo y la tierra, donde invita a mejorar las relaciones con otros credos. En su primera reunión como pontífice congregó a 33 delegados de varias confesiones, tanto cristianas como de otras religiones, e invitó al diálogo y el respeto. En una misa en marzo, el sumo pontífice predicó con el ejemplo en una prisión, donde le lavó y le besó los pies a varios presos, incluida una mujer musulmana.
“Hay que actuar con decisión contra la pedofilia”. Durante décadas, la jerarquía de la Iglesia esquivó uno de los problemas más oscuros, encubrió a sus autores y despreció a las víctimas. Por eso, Francisco decidió hacer frente y dar un giro para cambiar la historia del Vaticano contra la pederastia. En primer lugar el papa reformó el anticuado Código Penal del Vaticano y presentó un decreto papal para endurecer los castigos por delitos sexuales, prostitución, pedofilia y pornografía infantil. Además, a partir de ahora, los sacerdotes y los religiosos que vayan a trabajar con niños, deberán tener un pasado judicial y psiquiátrico limpio.
“Si una persona es gay y busca a Dios… ¿quién soy yo para juzgarla?”. El papa Francisco sabe que a una institución tan grande y tan congelada en el tiempo hay que humanizarla. Por eso invitó a la Iglesia a curar las heridas con uno de los temas más polémicos en esta institución, los homosexuales. Y por primera vez en la historia un pontífice utilizó la palabra gay y abrió las puertas de la Iglesia para todos. Francisco reconoció que la Iglesia está obsesionada con ese tema y, por tanto, invitó a sus fieles a acompañar a todas las personas sin importar cuál sea su condición y a no juzgarlas.
VI Humanizarás la economía
“No a una economía de la exclusión y la desigualdad”. El papa calificó la economía como “la nueva tiranía invisible” en la que los seres humanos son parte de un ajedrez y son tratados como una mercancía más. Por eso, en su primer documento invitó a los grandes empresarios a humanizar las relaciones económicas, porque los humanos no son objetos, y a los jefes de Estado y políticos a garantizar una educación, una salud y unos trabajos más dignos, así como a compartir la riqueza con los más necesitados.
VII Entenderás el aborto
“Es verdad que hemos hecho poco para acompañar a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución para sus profundas angustias”. El papa Francisco volvió a poner el tema sobre la mesa. Aunque fue claro en la defensa de la vida y explicó que no es progresista resolver los problemas al eliminar una vida, hizo énfasis en que hay que proteger y comprender a las mujeres que abortan porque son los puntos más débiles del mundo globalizado, así como víctimas de la exclusión y la pobreza.
VIII Descentralizarás el poder
“La Iglesia es o debe volver a ser una comunidad del pueblo de Dios y los curas, los párrocos, los obispos están al servicio del pueblo de Dios”. Por primera vez en la historia, el papa eligió un consejo de ocho cardenales, de todos los continentes, para asesorar sus reformas. Se reunieron para definir el nuevo rumbo de la Iglesia y empezar a convertir en hechos todas las promesas con las que inició Francisco. En primer lugar, descentralizar y reducir los costos de operación de la Curia. En segundo, cambiar el poder dentro de la Iglesia e introducir pequeñas dosis de democracia en el Vaticano. Así, se planea darle más peso a la asamblea de los obispos para acercarla al papa. Incluso lanzó una encuesta mundial para preguntarles directamente a los feligreses cuál es su posición sobre temas claves como la homosexualidad, el divorcio o el aborto.
IX Incluirás a las mujeres
“La Iglesia no puede ser ella misma sin la mujer y el papel que esta
desempeña. La mujer es imprescindible para la Iglesia”. El rol de las mujeres es uno de los focos de discusión dentro y fuera de la Iglesia, pues siguen excluidas de cualquier rol dirigente. En esta línea, Francisco destacó la necesidad de elaborar una nueva teología de la mujer. Aunque fue muy claro sobre su postura negativa “a las mujeres sacerdotes”, Jorge Mario Bergoglio explicó que es necesario hacer una reflexión para dar mayor valor y presencia a las mujeres, porque“nos ayudan a entender la misericordia, la ternura y el amor que Dios tiene por nosotros”.
X Ayudarás a los refugiados
“Es necesario un cambio de actitud hacia los inmigrantes y refugiados por parte de todos, dejando atrás actitudes defensivas y de miedo, indiferencia y marginalidad??, dijo Francisco luego de que, en su primer viaje como pontífice, visitara la isla siciliana de Lampedusa, la puerta de entrada de miles de inmigrantes a Europa. Unos meses después, cuando 395 personas murieron en el naufragio de una barcaza, dijo que era ?una vergüenza? e hizo un llamado a todos los países para que dejaran la indiferencia ante los inmigrantes que son víctimas del sistema capitalista.