Nada más injustificado que el miedo, propagado por la derecha, frente al posible gobierno de esta candidata a la presidencia, y cada vez que la derecha desata la campaña del terror, termina autoengañándose; por ejemplo, el cuanto de que los comunistas “se comen los niños evueltos”, después de la caída de Muro de Berlín, sólo provoca hilaridad, pues este Partido está cada día más moderado y parlamentario – se podría decir que un lianza entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista es una buena garantía para la estabilidad del sistema, que algunos creen que es democrático, pero yo opino que es más bien plutocrático -.
Si hubiera derechistas con un poco de lucidez, y menos fanáticos e ilógicos, seguramente se darían cuenta que el triunfo de Michelle Bachalet sería la mejor garantía para la mantención de sus intereses. No sólo en Chile, sino también en el resto del mundo, los socialistas terminan siendo más proclives y amigables con los empresarios que los mismos derechistas – baste recordar a Tony Blair y a Rodríguez Zapatero, en Europa, y a Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, en Chile -.
Personajes como Eugenio Tironi, Óscar Guillermo Garreton, Jaime Estévez, entre otros, convertidos en empresarios, son mucho más fanáticos del lucro que los mismísimos Chicago Boys. Aún no comprendo por qué los derechistas no captan, en toda su amplitud, que las promesas de campaña de Bachelet son sólo caramelos para cazar ingenuos; cómo tampoco logran entender que la historia de la llamada “centro izquierda” no ha sido otra cosa que una mera fórmula para detener las luchas populares, cooptando los movimientos por medio de promesas engañosas.
Veamos qué quiere y puede hacer Bachelet:
1) en el tema de las Pensiones, nada a cambiar, pues se va a mantener el sistema de AFPs, con la sola variante de una AFP estatal, que beneficiaría a los cotizantes únicamente si abstuviera de cobrar comisiones. En el fondo, seguirán jugando con tu dinero ahorrado, esta vez la Asociación de Bancos y no los particulares, y las pensiones seguirán tan malas como antes y tu dinero jugado a la ruleta. La única solución es la aplicación de un sistema de pensiones solidario, pero el programa de Michelle Bachelet no lo incluye. Con razón, mi amigo Felipe Portales, escribe, en un artículo publicado en Clarín que a Bachelet le sería suficiente la mayoría absoluta en ambas Cámaras para pasar a un sistema solidario, pero ni ella, ni sus asesores lo quieren. ¿Por qué? Portales, al final de su artículo, nos da la respuesta: “altas personalidades de la Concertación son directores de las AFPs”, como Osvaldo Puccio, de Provida; María Eugenia Wagner, Hugo Lavados y Jorge Marshall, de CUPRUN, para sólo nombrar a algunos. En la mezcla entre negocios y política, las AFPs financian las candidaturas, especialmente a la ganadora – no hay que ser muy perspicaz para saber quién será -.
2) Respecto a la reforma tributaria, los empresarios, que no tienen nada de tontos, saben que subir del 20%, al 23%, al 25%, o al 30% – incluso, el asesor de Matthei propuso esta última cifra – el impuesto a las utilidades o de primera categoría, no les hace ni mellas, en primer lugar, porque en todos los países de América Latina los inversores pagan más de 25%, además, en Chile, evaden por medio del FUT. En 2002, la elusión era de 63.399 millones de dólares; en 2009, de 183.388 millones; en 2013, 266.792 millones de dólares. Con esta suma bastaría para realizar una gran reforma educacional y de salud. El programa de Bachelet sólo recauda 2,5 puntos del PIB, cuando se requieren 6 o 7 puntos para hacer una mediana reforma en estos dos campos. Bachelet, según su programa, va a tocar el FUT sólo al final de su mandato. Es evidente que los empresarios van a aprovechar de succionar la teta lo más posible antes de que muera.
La derecha no logra captar que la centro-izquierda siempre ha terminado sirviendo a sus intereses, sea por el halago o por la cooptación. Si supieran un poco de historia, captarían que, por ejemplo, Eduardo Frei Montalva, un poderoso reformista, terminó siguiendo las Editoriales de El Mercurio, y convirtiendo La revolución en libertad en una frustración para quienes habían depositado su fe en él.
Rafael Luis Gumucio Rivas
10/12/2013