Noviembre 25, 2024

“La noche de los cuchillos largos”

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Lo único que no se le puede pedir a nuestro humorista Presidente es que tenga cultura histórica-literaria, pues fue elegido por carecer de ella: la gente escogió a Sebastián Piñera creyendo que por ser un empresario exitoso y tan rico entre los ricos de Chile, que era imposible que robara una bicoca de los dineros del Estado.

 

En uno de los programa de televisión Patio de los naranjos, de MegaVisión, al referirse al cobro de cuentas entre los personajes de derecha, después de la posible segura derrota de Evelyn Matthei, en la segunda vuelta, mencionó la famosa “noche de los cuchillos largos”, una pésima metáfora, pues equivaldría a comparar la situación de la derecha chilena, una vez derrotada, con la purga realizada por Hitler, en 1934, contra los jerarcas de la S.A., que le hacían sombra a su poder. Según el Presidente, al parecer los líderes de la coalición están preparando “los cuchillos afilados” para utilizarlos con alevosía, clavándolos en sus blancos y cuidados abdómenes.

 

Los nuevos díscolos de la derecha dan más pena que risa: Manuel José Osandón, por ejemplo, aunque reaccionario en los temas referidos a la sexualidad – mal llamados valóricos – tiene bastante sentido común cuando se refiere a las críticas respecto del gobierno de Piñera. Su visión negativa sobre los tecnócratas, que dominaron gran parte del gabinete del actual Presidente, no puede ser más acertada – igual que la idea de que atacar a la candidata Bachelet, que no sólo perjudica a Matthei, sino que favorece a su rival -. Ossandón, al menos, capta que derecha está, cada día más lejana, de los sectores populares y esta verdad es tan evidente que sólo los dirigentes de los partidos políticos de la derecha lo logran o no quieren aceptar esta realidad.

 

El otro díscolo que “afila los cuchillos” es el pinochetista Iván Moreira – hoy con la túnica de senador, a pesar de que los “coroneles lo condenaron al exilio de de la Región de Los Lagos – que anuncia, con bombos y platillos, que en el próximo Consejo de la UDI, una vez consolidada la derrota de Matthei, va a llamar a juicio, uno por uno, a “los coroneles”, según él, para reconstruir los principios de la UDI popular, que han sido traicionados – la UDI Popular y el Centro Social han demostrado ser una ridícula invención del fascista católico, Jaime Guzmán y de su fiel discípulo, Pablo Longueira, pero en las únicas comunas donde la derecha dobla son Providencia, Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea -. Personalmente, creo que el actual senador díscolo de la UDI es más bueno para las bravatas que para asentar golpes a sus enemigos y lo más risible de este personaje es que se ha transformado en una especie de “predicador canuto” – capaz que lo encontremos en una esquina o en una plaza de Santiago o de Regiones, predicando que “mi capitán general” fue el único profeta que Dios envió a este promisorio país, para convertir a los pecadores, especialmente a los comunistas -.

 

Aunque parezca mentira, Jovino Novoa se ha convertido también en un díscolo: en una de sus últimas entrevistas sostiene, para variar la estupidez, de que el gobierno de Bachelet sería el comienzo del socialismo, cuando todos sabemos que sólo será la instrumentación de la política de los “acuerdos”. Estos ultra-reaccionarios, viudos de la dictadura de Pinochet, son los únicos que terminan por tragarse la campaña del terror, que ellos mismos han inventado.

 

Para completar el circo de payasos derrotados de la derecha, el senador Alberto Espina se declara disponible para ser candidato presidencial para el siguiente período, y sus explicaciones para esta fuga de información mueven a compasión.

 

En “la noche de los cuchillos largos” ignoramos cuántos caídos va a haber pero, de seguro, surgirán muchos candidatos seguros a una derrota para las elecciones de 2017.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas

09/12/2013

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