La recién electa presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Melissa Sepúlveda Alvarado (23), no votó en las elecciones presidenciales y parlamentarias porque cree que la institucionalidad política impide a la ciudadanía ejercer sus derechos -mediante una democracia participativa-, preservar el medioambiente y recuperar los recursos naturales en beneficio del conjunto de la sociedad. Es partidaria de una Asamblea Constituyente, pero sólo si el proceso para llegar a ella permite que se representen los intereses del movimiento popular.
Nacida en Concepción, Melissa Sepúlveda cursa el cuarto año de medicina y milita en el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL). Tiene dos hermanas, Denisse, que cursa un doctorado en bioquímica en la Universidad de Chile, y Belén, seleccionada nacional de vóleibol, que cursa tercero medio en el Colegio Almondale, de San Pedro de la Paz, donde también estudió Melissa. Su padre, Danilo Sepúlveda, ex jugador de fútbol de Deportes Concepción, es un pequeño empresario de la construcción.
La lista “Luchar”, que ella encabezó en la Fech, es una alianza de colectivos de Izquierda radical. Triunfó con el 31.5%. El segundo lugar fue para la lista “Crear Izquierda Amplia” (23.1%), de la Izquierda Autónoma, a la que pertenecen los dos antecesores de Melissa Sepúlveda en la presidencia de la Fech, Andrés Fielbaum y Gabriel Boric. Tercera fue la lista “Adelante” (16.3%), de la JS y las JJ.CC. Otras listas con votación significativa fueron la izquierdista “Vamos” (10.9%), la “Centro Derecha Universitaria” (7%) y la satírica “Amarillar” (6.2%).
¿Cómo se produjo su compromiso con el movimiento estudiantil?
“El movimiento estudiantil de 2011 significó un proceso de reflexión profunda. Tuvimos la posibilidad de ir más allá de nuestra cotidianidad y empezar a pensar qué pasa en Chile. Fue una oportunidad para entender que se requiere un compromiso serio con las transformaciones que el país necesita. Como estudiante del área de la salud, me toca observar las difíciles condiciones en los hospitales o consultorios de salud; ver todos los días un sistema decadente e indigno, que no se condice con la enorme riqueza acumulada por unos pocos en Chile”.
BLOQUE MULTISECTORIAL
¿Cuáles son las bases políticas y programáticas de la lista “Luchar”?
“Desde 2011 existe una coordinadora programática compuesta por diversas organizaciones políticas, colectivos y estudiantes independientes de una Izquierda de clara intención revolucionaria y con una vocación de transformación profunda. La lista ‘Luchar’ estuvo compuesta, entre otros, por la Unión Nacional Estudiantil (UNE), el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL), la Izquierda Comunista, el Frente de Acción Socialista y el Colectivo Raíz, del Instituto de Comunicación e Imagen. Este conglomerado se posiciona como una alternativa unitaria, de colectivos capaces de trabajar juntos y de abandonar prácticas de aislamiento y sectarismo que pesan desde hace años en la Izquierda.
Pensamos que pequeñas reformas del sistema educacional no constituyen solución para los problemas que existen. Esto no solo en la educación, sino también en casi todos los aspectos de la vida social. Nuestra propuesta tiene como objetivo la construcción de un movimiento multisectorial y unitario, que vincule el problema de la educación al conjunto de las desigualdades profundas, propias del modelo económico y político actual”.
Pero también postularon otras listas con posiciones parecidas a las de ustedes…
“Nuestra principal característica es una estrategia dirigida a la constitución de un bloque multisectorial que se oriente a extender la unidad de todos los que buscamos ser alternativa al sistema. Buscamos fortalecer los vínculos entre organizaciones sociales para alcanzar, ojalá el próximo año, una unidad programática que nos permita entendernos, dentro de un mismo bloque histórico, sobre la recuperación de los derechos sociales. Nos referimos a la unidad de trabajadores, pobladores, organizaciones vecinales, ambientalistas, luchadores contra la privatización de los recursos naturales y contra las semillas transgénicas, defensores de las aguas y de todas las demandas que buscan responder a la crisis generada por un modelo económico, político y social creado en dictadura y profundizado en democracia.
Tenemos muchos puntos de convergencia con otras listas en la Fech. Eso nos permitirá avanzar. Debemos conseguir la transformación profunda de la Universidad de Chile, que sólo tiene 8% de financiamiento estatal; esto la obliga a subsistir con la venta de servicios. Esta realidad condiciona el proyecto académico al mercado, la lleva a formar profesionales lejanos de los problemas que aquejan a la sociedad, y a realizar programas de investigación y extensión que no responden a las necesidades de la mayoría ciudadana. La transformación de la universidad es una deuda pendiente que esperamos abordar fortaleciendo procesos de democratización interna, para avanzar hacia un cogobierno en el que participen académicos, funcionarios y estudiantes; construyendo en conjunto un proyecto de universidad coherente con el interés público”.
Sin embargo, se observa mucha fragmentación entre quienes proponen un cambio profundo del sistema…
“El panorama político chileno se está reconfigurando. Hoy tenemos un Partido Comunista que viró hacia la derecha y es parte de la Nueva Mayoría. Ese vacío político buscan llenarlo los partidos Igualdad y Humanista, como también otros sectores de Izquierda. Este fenómeno es resultado de la movilización y presión social, que hoy permite que hablemos de la renacionalización del cobre y otros recursos naturales, de educación gratuita, de terminar con las AFPs, de abolir el sistema electoral binominal, etc. Este debate se hace desde una postura anticapitalista, como la que se pudo reconocer en las candidaturas presidenciales de Roxana Miranda o Marcel Claude. Aunque a veces tengamos propuestas o tácticas diferentes, estamos aprendiendo a trabajar juntos”.
FUERZA DE LA MOVILIZACION
¿Cuáles cambios se pueden hacer con la actual estructura institucional?
“Hoy el gobierno tiene un gran poder y existe la posibilidad de abordar muchos de los problemas desde el Ejecutivo. Pero las buenas intenciones de Michelle Bachelet y de los partidos Comunista o Socialista valen muy poco. Para saber lo que realmente quieren, tenemos que esperar a ver cómo actúan.
Lo cierto es que existe un cerco institucional que impide realizar las transformaciones. La primera duda se refiere a si el nuevo gobierno logrará en el Congreso los quórums necesarios para los cambios dentro de la institucionalidad. El movimiento estudiantil siempre ha evitado la ‘parlamentarización’ del conflicto, porque la lenta tramitación de las leyes debilita la fuerza movilizadora de la sociedad. Esa fuerza es nuestra herramienta para garantizar que se haga lo que demandamos.
Dentro de la coalición Nueva Mayoría, la única postura que podría acercarse a nuestros planteamientos es la del PC, que dentro de ese bloque es minoritaria. La vieja Concertación, que consolidó el modelo neoliberal en Chile, sigue siendo la que hegemoniza la Nueva Mayoría.
La ‘revolución pingüina’ nos enseñó mucho respecto a los intereses involucrados en el negocio educativo. No solamente de la derecha, también de la Concertación. Arrebatarles esos privilegios será obra de la movilización y de la capacidad de presión del movimiento social.
Hay tres demandas del movimiento estudiantil que son ampliamente apoyadas por la sociedad y que podrían resolverse dentro de las atribuciones del Ejecutivo: concretar la gratuidad efectiva de la educación en todos sus niveles; avanzar hacia una democratización de los centros de estudio superiores, con activa participación de todos los estamentos de la comunidad universitaria; y redefinir el contenido y objetivos de la educación superior, teniendo a la vista cual es el país que queremos. El conocimiento que se genere en las universidades debe estar orientado a responder a las necesidades del país y vincularse de manera estrecha a los territorios donde desarrollan su trabajo las universidades”.
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MODELO EDUCATIVO
Pero hay un modelo educativo privatizador que se expresa desde la educación parvularia hasta la superior…
“El resultado educativo del estudiante está condicionado desde su nacimiento. Las diferencias socioeconómicas y el nivel cultural de los padres también son aspectos que mide la PSU, junto a otros sesgos de género, socioeconómicos o étnicos. El movimiento estudiantil discute todo el proceso educativo y su relación con la sociedad. En Chile la educación es un nicho de negocios y las instituciones educativas del sector público intentan salvarse con la lógica del autofinanciamiento.
Las universidades públicas han sido desmanteladas con el uso de bonos, becas y otras formas de traspaso de recursos fiscales a privados. Esos fondos debieran destinarse a fortalecer la educación pública. Ha quedado al descubierto que se lucra con recursos que son de todos los chilenos. La articulación que buscamos los estudiantes es en todos los niveles: con profesores, padres, apoderados, trabajadores y otros sectores sociales, para pensar en conjunto el nuevo modelo educativo”.
¿Cómo ve la articulación entre estudiantes universitarios y secundarios?
“Es una relación fundamental, porque se refiere a la continuidad del proceso educativo y a que empecemos a hablar más allá del financiamiento, del copago y de la existencia o no de colegios subvencionados. Debemos comenzar a meternos en los contenidos del proyecto educativo y su relación con la sociedad. La crisis del modelo de educación tiene muchas aristas, algunas de la cuales también se asocian con otros aspectos como la salud pública. La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) ha denunciado, por ejemplo, el sobrediagnóstico y medicación del déficit atencional por presiones que vienen desde el interior de los establecimientos escolares”.
¿Cómo interpreta que las dos principales federaciones de estudiantes universitarias, la Fech y la Federación de la Universidad Católica, serán dirigidas por mujeres?
“Es saludable que las mujeres comencemos a ocupar un espacio en la política. Sin embargo, el feminismo no solo es cosa de mujeres. Se refiere a sujetos, mujeres u hombres, que buscan romper el sistema patriarcal. Hay discriminaciones concretas que afectan a las mujeres, como los salarios inferiores, que las Isapres cobren más a las mujeres en edad fértil, que nosotras no podamos decidir sobre nuestro propio cuerpo. Las mujeres son víctimas preferentes de la precarización laboral y contra ellas se cometen abusos de toda clase. Los medios de comunicación proyectan una imagen de inferioridad de las mujeres y se las cosifica a través de la publicidad”.
AUTOGOBIERNO POPULAR
¿Cómo se podrían procesar las diferencias dentro del movimiento popular?
“El desafío principal para 2014 es la unidad, que tendrá que hacerse desde un programa y propuestas concretas. Hasta ahora bastó con hablar de educación pública, gratuita y de calidad, consignas o ideas generales que nos permitieron desestabilizar y deslegitimar el modelo educativo mercantil. Ahora nos vamos a enfrentar a un escenario en el cual tendremos que afinar el discurso del movimiento social con más profundidad y consistencia en las ideas.
Desde los poderosos habrá respuestas parciales, que no tocarán los pilares del neoliberalismo y ello constituye una dificultad para nosotros. Por eso tenemos que pensar cuáles serán y cómo se harán las transformaciones. En Chile debe haber cambios, y Michelle Bachelet tendrá que gobernar un país con creciente inestabilidad política”.
¿Cree que las ideas que usted defiende podrían gobernar el país en el futuro?
“Creo en el autogobierno popular, y ese es el horizonte al que debemos aspirar. A un sistema que distribuya la riqueza del país de manera más equitativa. Tenemos que transformarnos en protagonistas de nuestras propias vidas. El Estado ha sido históricamente una herramienta de dominación que se ha usado para defender los privilegios de una minoría. Yo creo que la organización de una sociedad nueva debe fundarse en la construcción de pilares nuevos. Hablar de control social en salud y educación es fundamental, por ejemplo. Estos procesos tienen que darse en relación con las comunidades y considerando cada realidad en concreto. Bajo esta mirada, la educación no puede verse como una fábrica de sujetos funcionales al sistema”.
RUBEN ANDINO MALDONADO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 794, 22 de noviembre, 2013