Diciembre 26, 2024

Segundo intento de un debate: nulos resultados

No hay caso: en este país conservador jamás habrá un debate como Dios manda, pues la ausencia de contradicciones en sus planteamientos entre los candidatos, sólo favorece a un sector: el duopolio, en especial, a la candidata de la Concertación que, toda calma y comodidad, se da el lujo de callar u omitir cualquier cuestionamiento – es como si fuera una virgen que acabara de caer de los cielos, que carece de pasado y que sólo es presente -.

 

En el candente tema sobre educación los candidatos estuvieron de acuerdo en eliminar el lucro, terminar con la selección, con el copago, por una educación igualitaria, gratuita, de calidad y republicana, salvo, claro está, Evelyn Matthei que, al igual que su mentor, Sebastián Piñera, es partidaria de concebir la educación como un bien de mercado – el que tiene más, compra lo que le parece mejor -. El diagnóstico es demasiado evidente, en el llamado “debate”: escuelas para ricos y escuelas para pobres – para “estrellados y para los que nacen “con estrella”; los “Machuca, lavando pisos y, los Infante, ejerciendo de gerentes – escuelas que se venden con alumnos incluidos y copago, inventado por el ex ministro de Educación, Jorge Arrate, y así sucesivamente.

 

Michelle Bachelet, o es la reina de los hipócritas, o quiere engañar a muchos “giles” o, también puede ser ingenua, pues ella fue la propiciadora de la Educación Pública, al aprobar la LGE, en una “transaca” repugnante con la derecha. Sus ministros de educación fueron, en su mayoría, un desastre y muy rechazados por los indignados estudiantes – Martín Zilic debió abandonar el cargo debido a su incapacidad para resolver los problemas educativos, puestos en la agenda por los pingüinos; Yasna Provoste fue acusada y condenada por el Congreso y, Mónica Jiménez, fue encara por María Música y humillada al recibir de esta estudiante un vaso de agua en pleno rostro – esperemos que ahora no cometa los mismos errores que en “su primera encarnación”.

 

En economía, hay aportes importantes de algunos de los candidatos como la nacionalización del cobre, como también la propuesta de Marco Enríquez-Ominami al proponer utilizar íntegramente los recursos del cobre para financiar la revolución educacional – a mi modo de ver, no debiera ser paulatina, sino radical, pues hay que destruir de, raíz, el modelo de mercado de Friedman -. En este pseudo-debate se omitió la reforma tributaria, que constituye la base del financiamiento de la necesaria revolución, tanto en salud, como en educación.

 

Personalmente, me gustan las intervenciones de Roxana Miranda, pues dan un toque de realidad al mostrar el Chile clasista, racista y xenófobo, con ejemplos concretos de la vida cotidiana de los más pobres, pero esta vez pienso que no estuvo a la altura de la primera parte del debate de ANATEL, pues estuvo bastante repetitiva y carente de propuestas.

 

Fuera del escenario del foro, el periodista Mery, asesor de Franco Parisi, protagonizó un incidente digno de su bajo nivel intelectual y moral, agrediendo a periodistas de La Tercera y la Radio Bío Bío. No hay caso: Parisi, en verdad, no posee la estatura requerida para ser candidato presidencial.

 

Este último día de “preguntas y respuestas” entre periodistas y candidatos, estoy seguro de que tendrá muy poca incidencia en la intención de voto de los indecisos que, por lo demás, los candidatos no lograron diferenciarse entre sí, pues sus respuesta eran bastante similares – salvo las de Matthei, que representa a la ultra derecha conservadora y su posición frente a temas como la educación y la economía estaban pauteadas previamente.

 

Estos falsos “debates” no cumplen la función de educar a los electores, y nuevamente se perdió una buena oportunidad para acortar la brecha del analfabetismo político. La televisión abierta que pudiera ser el medio para llegar a la gente – que ve cuatro horas de televisión al día – se ha transformado en el adormecimiento y conformismo del ciudadano común. Y pensar que ley de televisión digital no solucionará en nada este marasmo cultural.

 

Rafael Luis Gumucio Rivas

01/11/2013

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