La Villa O’Higgins, es una conocida población de La Florida, cruzada por intrincadas y oscuras calles, entre la Avenida Santa Raquel y Sótero del Río. Según consigna Wilkipedia, nació de una Operación Sitio, durante el Gobierno de Frei Montalva, que la urbanizó. Las casitas fueron construidas de acuerdo al propio esfuerzo de sus habitantes. La enciclopedia virtual resume que es una población obrera que apoyó con todas sus fuerzas a Salvador Allende, sufriendo una brutal represión post golpe. Ya en gobiernos Concertacionistas “mejoró su nivel de vida. Sin embargo, desde ese período sus pobladores han sufrido el flagelo de la droga y la delincuencia. A pesar de ser estigmatizada sus habitantes luchan por salir adelante”.
Quizás lo que se puede leer de la Villa, es aplicable a vastas zonas poblacionales del Gran Santiago y de Provincia. En efecto, es una historia compartida casi exactamente en una y otra zona geográfica de nuestro país, por millones de compatriotas.
En La Casona de la Juventud, entre sonidos de bronces (jóvenes practicando melodías que nos llevan a La Tirana), está programado un conversatorio, última actividad de la visita que llevó a cabo Marcel Claude; luego de visitar ferias y participar del encuentro con sus adherentes en un concurrido paseo floridano.
Una jornada extenuante; sin embargo, en la pequeña sala de la “Casona” el Candidato Claude se ve muy animado. Inician la actividad-conversación, con una declamación del vecino más ducho en la palabra. El pequeño auditorio escucha con respeto. Empieza la conversa; el profe Marcel, acostumbrado a las aulas, se pasea dándole espaldas a un pizarra, está en su salsa.
Explica que su Candidatura será realizada “a la antigua”, sin falsas promesas ni marketing tipo sonrisal.
Que el debate de los Programas y visión de país es lo importante; indica los puntos más relevantes del Proyecto Todos a La Moneda, y, a raíz de la declamación reciente, se refiere a la importancia crucial de labor de la educación, de todo el sistema educativo; y del arte, en la conquista de mayor desarrollo espiritual y material de los ciudadanos.
Un conversatorio extraodinario, donde se pasea por el fracaso de las políticas Neoliberales. La gente asiente a cada punto desarrollado. En la ronda de preguntas los vecinos se explayan en explicar los graves problemas de cesantía, pensiones miserables de los viejos y drogadicción de la juventud. Palabras de impotencia y de esperanza de confunden. Un agradecimiento mutuo antecede a un gran aplauso de todos. Un pancito salvador es compartido.
Esta actividad sencilla, de cara a cara de Marcel con los pobladores, sin prensa, sin “seguridad”, sin parafernalia, pero profundamente franca y enriquecedora, representa el gran logro de Marcel Claude, su equipo y los miles de adherentes que se autoconvocaron por esta Candidatura, en estos escasos meses.
En un escenario incluso desfavorable electoralmente en noviembre, Marcel Claude y Todos a La Moneda, deben darse por satisfechos. Es que re-inauguran una forma de hacer política, que nos traslada a las antiguas campañas de un Chile que fue destrozado. Un entarimado, altavoces o a cappella y la batalla de ideas… nada más, bastan para dirigirse a la comunidad. Sin duda, las bases de Todos a la Moneda serán lo más positivo para el pueblo, luego del 17N.
Ellas han de crecer, multiplicarse y potenciarse y seguir en esta lucha patriótica, pues más allá de lo electoral, es necesario. Hoy más que nunca, cuando el Neoliberalismo se viste de ropas blanqueadas, ocultando su oprobioso pasar e instalación en Chile por la Dictadura y el Duopolio Concertación-Derecha, quienes, manipulando la memoria reciente, con cínicos perdones y teorías del “empate”, segmentan la historia, anulan el Programa Popular de Salvador Allende (única causa del golpismo), vigente hasta hoy e inspirador de muchos en América Latina. No puede detenerse la difusión en cada lugar de nuestro país de un discurso coherente con la realidad vívida que proponga un debate país en serio para contrastar ideas y superar los graves problemas de desigualdad y de soberanía económica. Un diálogo DE LA IZQUIERDA AÚN ATOMIZADA, CON EL PUEBLO, basado en hechos concretos que hoy sufren los pobladores, estudiantes , trabajadores y profesionales, que signifiquen más temprano que tarde LA SUPERACIÓN DE LA TRAGEDIA NEOLIBERAL IMPUESTA EN CHILE POR LA DERECHA Y CONCERTACIÓN unido a la permanente búsqueda de verdad y justicia como imperativo ético. Estos son los mejores homenajes para quienes lucharon, luchan y lucharán por un Chile distinto, democrático y Popular.
Roberto Ibáñez