A fines del pasado mes de julio abogados de Derechos Humanos y dirigentes sociales denunciaron la existencia de “un acuerdo entre el Presidente Piñera y los violadores de DDHH para dictar un decreto de indulto el último día de su mandato”.
Si esto efectivamente llegara a ocurrir, la responsabilidad de tal monstruosidad, o una parte muy importante de ella, recaería en la actual candidata del Pacto Nueva Mayoría Michelle Bachelet por lo que sigue:
El 18 de agosto de 2005 el país se vio remecido al enterarse de que, bajo reserva, el entonces Presidente Ricardo Lagos había indultado a uno de los asesinos de Tucapel Jiménez, el suboficial de ejército Manuel Contreras Donaire.
Tucapel Jiménez, uno de los líderes sindicales que apoyaron el golpe de estado de 1973, había pasado progresivamente a ser uno de los principales dirigentes opositores a la dictadura. Jiménez fue asesinado por miembros del DINE (Dirección de Inteligencia del Ejército) el 25 de febrero de 1982 tras ser primero secuestrado y después degollado.
La noticia del indulto presidencial al criminal causó tal conmoción que una encuesta Mori concluyó que el 63 % de los consultados rechazaba la decisión del Presidente Lagos. Al conocerse la noticia Lagos había manifestado que el indulto a Contreras Donaire constituía una “señal potente para comenzar a dejar las cosas en el pasado”.
En este escenario turbulento la entonces candidata presidencial de la Concertación Michelle Bachelet irrumpió manifestando encontrarse “desconcertada” por el indulto a Contreras Donaire, agregando “No comparto la idea de que pueda haber indultos presidenciales en un estado de derecho, independientemente del caso”.
Para hacer aún más tajante y nítida su diferencia con Lagos en este tema, la candidata declaró: “Enviaré un proyecto de ley si soy electa presidenta para eliminar la figura del indulto”.
De lo que se concluye que, al no haber jamás enviado o propuesto legislación para eliminar la facultad de indulto presidencial tal como lo había prometido, Bachelet será co-responsable de los indultos que Piñera pudiera decretar al término de su mandato favoreciendo a violadores de derechos humanos.
Ciertamente será interesante escuchar las declaraciones de la candidata ante eventuales y próximos indultos decretados por Piñera favoreciendo a criminales condenados por delitos de lesa humanidad. ¿Indicará, tal como lo hizo en su momento Lagos, que los indultos son “una señal potente para comenzar a dejar las cosas en el pasado”? O quizás optará por no referirse al tema porque, tal como decía Don Quijote a Sancho, “mejor es no meneallo, porque ahora más que nunca huele, y no precisamente a ámbar”.
Agosto de 2013