Las organizaciones de Derechos Humanos y la ciudadanía tenemos que estar alerta hacia una operación que podría concluir, en indultar a los pocos genocidas y terroristas de Estados que están presos en el hoteles lujosos con quinchos, canchas de tenis y visitas sin horarios restringidos en (Punta Peuco y Penal Cordillera) o que se encuentran libres y procesados por crímenes durante la dictadura (militar-civil) que encabezó Pinochet.
Con Piñera están muy enojados varios familiares de militares en retiro y de criminales que secuestraron y asesinaron a chilenos indefensos. Lo acusan de engaño y no cumplimiento de la promesa electoral incumplida, en un acto realizado hace 4 años en el Círculo Español cuyos oradores, el General (r) Rafael Villarroel y Piñera, se comprometieron electoralmente para crear la impresión de un acto “reconciliatorio”.
El comandante en jefe del ejército, general Fuente-Alba, a través de El Mercurio los victimiza y afirma sentir “pena y tristeza” por 31 ex integrantes del ejército condenados y encarcelados por crímenes. El sector Opus Dei de la jerarquía eclesiástica presiona al resto del episcopado para liberar a genocidas.
En Argentina el peronista de derecha Menem liberó a criminales al final de su periodo presidencial; a Piñera los ex CNI y DINA le pedirán, en periodo de elecciones, que los integrantes de dichas bandas de delincuentes sean indultados.
Pero lo que pretenderían es maquillar dicho indulto en alguna fecha simbólica, con la justa libertad a hermanos mapuches y luchadores sociales que aún no pueden volver al país.
Organizaciones de Derechos Humanos condenaron la petición del actual jefe del Ejército. Además Esteban Silva, dirigente allendista, y los abogados de derechos humanos Roberto Ávila y Juan Subercaseaux, y el editor de la revista ecuménica Reflexión y Liberación, denunciaron la existencia de un acuerdo entre Piñera y los procesados por crímenes de lesa humanidad.
Es necesario estar vigilantes de una operación que tiene como objetivo la impunidad de lo más deleznable que ha parido nuestra patria.
Ricardo Klapp Santa Cruz