Excel. Es una hoja de cálculo de Microsoft Office utilizada normalmente en tareas financieras y contables. El Chile post Pinochet se ha diseñado desde la frialdad de Excel. Las políticas públicas del Estado se han tercerizado a través de términos de referencias que luego son licitados en la plataforma “Mercado Público”, donde proveedores particulares, previa inscripción en “Chilecompra”, pueden postular y competir para hacerse acreedores, nada más y nada menos, que de diseñar y ejecutar Estado.
Construir Estado. Lo que tanto añoraban sindicatos, cooperativas y partidos políticos del siglo XX, pasaba a manos de insípidos proveedores. Proveedores que buscarían el mayor beneficio al menor costo. En ministerios y servicios estatales ya no se hablaba de diseños estratégicos ni de asambleas ciudadanas. Los funcionarios públicos robotizados se especializaban en levantar términos de referencias y revisar licitaciones que luego serían adjudicadas por sociedades anónimas, corporaciones, fundaciones, productoras o emprendedores varios. Como diría Fernando Atria “Soluciones privadas para problemas públicos”. Así se fue construyendo el Chile de la Concertación. Privatizando y tercerizando cobre, agua, electricidad, cárceles, hospitales, seguridad, universidades, colegios, fútbol, transporte, trabajadores, basura, espectro radial, cementerios, etc., etc.
El uso de Excel era sinónimo de eficiencia, pulcritud y transparencia. Los jóvenes de la transición se inyectaban a la vena el pragmatismo gringo, en aulas gringas, para luego aterrizar en ministerios y think thank progresistas, desde donde influían y roncaban. Véase el aterrizaje de Expansiva en el gabinete de Bachelet el 2006 y la influencia suprema de Andrés Velasco en dicho gobierno.
Los presidentes DC y PS taparon el sol con una licitación. Para intentar solucionar el grave problema de cárceles hacinadas, se dirigieron al sector privado. Los privados construyeron y manejaron siete nuevas cárceles. Ni siquiera el presidente empresario hizo esto. Como las privatizadas prisiones no dieron el ancho y después del incendio de la cárcel de San Miguel, Piñera anuncia la construcción de cuatro nuevos recintos penitenciarios por parte del ESTADO.
Pero el mejor ejemplo de políticas públicas Excel es, sin lugar a dudas, el Transantiago. Más allá de las culpas que se endosan Lagos y Bachelet, el diseño e implementación de este sistema de transporte se generó en oficinas de tecnócratas plagados de archivos Excel. No existieron reuniones con juntas de vecinos, ni con sindicatos de choferes, ni asambleas ciudadanas, ni se consideraron factores culturales a la hora de pensar el revolucionario reemplazo de las micros amarillas. La arrogancia del profesional MBA sólo consideró cálculos Excel. Los resultados aún están a la vista.
Word es un procesador de texto. Una hoja en blanco que sirve para crear desde cero. Sus antepasados son el papiro, cuaderno, maquina de escribir y sistema D.O.S. Si bien esta aplicación ofrece la posibilidad del copy-paste, la tentación de construir tu propio universo en esa virgen hoja, es irresistible. Word te permite interactuar con otras aplicaciones y en Word puedes hacer lo que se te venga en mente, pues no existe la coerción de márgenes y cálculos establecida por Excel. En Word las evaluaciones no son mecánicas, no existe la configuración del 2+2= 4.
El Chile que viene requiere de una hoja en blanco desde la cual refundarse. Una hoja escrita entre todos y que deje atrás la constitución Excel. La constitución donde todo está previamente calculado. Donde las operaciones ya fueron resueltas por Jaime Guzmán, por lo que más allá de lo que hagamos, el resultado será siempre el mismo. El resultado que Guzmán definió.
Porque en una hoja en blanco puede haber sorpresas, ensayos, trabajos colectivos, colores y poesía. Es que requerimos comenzar hablando del Chile escrito en Word, el Chile con un Estado colectivo que se haga cargo de los problemas públicos y no los meta bajo la alfombra de proveedores externos. El Chile que no se mide a partir de cálculos Simce, PIB o Paz ciudadana, sino que desde la cultura y los sueños de cada ciudadano.
La nueva constitución se hará desde lo que la asamblea constituyente defina y se escribirá en Word, no en Excel.