El descubrimiento de la corrupción en el Partido Popular español comenzó con el juicio por el caso GURTEL, un grupo de empresarios que se dedicaba a comprar políticos de la derecha que ocupaban varios cargos en el gobierno de José María Aznar, personaje menudo, con bigote similar a Hitler y a Franco -, una de las figuras más desagradables y repugnantes de la política mundial. Baste recordar que apoyó la guerra de Irak, junto a Blair y Bush -, gobierno que terminó cuando Aznar atribuyó el atentado del 11-M a la ETA, provocando la indignación popular, que llevó al poder al PSOE, con Rodríguez Zapatero.
En una de las aristas del caso GURTEL apareció, como implicado, el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, una especie de operador político que se daba la gran vida en los mejores centros invernales de Europa. Se descubrió que Bárcenas tenía una cuenta en Suiza, de 45 millones de Euros, cuya procedencia, hasta ahora, solamente ha sido justificada con la existencia de una contabilidad “B”, destinada a pagar sobresueldos a los dirigentes del Partido Popular, entre quienes se cuenta al actual Presidente, Mariano Rajoy, quien ha recibido sumas de 25.000 Euros anuales durante diez años.
Durante un tiempo, Rajoy y otros dirigentes de su Partido lograron cerrar la boca de Bárcenas, prometiéndole colaboración en el juicio en su contra, pero una vez encarcelado, el tesorero se sintió abandonado y se puso a “cantar” más armónicamente que el mejor de los tenores. Primero El País y, posteriormente, El Mundo, han publicado los documentos y declaraciones del tesorero de PP, donde se lee que no sólo está implicado en los ilícitos el mismo Rajoy y Dolores de Costedal – dirigente del PP Madrid – sino también, entre otros, la dirección de este Partido en Galicia.
Mariano Rajoy, un gallego cuya estrategia es siempre dejar que los conflictos se prolonguen en el tiempo hasta que mueran de “inanición”, llegó a la jefatura del Partido por un “dedazo” de Aznar. Esta vez, de nuevo, pretende emplear la estrategia de no enfrentar con dignidad los conflictos, negándose a dar cuenta ante la Cámara de los Diputados.
El PSOE no lo hace mejor que el PP: durante el gobierno de Felipe González robaron a manos llenas y, actualmente, en la Comunidad Autónoma de Andalucía lo han hecho escandalosamente. Su líder Pérez Rubalcaba quiere plantear un voto de censura a Rajoy, que tiene pocas posibilidades de éxito, pues el PP cuenta con mayoría parlamentaria y, además, es un Partido tan disciplinado como la UDI chilena.
El 80% de los españoles cree que todos los políticos españoles son corruptos, y con razón están hastiados, no sólo del PP, sino también del PSOE – el duopolio español es tan corrupto como el chileno -; en el caso español es muy difícil expulsar a los políticos del poder, pues el sistema es una verdadera “jaula de hierro” que hace imposible la participación de la ciudadanía, salvo las protestas frente a la calle Génova, sede del Partido derechista, pero sin ninguna consecuencia que permita echar a Rajoy del gobierno. Para ello tendría que ocurrir una revolución popular, circunstancia que está aún muy lejos de ser real .
El caso español viene a confirmar la hipótesis de que “las democracias representativas”, tanto en los regímenes presidenciales, como parlamentarios, está agotada, por consiguiente, debe ser reemplazada por una democracia plebiscitaria, con algunos elementos de la representación. Como lo he dicho antes, “Rousseau triunfó sobre Burke”. En el parlamentarismo – como es el caso español – el primer Ministro no es un fisible, por consiguiente, la crisis del sistema no tiene solución cuando un Partido cuenta con mayoría absoluta y, además, actúa con disciplina – el caso de Rajoy y el PP -. Al estar todos los dirigentes implicados con las confesiones de Bárcenas se hace difícil encontrar un dirigente de reemplazo que represente a la mayoría para poder salvar la situación.
Hay que reconocer que los teóricos políticos, que sostenían la mayor capacidad del parlamentarismo para sortear las crisis del sistema, tendrán que revisar esta hipótesis. El árbol siempre verde de la vida es superior a toda teoría.
Rafael Luis Gumucio Rivas
22/07/2013