Buen partido mientras mi amigo Pedro soñaba con Iquique y su novia. Los jóvenes se toparon con la velocidad y la técnica africana. Los Afracas están queriendo devolverle el sueño a Mandela. Los chicos de la roja a ratos se comieron demasiado la pelota y jugaron bien.
Les queda pasear por las calles de Estambul. Dejar el hotel y alguna chela y salir a preguntar qué pasó con los indignados turcos o a mirar a las bellas de ojos negros impredecibles como la marea.
El mundial de los jóvenes llega a la recta final y en Irak la alegría ilusa del peloteo les dará un regalo, un aceite de oliva para cicatrizar las heridas. Uruguay nuevamente entre los cuatro mejores y representando a los sudakas y al suspiro de su viejo sabio presidente.
Y la Francia representará a la Uropa traidora.
El peloteo inventado por los ingleses para que los obreros de la incipiente revolución industrial del 19 no se emborrachen ni lleguen a las casas a pegarle las mujeres ya va teniendo sus semifinales y la tecnología tiene a Assange en Londres y al espía gringo sin saber donde ir y el miedo no puede parar las revueltas mundiales y el deseo viejo de un mundo mejor para la mayoría palpita en Agú.