“Nova Cançó: la música como arma reivindicativa”, es el tema de la conferencia que la profesora Maite Martí Puigvert, licenciada en Filología Catalana y master de lingüística aplicada en la Universidad Pompeu Fabra, dará este jueves 27 de junio a las 19.30 horas en la Sala Sant Jordi del Centro Catalán de Santiago de Chile, Av. Suecia 414, Providencia
En la conferencia, organizada por la Agrupación de Profesionales de Origen Catalán (APOC) y el Centre Català de Santiago, la profesora Martí explicará el surgimiento del movimiento de la Nueva Canción, que buscaba revalorizar la lengua y la cultura catalana reprimidas desde fines de la Guerra Civil a través de la música de este grupo de compositores.
Maite Martí explica que “el origen de este movimiento se centra en los denominados “Setze Jutges”, especialmente con el artículo de Lluís Serrahima “Ens calen cançons d’ara” (Nos hacen falta canciones de ahora), publicado en el año 1959, en la revista Germinabit y considerado el texto fundacional del movimiento. En este período, se define culturalmente una juventud y una sociedad que será la gran articuladora de los procesos de transición democrática vividos por España a fines de los años setenta; proceso en el que la popularidad y el simbolismo de la “Nova Cançó” jugaran un papel destacado en la concienciación social y la lucha por la democracia”.
“Josep Maria Espinàs, Guillermina Motta, Raimon, Joan Manel Serrat o Lluís LLach, tenían como objetivo común reivindicar y fortalecer una cultura resentida desde la conclusión de la Guerra Civil española (1936-1939) por la represión posbélica y la monocultura establecida por el régimen franquista en España”, explica Martí.
La fuerza con que se extiende en la sociedad catalana y su razón de ser, se entiende en el contexto histórico en que surge. “ En esos años comienza una cierta apertura del régimen, lo que ayuda a que estas canciones nazcan como arma, como la voz del pueblo que quiere no solo reivindicarla sino que también liberarla de la represión política, social y cultural a que era sometida”,añade la conferencista.
La popularidad del movimiento será de carácter nacional e internacional y su influencia fue destacada en la consolidación de una canción protesta contra las situaciones sociales y políticas de diferentes países, como ocurrió en Chile durante los años 60 con la diferencia que en España y, especialmente en Cataluña, se buscaba defender y recuperar la identidad catalana perdida.
“Canciones de este nuevo tiempo de cambios sociales, políticos y culturales que representaran la cultura y la lengua catalana, era lo que quería la gente porque hasta esos momentos no se podía salir de ciertos esquemas permitidos y ese movimiento recoge la voluntad de un pueblo que quería volver a sus raíces”, afirma la filóloga catalana.
Es un tiempo en que se necesitaban nuevas cosas, nuevas canciones y Raimon recoge, con su primera canción, “Al vent”, cuya letra decía “al viento los cambios, el tiempo en que florecía un nuevo país”, las aspiraciones de esta nueva generación de españoles que habían crecido en la dictadura.
Luego de que Joan Manuel Serrat no quisiera ir a Eurovisión porque no le permitieron cantar en catalán, “el sistema político central del franquismo se preocupó de analizar en detalle los temas de estas canciones porque hasta ese momento “no se habían dado cuenta de lo que significaban esas canciones, del cambio que se iba generando en la sociedad y la receptividad que encontraban, sobre todo en los jóvenes, además de transmitir su dolor y frustración a través de metáforas” añade Martí.
No solo quieren mostrar las condiciones sociales en que vive parte de la población sino que muestra el malestar social que se estaba viviendo en esos años y porque la gente quiere cambiar, porque quieren cosas nuevas, se quiere mirar más hacia Europa y no hacia un franquismo tradicionalista que agobiaba a los españoles, sobre todo a las nuevas generaciones.
El último miembro de los Setze Jutges es Lluís Llachque compone L’Estaca. Esa canción, que se escuchó mucho durante la dictadura en Chile, muestra de manera metafórica a la dictadura franquista porque la estaca, es la dictadura que se tiene que fulminar.
Este movimiento que se disolvió a la muerte de Franco, ha inspirado a numerosos artistas, como Felín Ventura que, desde el tema social, político y cultural que está viviendo Cataluña, el País Valenciano y España en general, están intentando recuperar esas raíces de la nueva canción, componiendo canciones que intentan recuperar o expresar el malestar social que se vive hoy.
Los Setze Jutges (los 16 jueces) fue un grupo de cantantes catalanes integrados en un principio por Miquel Porter i Moix, Remei Margarit y Josep Maria Espinàs. El nombre proviene de un trabalenguas catalán muy popular (“setze jutges d’un jutjat mengen fetge d’un penjat”, que se puede traducir como “dieciséis jueces de un juzgado comen hígado de un ahorcado”), denominación que nació de un cierto espíritu irónico y en reivindicación de la cultura catalana en aquellos años de la dictadura franquista.
Empezaron con canciones propias y con versiones de cantantes franceses, en especial de Georges Brassens y el círculo se fue ampliando con Joan Ramon Bonet, Maria Amèlia Pedrerol, Joan Manuel Serrat, Rafael Subirachs y Lluís Llach.
El 13 de abril de 2007, Els Setze Jutges recibieron la Medalla de Honor del Parlamento de Cataluña por su contribución a la cultura y lengua catalana.