A los peruanos que no nos hemos movido del país y somos testigos de la entrega de los recursos naturales a la voracidad de los capitales transnacionales, a cambio de regalías que apenas representan el 13% de los que obtienen con sus inversiones y de gravísimos e irreparables daños a los ecosistemas, el señor Humala no puede hacernos comulgar con ruedas de molino, al sostener que la izquierda abandonó las bandera de la justicia social y que el “nacionalismo”, léase su gobierno, ha retomado y hecha suya esta bandera.
Seguramente que el periodista Javier Moreno (El País), por ser extranjero y ausente del drama cotidiano de los peruanos, le ha creído, pero a los que hemos sufrido y visto impotentes que en menos de un año de gobierno fueron asesinados 17 trabajadores de la ciudad y el campo, cinco de ellos en Conga, y a los dos años esta cifra ya estaría por los 27, la verdad que la única bandera que el gobierno de Humala ha retomado es la de las corporaciones transnacionales, que le legó Alan García y mas antes Fujimori y Toledo, para saquear impunemente el país.
Las personalidades de izquierda -no la izquierda- que adhirieron y se incorporaron a Gana Perú, ante este entreguismo, no tuvieron más alternativa que apartarse, porque quedarse en el gobierno hubiera significado avalarlo, y lo más grave, hipotecarse y ser condenados por el juicio de la historia.
DÁDIVAS
Al preferir gobernar con la derecha, se ha dedicado a magnificar los programa de dádivas sociales, porque es lo único que la derecha le ha permitido hacer (en lugar de las “transformaciones” de su programa original) para paliar los reclamos sociales, sin conseguirlo. Y lo más grave es que se ha dedicado a alucinar con estas obras sociales presentándolo poco menos como la panacea que requiere el Perú.
No se ha puesto a reflexionar, como lo hace una persona de izquierda responsable, que la supuesta prosperidad de esta economía basada en el extractivismo de recursos naturales, se desplomará cuando ya no haya nada que extraer y campee la miseria y desolación en los campos y cuencas hídricas por los daños inconmensurables acometidos. Es decir, por haber seguido la conseja de la oligarquía nativa y sus socios los todo poderosos monopolios internacionales extrativistas.
Para darse ánimo, recurre a la opinión de Barak Obama, el aniquilador de los pueblos de Irak y Afganistán, felizmente desvestido ante el mundo por los “wikileaks” Assange, Manning y Snowden, quién no ha vacilado en calificar a su gobierno “como uno de los socios más estables y fiables de la región”. Si el enemigo de los pueblos del tercer mundo lo elogia, resulta claro que es uno de más de su cáfila.
Para hacerlo pisar tierras hay que recordarle que su programa Pensión 65, que busca darle una pensión mínima a los que trabajaron toda su vida marginados de la seguridad social, como lo recuerda el periodista Steven Levitsky, en la misma edición donde se publica la entrevista de El País a Humala, benefició en el 2012 a 168,000 beneficiarios, una cifra inferior a la de “Juntos”, que creó Toledo y llegó a beneficiar a 723,000 personas.
Los guarismos, lo subraya Levitsky, no se comparan con los de Bolivia, que se supone es un país más atrasado politica y socialmente que el Perú, donde por decisión del gobierno popular de Evo Morales, los beneficiados por el programa equivalente a Pensión 65, tiene cuatro veces más beneficiarios. Menos se compara con el de Colombia, que tiene seis veces más beneficiarios.
Lo indignante de su último balance es haber profanado la memoria de los ilustres peruanos José Carlos Mariátegui y Jorge Basadre al aludirlos como los mentores de su gobierno, como si ellos alguna vez hubieran aconsejado traicionar las promesas hechas al pueblo, destruir las cuencas hídricas y ecosistemas que dan vida a la agricultura y sostienen la Naturaleza, asesinar a los que protestan contra el entreguismo y gobernar en favor de los que desde siempre son responsables de las miserias sociales, económicas y políticas del campo y la ciudad.
SU VERDADERO MENTOR
Su alusión a Víctor Raúl Haya de la Torre, cuya obra política lo reivindica como conformante de las bases ideológicas del “nacionalistamo”, es lo único cierto, porque está a la vista que sigue su ejemplo. Haya, como lo ha hecho Humala en su gobierno, en la segunda etapa de su existencia política, renunció a su programa original de “El Antimperialismo y el Apra” y se convirtió en el sostén político de la derecha, el capitalismo y el imperialismo norteamericano. Ni más ni menos.
· Periodista y escritor peruano.