Noviembre 30, 2024

El Presidente Sotito…

 

El Presidente Soto estaba sólo en su despacho, aunque es más exacto decir que estaba casi sólo en el Palacio de Gobierno.

 

 

 

Sí, sólo lo acompañaba el General, que era el Comandante de no sé qué, pues no tenía qué ejercito mandar ni contra quien luchar.

 

Cansados de la rutina, todos los días salían a barrer el pasillo que estaba afuera de sus oficinas y protocolarmente se saludaban como si estuvieran en una ceremonia oficial, de esas que se hacían antaño, cuando el país estaba lleno de gente. Pero ahora, eran tan pocos los que quedaban, que no era más que un ritual anacrónicamente respetuoso, que los reafirmaba en sus propios egos.

 

Y así pasaban el día, entre trámites protocolares y ceremonias absurdas. Día a día repetían lo mismo. Aunque al mediodía los dos hacían algo novedoso: Contaban montones de billetes de luca que estaba en la Plazas y calles que rodeaban el palacio…

 

Y a esa situación tan surrealista se había llegado por un camino extraño, pues extraño era el que había llevado al Presidente Soto al poder.

 

En realidad él era el portero de un Partido Político…Por supuesto, uno de aquellos que se decía mayoritario. ¡No era para menos!…

 

En su oficio de portero, estaba acostumbrado a ver pasar Presidentes, Senadores, Diputados, empresarios, religiosos y cuanta figura de poder se pudiera uno imaginar. De vez en cuando, aparecía hasta una celebridad de la televisión o del mundo de la cultura, mundos tan afines y serviles al poder político y económico.

 

Llevaba años en esas funciones y estaba acostumbrado a ver como se vendía y comerciaba en el Partido con todo lo transable que existía en el país: El agua, los minerales, la salud, la educación, la vida de las personas, las horas de trabajo, etc., etc…. ¡Con todo!

 

¡Todo tenía un precio!: Una embajada a cambio de un aumento de las cotizaciones previsionales, un cargo de Ministro a cambio de los minerales, la privatización de los carreteras a cambio de un cargo en el Directorio de una empresa y muchas cosas así. Eran “soluciones técnicas”, como le denominaban.

 

Y Sotito, como le decían en el Partido, también había sido testigo de muchas campañas políticas dónde se sacaban la mugre entre todos los partidos. ¡Era cosa habitual!

 

Sin embargo, esa campaña fue más dura que las demás, pues al parecer estaba en juego algo más que el poder.

 

Señalaban que el sistema de privilegios mismo corría peligro, que la gente ya no estaba tan crédula ni confiada como antes, que la credibilidad del sistema era nula…

 

Sotito, escuchaba todo esto y algo de razón le encontraba a esos comentarios, pues veía que las marchas de la gente no terminaban. Y todas pedían algo extraño: El fin al lucro en la salud, en la educación, en el sistema previsional… ¡En todo!

 

Eso debe ser peligroso” –decía Sotito y seguía haciendo su labor diaria.

 

Pero, los caminos del Señor son extraños y veleidosos y en esa campaña los candidatos duraban menos que un Candy. Se bajaban y subían candidatos, cada uno con menos peso que el otro.

 

Se acusaban de todo y con las palabras más duras que se hubieran conocido. Se sacaban todos los trapitos al sol y cuanto insulto se pudieran decir se lo dijeron:

 

Tu mamá es una pu…” decía uno. “ Tu hermana es una mara…” respondía el otro.

 

¡Con ese nivel de bajeza se agredían los candidatos!

 

Fue así como al poco andar ya no quedaba nadie que pudiera serlo y el horror cundió entre los apitutados de siempre…

 

¡El sistema de representación política estaba en peligro!… ¡La democracia misma colapsaba!… ¡La gobernabilidad de la República estaba amenazada!… ¡La libertad de los mercados arruinada!

 

Se citaron reuniones urgentes para responder una pregunta: ¿A quién llevar?

 

Fue así como los porteros de los Partidos Políticos, en pleno, levantaron la solución: ¡Sotito a Presidente!…

 

Él tenía experiencia en cargos directivos, pues había sido Presidente de un Club deportivo. ¿Qué tan diferente podía ser?

 

Y así impulsaron su campaña, la que no tuvo contendor.

 

Su slogan representaba claramente los que el pueblo quería escuchar:

 

  • ¡Sotito, Sotito!…¡Tiene limpio el potito!”

 

Con ese slogan, Sotito ganó por amplia mayoría.

 

Aunque, para ser honesto y generoso con la verdad hay que decir que la elección tuvo menos convocatoria que nunca. ¡Nadie la pescó!…Los canales transmitieron realities y farándula. Sólo el noticiero de la medianoche dio una pequeña nota sobre la elección…

 

¡Y así fue como Sotito llegó a ser el “Presidente Soto”!.

 

Asumió sus funciones como corresponde y se enfrentó al difícil arte de gobernar.

 

 

 

Su primera tarea, fue designar a su equipo de Gobierno, lo que fue una tarea fácil, pues candidatos a apitutados sobran y hacen cola…

 

Luego vino lo más difícil: enfrentar a la ciudadanía movilizada…

 

¿Reprimir?… ¿Otorgar?…¡¿Qué hacer?!

 

Fue así como ante la primera movilización, el Presidente Soto tuvo un acto de inmensa fortaleza política y decidió enfrentar por si mismo a los manifestantes.

 

Nada de voceros, nada de esconderse en Palacio, nada de Guanacos ni Zorrillos. ¡Sólo él y la multitud!

 

Fue así como el Presidente Soto, se dirigió de manera secreta al acto central de los manifestantes y subiendo al escenario, dejó atónitos a todos cuando pidió hablar a la multitud.

 

Los organizadores, asombrados le cedieron el micrófono.

 

Y el Presidente Soto, alzando las manos y con recia voz de estadista les preguntó a todos:

 

  • ¿Quieren acabar con el Lucro?”

 

Tras un momento de silencio, se escuchó casi al unísono la ensordecedora respuesta de la gente:

 

  • ¡SIII!

 

Y con más firmeza, empoderado en su rol, el Presidente Soto les dijo:

 

  • ¡Yo tengo la solución!…Les vendo el archipiélago de Chiloé para que hagan un nuevo país… ¡A luca el huevón que se quiera ir!

 

La respuesta fue de júbilo. La gente gritaba, bailaba y desde los aires comenzaron a llover los billetes de luca.

 

La gente comenzó a pagar desde ese mismo momento, y las calles se comenzaron a llenar de billetes. La plaza de la Constitución era un verdadero depósito bancario y se tiñeron de verde las calles aledañas.

 

La verdad es que ningún chileno quiso perder la oportunidad de sacarse de encima el lucro y durante semanas hicieron cola para cruzar hacia el Archipiélago de Chiloé, que se transformó en uno de los lugares con más alta densidad de población del mundo. Parecían refugiados de una guerra, de una guerra contra el lucro.

 

Pero eso no importaba, pues después vivieron sin AFP, sin ISAPRES, sin Colegios Particulares Subvencionados, sin Universidades Particulares y sin nadie que se los cagara… ¡Eran felices!

 

Fundaron la feliz República Sin Lucro de Chiloé, como la mayoría decidió denominarla. ¡Una República Constitucional de derechos!…

 

Su bandera era una bandera multicolor que representaba la diversidad, la tolerancia, el respeto al ser humano, el amor y el cuidado al prójimo, bases de la nueva sociedad. En el centro un chancho vestido de capitalista, el cual era cruzado por una gran X roja, símbolo que representaba el rechazo de la nueva república al lucro y a la explotación de las personas por el neoliberalismo.

 

¿Y Sotito?…

 

Bueno el Presidente Soto se quedó sólo, con muy pocos que se aferraban morbosamente a no perder el poder.

 

¿El Poder de qué? No lo sabemos, pues las funciones de Gobierno se redujeron a contar y ordenar los billetes de luca que se amontonaban en Santiago.

 

Y eso explica porque era tan extraña la imagen del Presidente Soto en sus funciones.

 

Al final de la jornada diaria el Presidente Soto, se despedía del General, quien lo acompañaba a la puerta de Palacio y lo miraba con una mirada siniestra, detrás de sus bigotitos, mientras le decía: “Hasta mañana Señor Presidente”, no sin agregar una frase en tono enigmático “Si Dios quiere”…

 

Y el Presidente Soto se iba en su bicicleta por las vacías calles de Santiago cuestionándose si el General al otro día le abriría las puertas de Palacio…

 

 

 

  • ¡Soto!.. ¡Soto! Despierte. Otra vez durmiendo y soñando en el trabajo, dijo el Presidente del Partido. ¿No ve que tenemos una reunión importante con los otros partidos, para vender lo que queda de éste país?…

 

Y Sotito corriendo, abrió las puertas del Partido.

 

 

 

 

 

 

 

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *