En un nuevo desafío al gobierno del primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, decenas de miles de personas salieron hoy a las calles de las cuatro principales ciudades del país y resistieron las embestidas de la policía para mantener por tercer día consecutivo las protestas contra la destrucción de un parque público en el centro de Estambul y para rechazar el estilo autoritario del jefe del Poder Ejecutivo.
Las tres jornadas de manifestaciones arrojaron ya un saldo de mil heridos y mil 700 detenidos por la policía, aunque casi todos liberados horas después.
El epicentro de la movilización popular ha sido desde el 28 de mayo la principal ciudad comercial e industrial del país, Estambul, pero del viernes al domingo las expresiones de enojo contra Erdogan se extendieron a otras ciudades, incluida Ankara, la capital, Izmir y Adana, tercera y cuarta localidades por su población. El ministro del Interior, Muamer Guler, informó que un total de 235 manifestaciones se han realizado en distintos puntos del país desde el miércoles pasado.
Residentes de Estambul se congregaron por primera vez el pasado martes en la plaza Taksim para exigir la cancelación de la construcción de un centro comercial y habitacional de lujo en el aledaño parque Gezi, donde hay un zócalo que tradicionalmente ha servido para la realización de concentraciones políticas. La expresión de enojo surgió después de que una cuadrilla de trabajadores derribó una docena de árboles en el espacio público.
La respuesta del gobierno fue la dispersión de los manifestantes, principalmente miembros de asociaciones civiles, quienes volvieron a Taksim y convocaron a movilizaciones públicas mayores con el apoyo de otras organizaciones sociales y de partidos políticos de oposición.
Varios destacamentos policiales custodiaron las manifestaciones de este domingo, pero sólo en Ankara utilizaron gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar la concentración.
Helicópteros de la policía lanzaron gas lacrimógeno sobre edificios en los que algunos manifestantes buscaron refugio el sábado y vehículos terrestres del cuerpo de seguridad acosaron a inconformes en las calles de Estambul.
El uso excesivo de la fuerza policial ha sido blanco de críticas de la opinión pública turca, del gobierno de Estados Unidos, la Unión Europea y agrupaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional.
Erdogan acusa a opositores de instigar las movilizaciones
Miembro del Partido Justicia y Desarrollo, que basa su ideario político en el islam, pero sin rechazar el Estado laico, Erdogan acusó hoy a la principal fuerza opositora, el Partido Republicano del Pueblo, de ser el instigador de una masiva movilización antigubernamental, pero minutos más tarde rechazó el señalamiento la organización fundada en 1924 por Mustafá Kemal Ataturk, creador del Estado moderno y laico de Turquía un año antes.
Esta reacción ya no es por talar 12 árboles, sino que está basada en una ideología, dijo el jefe de gobierno en una entrevista difundida por una televisora local, durante la cual también afirmó que la gente que participa en las protestas son unos saqueadores.
Alcalde de Estambul de 1994 a 1998, Erdogan y su partido ganaron las elecciones parlamentarias en 2002 y consiguieron nuevas victorias en 2007 y 2011, obteniendo mayor cantidad de votos el año antepasado. Los próximos comicios legislativos se verificarán en 2015.
A pesar de que en la última década Turquía logró un crecimiento económico sin precedente de 8 por ciento anual, el primer ministro ha sido cuestionado por impulsar leyes que invaden la privacidad de los ciudadanos y significan un retroceso en la laicidad del Estado.
Erdogan impuso restricciones a la venta de alcohol, limitó las expresiones públicas de afecto entre las parejas y trató de prohibir el aborto. Algunos sectores han expresado su preocupación por el posible involucramiento de Turquía en una guerra regional, a raíz del enfrentamiento político del gobierno con el presidente de Siria, Bashar Assad.