Pese a que desde el gobierno y los comandos de los abanderados de derecha se empieza a concentrar el fuego sobre Michelle Bachelet y su pasada administración, la principal amenaza a su candidatura presidencial surgió de sus propias filas, luego de que los principales dirigentes de los partidos que la apoyan no llegaron a acuerdo para efectuar primarias parlamentarias y se ensimismaron en una cerrada pugna por los cupos de diputados y senadores.
La ex mandataria, precandidata del eje PS-PPD a las primarias presidenciales de la Concertación el próximo 30 de junio, enfrenta una creciente dispersión en su propio partido, donde el senador Camilo Escalona -considerado líder de la Nueva Izquierda, tendencia que domina el conglomerado-, se niega a medirse en primarias internas con el ex alcalde de Puerto Montt, Rabindranath Quinteros, para dirimir cuál de los dos será el candidato a senador del PS por la Decimoséptima Circunscripción, correspondiente a las provincias de Llanquihue y Chiloé.
El 12 de mayo, a través de TVN, Camilo Escalona dio un golpe a la mesa con sus aspiraciones, afirmando que no irá a primarias internas y denunciando “malas prácticas” al interior del PS en la Región de Los Lagos. Afirmó que se cambiaron los lugares de votación en unas elecciones locales recientes sin que los militantes fueran informados de ello, se llevaron las urnas a domicilios particulares para devolverlas más tarde y que incluso, se sufragó en la oficina del diputado Fidel Espinoza -uno de sus principales detractores en esa zona-, en la localidad de Los Muermos. Escalona agregó que su decisión se debe a la falta de garantías en elecciones internas que considera una “farsa”. Al día siguiente, la comisión política del PS decidió pedirle a Rabindranath Quinteros que mejor se postulara a diputado, a lo cual éste se negó enérgicamente y volvió a exigir primarias internas, asegurando que Escalona “está derrotado”.
Escalona, a quien se atribuye también la principal influencia en la carrera política de Bachelet, ha concitado creciente rechazo ciudadano, tanto entre ex militantes de la Izquierda como de simples simpatizantes de Bachelet, que lo acusan de encarnar los peores vicios de las prácticas partidarias en el Chile actual.
El presidente del PS, el diputado Osvaldo Andrade, ha sostenido reuniones con los asesores cercanos a Bachelet y con sus aliados de la Concertación para tratar de zanjar las diferencias y llegar a acuerdos. Pero las posiciones han tendido a extremarse, poniendo en riesgo el liderazgo y autoridad de la ex presidenta de la República. Andrade es parte de la troika que -junto a Escalona y Francisco Aleuy, encargado electoral del partido- conduce con mano férrea al socialismo criollo. Ellos desean imponer no sólo la candidatura de Escalona, sino también las del ex canciller Juan Gabriel Valdés y el ex ministro del Interior, José Miguel Insulza en la Región de Los Ríos y en la Octava Región Costa, respectivamente. Ambos interesados, representantes de la tendencia de los “socialistas renovados”, garantizarían a Escalona el control absoluto del PS en la eventual próxima administración de Bachelet. La troika cupular del PS -afirman-, fue determinante en la anterior administración de Michelle Bachelet para sus relaciones con el resto de la Concertación e, incluso, con la oposición de derecha.
Insulza, actual secretario general de la OEA, ha sido mencionado también como postulante por las regiones de Coquimbo y Magallanes. Pero ha concitado las críticas del diputado socialista Marcelo Díaz, que aspira a ser nominado por Coquimbo; y del senador Alejandro Navarro, líder del Movimiento Amplio Social (MAS), que ahora también apoya a Bachelet y que sería compañero de lista de Insulza. Esa dupla -según Navarro- no podría mantener el actual doblaje sobre la derecha en la Octava Región Costa. Otro socialista indignado es el diputado Alfonso de Urresti, que postula a la Cámara Alta en la Región de Los Ríos, que afirma tener mejor opción en las encuestas que Juan Gabriel Valdés. La dirección del PS decidió finalmente solicitar a Valdés que postulara a una diputación y cedió el cupo senatorial a De Urresti. Sin embargo, Valdés rechazó tajantemente esta “solución”.
Pese a las complicaciones, la comisión política del PS presentó a comienzos de mayo una nómina de siete candidatos a diputados. Ellos son César Valenzuela, Francisco Díaz, Maya Fernández, Francisco Olea, Daniel Melo, Leonardo Soto y el presidente del partido, Osvaldo Andrade.
ALIADOS EN JUEGO
En el Partido Comunista, posible futuro aliado o nuevo miembro de la Concertación, se está agotando la paciencia. Hasta ahora sólo tiene asegurados los tres cupos actuales de diputados -Guillermo Teillier, Lautaro Carmona y Hugo Gutiérrez-, pese a que ya tienen lanzadas las candidaturas de Camila Vallejos, por La Florida; Karol Cariola, por Recoleta y Camilo Ballesteros, por Estación Central. El malestar se incrementa, además, porque Michelle Bachelet ha postergado una reunión con la comisión política del PC para conversar sobre su programa de gobierno.
Teillier lamentó que no se efectuaran las primarias parlamentarias, pero insistió que el PC está disponible para acudir a ellas en ocho distritos, donde no se pudo conseguir un acuerdo en las negociaciones. “Lo que sí hay que plantear -opinó- es que las negociaciones deben reiniciarse en donde las dejamos, con un acuerdo que se ha hecho en base al veredicto popular y ciudadano sobre los partidos, como son los resultados de las dos últimas elecciones de concejales y con el claro propósito también de romper el binominalismo imperante”. Agregó: “Por lo demás, los comunistas estamos de acuerdo en que la lista parlamentaria se abra hacia todos aquellos que quieran participar y que provengan de la oposición y compartan las demandas y propuestas fundamentales que se están planteando en un programa de claro sentido democrático, social y popular. Es imprescindible que en estos días prime el criterio estratégico, la generosidad, la racionalidad democrática, la equidad, el análisis de representación a partir de los resultados de las elecciones de concejales, y la consideración de la calidad e instalación de las y los mejores candidatos de la oposición, para lograr un lista parlamentaria unitaria que permita avanzar y concretar un programa único de la oposición de claro contenido democrático”.
Los problemas que impidieron las primarias parlamentarias en la Concertación-PC-MAS e Izquierda Cristiana varían según sean los dirigentes consultados. Todos coinciden, sin embargo, en que la mayoría de los partidos no deseaban arriesgar los cupos de sus actuales parlamentarios. Es por ello que se llegó a establecer primarias sólo en ocho distritos: Antofagasta, Santiago, Las Condes, Providencia, San Bernardo, Recoleta, Valdivia y Punta Arenas.
En el PPD dicen que en un comienzo ellos querían primarias en los sesenta distritos y que el fundamento era tener un paraguas común, aunque estaban conscientes que podría haber sido riesgoso para los partidos chicos, como Revolución Democrática, MAS o la Izquierda Ciudadana (ex Cristiana). Las mismas fuentes reconocen que al PPD la propuesta le convenía, porque en los distritos donde sus diputados buscan la reelección, están bien posicionados y en aquellos donde no repostularán los actuales parlamentarios, las cartas de reemplazo de la colectividad son buenas.
En el PDC, por su parte, admiten que hubo desencuentros con sus senadores. Con la senadora Ximena Rincón se generó una discusión cuando el partido no le consultó qué se haría con el candidato a diputado por Linares. Otro caso es el de Soledad Alvear, a quien los negociadores no le comunicaron que se entregaría el cupo de La Florida a la dirigente comunista Camila Vallejo. También se complicó la relación con el ex alcalde de Maipú y candidato a senador Alberto Undurraga, quien no aceptó que se entregara el distrito de San Bernardo. Los democratacristianos pidieron, además, que se les aseguraran cupos en Vallenar, San Bernardo, La Florida y Conchalí, a cambio de entregar el distrito de Santiago Centro. Y, si se les exigía también La Florida, solicitaron cinco distritos más en diversas regiones del país.
Los radicales, por su parte, exigieron el cupo senatorial de la Octava Región Cordillera para el diputado José Pérez, inscrito para la reelección a diputado por Los Angeles. De ese modo, dicen en los otros partidos, pretendían ocultar que el cupo era en realidad para José Antonio Gómez, presidente del PRSD y actual senador, luego que sea derrotado en la primaria presidencial.
LOS CONTENTOS
En las primarias internas del PDC, en nueve distritos, se eligieron como candidatos, entre otros, a la ex ministra Yasna Provoste, en Vallenar; al dirigente social Iván Fuentes, en Aysén; Susan Sesnich, en Iquique; María Elena Villagrán, en Talca; Eduardo Cerda, en Quillota; el ex alcalde David Morales, en San Bernardo; Iván Flores, en Valdivia; Adolfo Alvial, en Llanquihue y Juan Moreno, en Magallanes.
EL PPD informó que realizará primarias parlamentarias en tres distritos el 16 de junio. En su página web, indicó que la “mesa del partido reafirmó por unanimidad su decisión de realizar primarias” en los distritos de La Reina-Peñalolén, Nueva Imperial y Parral.
En círculos de la Izquierda, mientras, se comenta la actitud del diputado Sergio Aguiló, que se negó a arriesgar su cupo en Talca en primarias, en las que participaría el movimiento Revolución Democrática, de Giorgio Jackson. Aguiló, ex DC, ex IC, ex PS, es ahora el factótum de la Izquierda Cristiana (nombre legal) o Izquierda Ciudadana (nombre de fantasía), y era considerado uno de los más izquierdistas parlamentarios de la Concertación.
Así como van las cosas, lo más probable es que la lista parlamentaria que acompañará la candidatura presidencial de Michelle Bachelet se cierre muy poco antes del plazo legal del 19 de agosto. De aquí a esa fecha puede haber muchas novedades. En el intertanto, en el Servicio Electoral realizan esfuerzos para depurar el padrón electoral. Aún figuran inscritos cerca de 600 mil muertos, quizás los verdaderos fantasmas de la política chilena.
MANUEL SALAZAR SALVO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 781, 17 de mayo, 2013