Noviembre 27, 2024

El Rey de España y la Monarquía, cuesta abajo

juancarlos

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Los medios de comunicación españoles han roto su pacto de silencio entorno a la conducta de su Monarquía. Día a día dan a conocer la corrupción, las peleas y los desvarios amorosos que rodean al Rey Juan Carlos y a su familia. Atrás quedó esa época cuando las comentarios sobre los Borbones se conocían sólo por el boca a boca. Ahora, el tema se trata de forma abierta y ello, gracias al juicio que afronta su yerno, el ex jugador de balonmano Iñaki Undargarin, por el presunto desvío de dineros públicos.

 

 

 

 

El pasado 14 de abril de 2013, la mayoría de las ciudades de España celebraron el 82 aniversario de la proclamación de la República. Era un día especial y no sólo porque las concentraciones fueron masivas como nunca antes. La razón principal era que la Monarquía, 38 años después de su tutelada llegada al poder por parte del dictador Franco, empezaba a ser cuestionada por políticos y civiles que pedían la abdicación del Rey Juan Carlos.

 

Desde los inicios de la democracia en 1978 y hasta el 2010, la Corona española ha tenido una férrea protección en los medios de comunicación peninsulares, una especie de oscurantismo, de censura previa, de poca transparencia en sus cuentas, que no se ha entendido en muchos países de la zona euro. Todo ello se convirtió en una red de apoyo en sectores fácticos de la población que protegen de cualquier elemento extraño a la familia real.

 

Sin embargo, los españoles han comenzado a perder la confianza en esta institución divina y una de las razones es el ‘Caso Noos’. La investigación judicial imputa al yerno del Rey, Iñaki Urdangarin (marido de la Infanta Cristina), el presunto desvío de fondos públicos hacia el Instituto Nóos, que presidió el Duque de Palma entre 2004 y 2006, y que dentro de sus actividades estaba la organización de cursos, conferencias, seminarios y publicaciones. El ex jugador de balonmano tiene varias acusaciones en su contra: evasión de impuestos, fraude fiscal, prevaricación, falsedad documental y malversación de caudales públicos.

 

La investigación fue dada a conocer en 2007 por el medio digital El Confidencial, muy cercano al republicano de centro-derecha, y los medios más conocidos como El Mundo y El País no se hicieron eco de las informaciones judiciales. Pero todo lo que se comentaba entre bastidores emergió al público masivo con la crisis que atacó al país ibérico. La búrbuja inmobiliaria explotaba y dejaba a más de 4 millones de personas buscando trabajo.

 

A partir del 2011, El Mundo y El País no dudan en publicar noticias sobre el caso. Era el tema ideal para vender más periódicos, y por supuesto, era especialmente sabroso en una época con muchos ciudadanos cabreados por el alto desempleo.

 

A tal punto ha molestado el ‘Caso Noos’ a los españoles (a lo que se suma que permanentemente se conocen casos de corrupción en todos los estamentos de la sociedad como bancos, sindicatos, justicia, partidos políticos, alcaldías, etc), que una encuesta del El País desveló que la mayoría de ciudadanos (46 %) dan por ciertas las afirmaciones del socio de Undargarin en Noos, Diego Torres, sobre el papel del Rey y su hija en el caso de corrupción. El mismo informe del diario español confirmó que alrededor del 90 % de los españoles estaban convencidos de que la infanta Cristina de Borbón sabía de las acciones ilícitas de su marido.

 

 

No sólo las encuestas arrojaban números negativos para la Corona. La calle está cada día más caliente. Según informó la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, el número de protestas que registró la capital española durante el año 2012 ha sido de 3.419. Son una media de 10 manifestaciones al día. Por supuesto, varias de ellas son contra la Monarquía, y esto ha calado en que los españoles cada vez tienen vez menor interés en las actividades oficiales de la Casa Real.

 

Y las piedras siguen cayendo sobre el tejado de la Monarquía. Este 2013 ha registrado su peor valoración en la encuesta del barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), dada a conocer el pasado 3 de mayo. El barómetro correspondiente al mes de abril le otorgó una nota de 3,68. El peor de su historia. La última vez que el CIS preguntó por esta institución, en octubre de 2011, registró su primera nota roja: un 4,89.

 

Frente a este ambiente de indignación masiva que vive el país, la Casa Real reafirmó el papel del Rey en la democracia ibérica y declaró en un comunicado que Juan Carlos I “no piensa abdicar al trono”. Para limpiar su imagen, la monarquía intenta desvincularse de Iñaki Urdangarin y lo ha borrado de su página web como también ya no lo invita a sus actos oficiales.

 

Si bien los medios nacionales han liberado muchas acciones encubiertas de los Borbones, el pueblo español se sigue enterando desde el extranjero de como se maneja su país. Por ejemplo, el New York Times destacó en una columna que el “entorno del rey presionaba de un modo agresivo sobre varios jefes de los periódicos más importantes de la península con la intención de acallar las noticias del Caso Nóos”.

 

Por supuesto, medios monárquicos como el ABC o La Razón, se mantienen firmes con la institución y más que informar se han convertido en un aparato propagandístico de la familia real. En sendas editoriales sobre el Rey y su familia dan a entender que ellos no debían saber que Undargarin llevaba más de dos años con la supuesta malversación de casi seis millones de caudales públicos. Por ejemplo, en la editorial de ‘ABC’ del 4 de abril se tituló: “Con la justicia, con la Monarquía”. El subtítulo decía: “La igualdad ante la ley no puede acabar perjudicando los legítimos derechos a la defensa y la presunción de inocencia de la infanta Cristina”…”Este es un caso que está generando un gran daño a la Corona, pero que requiere ser visto en su justa proporción. No se puede poner en tela de juicio el valor de la institución”.

 

En tanto, La Razón tituló en su editorial: “El juez imputa a la Infanta Cristina en contra del fiscal”, agrega su editorial: “Una imputación discutible. Los argumentos para imputar a doña Cristina carecen de consistencia jurídica y técnica…”.

 

Aunque los malos augurios vuelan sobre la Corona española, el Rey Don Juan Carlos es aún una figura querida por los españoles por su labor en la transición. En sectores de la ciudadanía donde la edad promedio es de más de 60 años, la imagen de Juan Carlos al igual que la del Príncipe Felipe, está bien valorada. Para este grupo es alguien que no se mete en política, de gran simpatía y con buena sintonía con sus súbditos. En definitiva, un ejemplo.

 

Las ‘novias del Rey’

 

En 2011 comenzó a ser ‘vox populi’ que El Rey y la Reina dormían en camas separadas. Todo se confirmó cuando La Reina Sofía empezó a pasar la mayor parte de su tiempo en Londres. En la capital inglesa la reina convive en un departamento junto a su hermano y sobrinos. Sólo cuando hay actos oficiales o hay que hacerse una foto con toda la familia Real, Sofía viaja a Madrid.

 

 

 

La periodista Pilar Eyre, quien ha escrito varios libros sobre la Casa Real, en su última publicación que se llama ‘La soledad de La Reina’ destacó el quiebre de la pareja. En un párrafo señala que “no hablan en ningún idioma en especial, porque sencillamente no hablan. No tienen roce. Nunca ha planeado la sombra del divorcio, porque siempre han luchado por el trono de España y saben cuáles son sus responsabilidades y sacrificios. Doña Sofía, desde el primer desliz, se ha puesto su máscara y se ha limitado a actuar como una reina. No creo que acepte sus circunstancias, pero no le queda otra. Actualmente, su único objetivo es que su hijo sea Rey. Es la mujer más sola del reino, esa es la frase que mejor la define”.

 

Los periodistas de la farándula española también hablan que La Reina ya está harta de los deslices amorosos del monarca. Durante los años 80, se especulaba que Juan Carlos tuvo de amantes a actrices y cantantes. Nunca se confirmó pero en la actualidad, las mujeres a quienes se les ha apuntado una relación con el Borbón, no rechazan esta acusación.

 

La actriz y cantante de la movida, Bárbara Rey, ha reconocido públicamente haber sido amante de Juan Carlos I. Rey (vaya coincidencia) declaró que se encontró varias veces con el monarca y que terminó con él en 1994. La artista acusó tres años después a gente de la Casa Real de querer matarla y que le robaron películas y fotografías que demostrarían su relación con el líder. Otras ‘amigas’ que se le acreditan al monarca son Paloma San Basilio y la Princesa de Italia, María Gabriela de Saboya.

 

La última conquista del Borbón se supo por una columna del diario italiano La Stampa que afirmó que “en España hay dos reinas: la oficial, Sofía, de 73 años, casada desde 1962 con el rey Juan Carlos y la oficiosa, la provocante y rubia princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, de 46, separada y amante desde hace cuatro años del soberano más tombeur (casanova) de femmes de

Europa”.

 

Para echarle más leña al fuego, el exdirector de ABC, José Antonio Zarzalejos, insinuó en El Confidencial que “la estrecha e íntima amistad de Juan Carlos y Corinna ha dejado de constituir un rumor para convertirse en una certeza, hasta el punto de que existe ya documentación acreditativa de que ésta acompaña a Don Juan Carlos en viajes al extranjero y asume funciones de representación oficiosas”.

 

Lo peor estaba por venir para ‘la amiga del Rey’ su nombre apareció ligado al “Caso Nóos”. La aristócrata y empresaria alemana se defendió de las acusaciones y se desligó del polémico caso. Aclaró en una exclusiva dada al diario español El Mundo por que era mencionada en los controvertidos e-mails que el ex socio de Urdangarin, Diego Torres, entregó al juez con el propósito de involucrar a la Casa Real. “Sólo traté de encontrarle un trabajo digno a Iñaki…y encontrar un empleo compatible con su posición”, se defendió Corinna, quien además desveló que “asesoraba” al Rey. Este ’empleo’ luego fue negado por el gobierno de Mariano Rajoy.

 

Según la investigación judicial, los emails aportados por la defensa del ex socio del yerno del año, muestran que Corinna habría hecho gestiones a pedido del Rey para tratar de encontrar un empleo “con buen sueldo” a Urdangarin en la prestigiosa fundación deportiva internacional Laureus.

 

La búsqueda de empleo para el jugador de balonmano empezó en junio de 2004 y se hizo con la supervisión del jefe de la Casa Real, Alberto Aza. “Te envío el currículum que pidió su Majestad. Espero recibir pronto noticias positivas“, escribió Urdangarin en un correo electrónico a la ‘amiga’ de su suegro. El vasco ganaría en Laureus 250.000 euros al año. Finalmente, el duque rechazaría el empleo en 2005 y cuatro años después sería contratado por Telefónica gracias a unas supuestas gestiones del Rey.

 

Para peor, Torres entregó más emails al juez Jose Castro dando a conocer que la hija del Rey si tomaba decisiones en la empresa Nóos y que Juan Carlos I siempre tuvo conocimiento, y hasta era informado de los contratos que realizaba su yerno.

 

Para cubrir a la Casa Real del mayor escándalo que una monarquía europea haya tenido, Undargarin dijo en los juzgados de Palma de Mallorca, que la institución real “no opinó, asesoró, autorizó o avaló” las actividades que él desarrolló al frente del Instituto Nóos.

 

La historia está que arde. Nadie en la calle pone las manos al fuego por su Rey. Sólo los políticos son quienes ven en La Casa Real la única forma de mantener a España unida y tranquila. Aunque, si siguen los recortes draconianos impuestos por la comunidad europea a los españoles para superar la crisis económica, sin duda, la calle explotará. Y los primeros en caer serán los hijos de la Monarquía.

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