La creación de un fondo nacional de medicamentos fue la petición central que efectuó el periodista Ricarte Soto durante la marcha de los enfermos, que la mañana de este domingo reunió a unas 12 mil personas en el centro de la capital.
La actividad fue organizada por particulares y a ella adhirieron miles de afectados por el alto precio de los medicamentos y tratamientos, muchos de los cuales se encuentran fases terminales de sus enfermedades.
El valor de la convocatoria efectuada por Ricarte Soto no es otro que la paulatina toma de conciencia de la sociedad civil que ha llegado el momento de tomar el control. Los chilenos ya no queremos más abusos contra nuestra salud. Por ello es importante no dejar pasar la oportunidad y manifestar nuestro decidido apoyo a un cambio real.
Chile requiere de nuevas leyes y nuevos instrumentos de participación ciudadana; basta ya de una legislación leonina y del no acceso a los espacios de discusión pública. En noviembre los chilenos tendremos una inmejorable oportunidad de renovar la TOTALIDAD de la Cámara de Diputados, y la MITAD del Senado, es decir, podemos despedir a 120 diputados y 19 senadores. Y en cuatro años más, podemos volver a cambiar a los 120 diputados y hacer lo mismo con la otra mitad del Senado.
Tanto la Concertación como la Alianza han dado muestras de no querer hacer esos cambios; a ninguna de ellas les interesa introducir modificaciones estructurales. Está claro que ambas se benefician del sistema de representación, y que en virtud de ello, no están interesadas en cambio alguno.
No sólo los enfermos se ven afectados por los altos costos de la salud, también sus familias que puede perder todo a manos de una grave enfermedad.
No olvidemos que este 17 de noviembre es la gran oportunidad de deshacerse de 120 diputados y 19 senadores. Pensemos en gente como Ricarte Soto, que no teniendo más recursos que su condición de panelista de TV, ha logrado sacar a la calle a miles de enfermos y sus familiares a exigir que el Estado se haga cargo de sus males, y que los empleadores y los trabajadores ayuden a la formación de un fondo solidario de medicamentos.
Esa idea, tan obvia, simple y necesaria, créame señor lector, no se la he escuchado a ningún parlamentario en estos 23 años de “democracia”.
Patricio Araya
Periodista
@patricioaragon