Hugo Chávez militar libre, es conductor político de todos los pueblos hacia la justicia y la liberación interna y extranjera. Él levanta una alternativa para el tercer mundo pobre.
Inteligente, valiente, carismático, creativo, Hugo Chávez es un modelo de lo popular distinto del estilo burgués considerado casi indispensable para gobernar. Es en sí la capacidad negada del indio pobre.
Los venezolanos sencillos tienen que responder ahora a la nueva realidad. La responsabilidad está en cada hombre, mujer, joven, populares.
Las personas ricas y en su mayoría las de capas medias siempre han sabido que hacer: tomar el control de la sociedad a cualquier precio para obtener privilegios de la explotación humana y ambiental.
Lo que se espera confiados es la conducta leal de los postergados por siglos, Chávez les dejó un programa y un equipo de políticos de su confianza. Les adelantó un consejo de estratega antiimperialista: unidad para el proceso sin él.
Más allá, es América Latina y el Caribe quien necesita un continuador de la unidad grande, un conductor porque la historia de millones pasa por adelantados individuales y la integración de países no se hará sin alguien que tenga la pasión y la visión de adonde llegar.
Aun más amplio, el mundo sur entero no tenía como propuesta en ejecución sino el Siglo 21 suyo, el cambio marchaba solo en América Latina-Caribe, y ahora debe moverse en todos los continentes buscando otras lenguas y guías.
Si el pueblo venezolano aprendió el camino elevará a un discípulo de Chávez, el maestro político. Gran parte de lo que se debe hacer le quedó dicho: solidaridad, justicia, soberanía, unión mundial de los explotados. Llegar al socialismo.
Hoy están las condiciones internacionales y Venezuela tiene a Chávez, al pueblo, a los continuadores.
Chávez es único pero no deberá ser el único.
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Rómulo Pardo Silva