Cumplido casi un mes de la detención de los tres jóvenes soldados bolivianos bajo el cargo de ingresar al país armados y disparando, es urgente señalar que es una situación que no debe continuar.
Ha sido evidente el mal manejo del gobierno chileno, ya que ante las insuficientes pruebas de delito por parte de la fiscalía no ha tomado la decisión de resolver el problema por las vías que entrega la diplomacia. Esta actitud sólo complica la ya compleja relación que se vive con el hermano país de Bolivia.
La decisión de mantener a los soldados retenido en una cárcel de alta seguridad es, inobjetablemente, un duro golpe a las relaciones entre los gobiernos mas no puede afectar a los pueblos de Chile y Bolivia. Nosotros debemos seguir adelante para concretar la integración de nuestros pueblos.
No podemos permitir que el gobierno chileno actúe de manera arrogante y fuera del marco legal, haciendo incluso el ridículo al tener como fuente de investigación a los contrabandistas perseguidos por los soldados recluidos. No podemos permitir que el gobierno chileno se dedique a construir montajes en el marco de tensiones diplomáticas con nuestros vecinos.
Por este motivo, llamamos a tomar las medidas diplomáticas pertinentes para dar una salida lógica a esta compleja situación. Es perentorio no dilatar más la detención de estos soldados.
Al mismo tiempo, llamamos a tomar la senda del encuentro y el dialogo, dejando de lado la arrogancia y la terquedad, para enfrentar los diferendos que nos enfrentan centenariamente con Bolivia, no por nuestros intereses sino para saciar los afanes trasnacionales.
Sigamos construyendo la gran Patria Latinoamérica, a través de la integración, el respeto y la solidaridad.