Noviembre 29, 2024

Las “primarias” son como el viagra

orrego_claudio

 orrego_claudioDicen los expertos que esta pastilla puede provocar la erección o un ataque fulminante al miocardio cuando la toman sin control médico los ancianos. La Democracia Cristiana es un Partido muy viejo, que está padeciendo un serio desgaste en su apoyo electoral: desde 1989 hasta ahora ha perdido más de un millón de votos y disminuido el porcentaje del 24% al 15% de los votantes. Este partido ha retrocedido, en el tiempo desde 1961, cuyo resultado fue igual a las actuales municipales.

 

Es cierto que, en este caso, las primarias fueron como el viagra para este anciano moribundo, pues les permitió detener la sangría en las últimas municipales del mes de octubre último, y también llevar casi 60.000 personas en las primarias presidenciales. No se puede negar que es una buena cifra en una política liliputiense, en la cual el 60% de los electores se abstienen y los partidos políticos tienen, apenas, el apoyo del 9% de los encuestados por el PNUD, en noviembre de 2012.


El hecho de que se hubieran efectuado las primarias en la DC se debe a la porfía de Claudio Orrego y de Ximena Rincón, pues muchos de los dirigentes querían entenderse desde ya con la candidatura de Michelle Bachelet, a fin de “sacar los boletos” de mejor ubicación en el reparto del “animal” del Estado. Esta conducta oportunista no es nueva en la Concertación: en las primarias entre Ricardo Lagos y Eduardo Frei los barones socialistas se pasaron, con camas y petacas al segundo, que era un seguro ganador; por el contrario, en las primarias entre Andrés Zaldívar y Ricardo lagos, los democratacristianos se cambiaron a al segundo.


El ganador de las elecciones primarias presidenciales, Claudio Orrego, representa la posición más centrista de ese Partido: se define como socialcristiano, cuando la doctrina social de la Iglesia está ya desaparecida: esta institución se ha transformado en experta en ginecología y está seriamente afectada su credibilidad a causa de la pedofilia de algunos sacerdotes .


De ser candidata Michelle Bachelet, Claudio Orrego iría, a priori, a la derrota, pero su candidatura podría servir para ubicar a este decadente Partido en buenas posiciones de poder y, a su vez, moderar el programa de la Concertación más los comunistas que, a mi modo de ver, no representan a la oposición del gobierno de Piñera. Sólo cuenta la reunión de los cuatro presidentes de Partidos, a la cual se agrega una silla más al Partido Comunista -.


Los electores son más inteligentes y versados de lo que uno piensa: captan a la perfección cuando una primaria es trucha – como ocurriría con la de la Concertación si la opción por la candidata se dispara en las encuestas de opinión previas- pues nadie está dispuesto a participar en una mascarada sabiendo, además, que la Concertación no ha cambiado nada, como tampoco ha hecho ninguna autocrítica de sus negligencias y, de seguro, hará un gobierno a favor de los empresarios, como lo promete Camilo Escalona.


La Concertación tiene una gran habilidad para buscar acuerdos entre posiciones encontradas: pudo congeniar con los neoliberales de Expansiva y con los “antiguos revolucionarios” del Partido Socialista: los autocomplacientes, con los autoflagelantes; hoy, los comunistas con los democratacristianos.


Pienso que las primarias son imprescindibles en las elecciones parlamentarias, a fin de lograr algunos puntos programáticos de consenso en la totalidad de la oposición: en primer lugar, todos contra la UDI que es y ha sido, desde su fundación, el obstáculo principal para llevar a cabo cualquier cambio en el sistema político; en segundo lugar, el cambio del sistema electoral vigente – el binominal – que requiere de un alto quórum, reemplazándolo por uno proporcional.


En política, la contradicción es fundamental y ha permitido avances muy superiores al consenso: en base a la dialéctica de la contradicción fue posible poner fin a los gobiernos radicales que, en esa época, (1952), estaban corrompidos; por otra parte, lograr la derogación de la Ley Maldita, (1958), por unión del centro y la izquierda contra la derecha; posteriormente, el acuerdo Allende-Tomic, que permitió derrotar las maniobras del freísmo y la derecha para impedir la ascensión al poder de Salvador Allende. La democracia de los consensos, por el contrario, sólo ha servido para mantener y consolidar el legado de la dictadura y la economía neoliberal de libre mercado.


Estoy convencido de que, aun cuando es evidente la necesidad de llevar a cabo primarias parlamentarias con la participación de toda la oposición, va a ser muy difícil su implementación debido a que en la actual predominan los pavos reales – que se sienten dueños indiscutidos de sus cupos parlamentarios – que no están dispuestos a competir con un desafiante que ponga en peligro su parcela de poder. Socialistas y democratacristianos han dejado entrever que no están dispuestos a someterse a una primaria de estas características, pues quieren salvar los cupos, especialmente de Frei, Escalona y otros que se niegan a soltar la “teta”. Sólo en Haití se había dado el caso de parlamentarios vitalicios; en este plano, en Chile le gana de lejos en la inmoralidad, pues tendremos senadores que completarán treinta años en el cargo.


Rafael Luis Gumucio Rivas

28/01/2013

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