En un artículo publicado a mediados de diciembre del 2012 comenté que, “A Longueira no lo entendieron cuando hablaba del “relato”, hasta se rieron de él, pero su idea tenía un trasfondo científico y era buena. Debieron haber construido un relato que se pudiera “vender” a la ciudadanía”.
A Piñera no le gustó nada esa teoría, el siempre ha funcionado en el mundo empresarial de la materialidad real, y quizás no entendió cuál era el objetivo de construir un “cuento de hadas” para el pueblo. Obviamente Longueira no podía ir uno por uno diciéndoles al oído, miren se trata sólo de un “cuento” para que la gente vote por nosotros, porque a la primera de cambio lo podrían filtrar a la prensa, sus propios socios de sector.
Ahora, al parecer la situación está empeorando, incluso Carlos Peña escribe en su artículo del domingo, 20 de enero de 2013, lo siguiente, “Lo más notables de la últimas semanas es la aparición de ¡tres libros! (1) empeñados en dilucidar el mismo misterio: averiguar cuáles son las ideas de la derecha”. Más adelante en otro acápite dice, “La ideas de la derecha requieren, explica Novoa, ser alimentadas por un relato capaz de despertar la emoción de aquellos que lo escuchan”.
Luis Larraín sostiene que lo que está en crisis no es el modelo, sino la confianza del gobierno en él. En Chile la derecha partidaria y empresarial no siente que el modelo ha fracasado, porque nunca antes habían logrado acumular tanta riqueza, incluso es probable que muchos de ellos piensen que la crisis del modelo económico que vive Estados Unidos es un invento o alguna película de Steven Spielberg que pronto pasará de moda. Para algunos la crisis de Europa y el desastre de numerosos países es una conspiración Rusa o del partido comunista. Recientemente Hinzpeter sacó nuevamente del baúl, donde guarda los “cucos”, al partido comunista para sindicarlo, junto con la Concertación, de ser los responsable de prohibir a los chilenos recordar el problema del Transantiago, las listas de espera del AUGE y otras “chambonadas”, como dice el mismo.
Algunos personaje de la derecha han salido a decir que el gobierno de Piñera no ha sido lo suficiente efectivo para divulgar los avances del actual gobierno. Quizás tengan razón, porque si reflexionamos entre todos podemos hacer un examen más profundo que revele las razones del porqué no sentimos ni media lágrima de emoción, ante la obra realizada por el actual gobierno.
Podríamos empezar por las noticias más recientes. Para resolver el problema de las deficiencias del Transantiago, se decidió instalar pantallas en los buses que permiten exhibir películas, correspondiéndole en primer lugar a la cinta, “Stefan vs. Kramer”, aunque debieron exhibir “La gran mentira”, con Bette Davis y George Brent, porque ningún texto de ingeniería en transporte público, da pista alguna sobre cómo la exhibición de películas en los buses, hace que los pasajeros se trasladen más rápido y en forma más expedita a sus lugares de destino, por el contrario, alguno podría verse tentado a no bajarse, para no perder el final de la película congestionando más el transporte.
Lo otro que me pareció emocionante fue ver al presidente Piñera en el Glaciar Unión en el Círculo Polar Antártico, en lo que “El Mercurio” tituló a toda página, “Un hito que crea futuro”. Cuesta entender que la gente no se emocione con estas noticias, cuando se ve al presidente enterrando en la nieve la bandera chilena en un palo de coligue. A mí me corrían las lágrimas… pero de la risa.
Quizás las palabras del Canciller Alfredo Moreno, en vísperas de la cumbre CELAC-UE, debieran emocionar más a los chilenos. Dijo solemnemente, “Es un buen momento para mostrar lo que es Chile ante más de 40 jefes de Estado”. Estas palabras tuvieron sentido para mí cuando leí que dentro de las sorpresas que prepara La Moneda para los líderes de la CELAC-UE, será entregar “unos novedosos lentes de sol hechos en Chile con madera nativa”. Ya me imagino las expresiones de asombro de las visitas, ante tamaña obra, la que nos elevará a la categoría de país desarrollado.
También imagino la emoción que sentirá el pueblo mapuche ante el llamado que efectuó Pablo Longueira, al invitar a los jóvenes de la UDI a vivir una semana con los mapuches, ¿no será demasiada alegría para los mapuches tener en vivo y en directo al Sr. Longueira, ensayando quizás algún “relato” con el cual resolver el problema de la Araucanía?
Otra gran fuente de emoción, insuficientemente divulgada quizás, es en Salud, porque se prevé fuertes alza en las Isapres por el AUGE, que es el único mecanismo no impugnado por la Justicia. Los líderes de la derecha no han explicitado a qué emociones se refieren, porque sí podemos concordar que habrá mucha emoción, pero de rabia, ante un nuevo anuncio de abuso.
Muchos chilenos no van a estar vivos, pero me imagino lo emocionante que podría ser vivir hasta el 2025 o 2028, para escuchar el relato del cobre, cuando se entregue al fisco un aporte de US$ 110.000 millones procedentes de la minería, y quizás sea más emocionante aún, con deseos casi de llorar de alegría cuando el año 2045 se puedan recibir otros US$ 100.000 millones de dólares y mejor ni pensemos en la emoción que nos pueden causar los anuncios del 2090. ¿Qué manera de burlarse de la gente?
La derecha no se da cuenta de su condición autopoiética y no hacen el ejercicio de entender lo que sustenta H. Maturana cuando dice “Todo hacer es conocer y todo conocer es hacer“. La derecha sólo puede tener una visión de lo que conoce, de su élite, de su individualismo, de la avaricia que los motiva a gobernar. No comprenden que el pueblo de Chile siente aversión y rechazo a su accionar político, económico y de manipulación social. Hicieron una reforma tributaria de macetero, vendieron el resto de las sanitarias, están pensando en regalarle la carretera eléctrica a las grandes empresas mineras con cargo a fondos fiscales por US$ 700 millones, o el proyecto de Pascua Lama, etc.
La derecha chilena sueña con tener un líder político que pueda emocionar al pueblo hasta las lágrimas y lo aplauda cuando ellos hablan del dinero de la banca, de sus empresas o sus negociados. Quisieran sentir la misma emoción de los chilenos, en especial los más jóvenes, cuando oyen una canción de Víctor Jara o una balada de Inti Illimani, que conecta al pueblo con lo más profundo del alma nacional y les recuerda que ellos son hijos de la solidaridad, el problema es que la derecha es hija del individualismo.
El sociólogo Darío Rodríguez M., doctorado en Bielefeld, Alemania, al comentar sobre Niklas Luhmann, a propósito de la elaboración genial de H. Maturana, nos recuerda que, “Los sistemas autopoiéticos son sistemas determinados estructuralmente, en otras palabras, nada puede ocurrirle a un sistema que no se encuentre considerado en su propia estructura”
No existe relato que pueda esgrimir la derecha que pueda emocionar al pueblo chileno, excepto la solidaridad, pero cuando ello ocurre, cambia la emoción y ya no serían de derecha. No hay mensaje que borre el sufrimiento de un pueblo que por casi 40 años ha vivido expoliado por el mismo modelo de economía neo liberal hasta convertir a un 60% que vive en el ghetto de la pobreza, mientras ellos, el 5%, más rico se apoderan de casi el 50% de la riqueza para construir su imperio en Chile y en el extranjero y para lo cual piden que los dejen gobernar un período más, porque aún les queda espacio en sus faltriqueras para acumular más riqueza.
Darse cuenta que el voto es voluntario les exige trabajar en un desafío que significa explicar a la gente porqué ellos siguen nadando en la riqueza transcurrido 40 años de economía neo liberal, mientras millones de chilenos siguen viviendo en la pobreza y en total inequidad.
(1), “El regreso del modelo” Luis Larraín, – “Chile camino al desarrollo” Cristian Larroulet – “Con la fuerza de la libertad”, Jovino Novoa.
Mario Briones R