El juez especial Miguel Vásquez procesó a siete exoficiales del Ejército como responsables del asesinato del cantautor Víctor Jara, ocurrido el 16 de septiembre de 1973 tras el golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet, informaron fuentes judiciales.
La resolución, dictada por el juez de la Corte de Apelaciones de Santiago más de 39 años después del crimen, incluye a siete militares que en esa fecha estaban a cargo de centenares de prisioneros confinados en el “Estadio Chile”, de Santiago, informó la agencia Efe. Respecto de uno de los procesados, Pedro Barrientos Núñez, el juez dictó un orden de captura internacional, por encontrarse fuera del país y dispuso el arresto de los otros seis en un batallón de la policía militar, indicaron las fuentes.
Barrientos fue procesado como autor de homicidio calificado del autor de “Te recuerdo Amanda” y “El Cigarrito”, junto con el exoficial Hugo Sánchez Marmonti. En calidad de cómplices fueron procesados Roberto Souper Onfray, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei y Luis Bethke Wulf. Hace unos años, Edwin Dimter fue identificado como El Príncipe, apodo de uno de los oficiales que estaban en el estadio, a quien se señalaba como el autor material del crimen.
Víctor Jara, que además de cantautor era un destacado director de teatro, fue detenido el 12 de septiembre, un día después del golpe de Pinochet, junto a centenares de alumnos, trabajadores y profesores en la Universidad Técnica del Estado (UTE), la actual Universidad de Santiago (USACH), en la que se desempeñaba como docente.
Todos fueron llevados al estadio Chile, habilitado como centro de detención, donde Jara, tras ser reconocido por los militares, fue separado de los demás prisioneros y sometido por varios días a torturas, entre ellas quemaduras con cigarrillos, simulacros de fusilamientos y la fractura de sus manos con golpes de culata. El artista, señala la resolución, fue “agredido físicamente, de forma permanente, por varios oficiales”.
El 16 de septiembre el Estadio Chile fue vaciado de prisioneros, con excepción del cantautor y de Littré Quiroga Carvajal, que fuera director de la Empresa de Ferrocarriles del Estado durante el gobierno de Salvador Allende (1970-1973). Ambos fueron llevados a un subterráneo del recinto y acribillados a tiros.
Víctor Jara, cuyo nombre lleva actualmente el recinto donde murió asesinado, recibió 44 impactos de bala y tenía numerosos huesos fracturados, según determinó el informe de la autopsia que le fue practicada tras el hallazgo de su cadáver, en la parte posterior de un cementerio situado en el área sur de Santiago, donde también los cuerpos de otras tres víctimas. El cadáver del cantautor fue reconocido en la morgue por su viuda, la bailarina británica Joan Turner, quien lo retiró y sepultó en el Cementerio General de Santiago, en un funeral al que además de ella sólo asistió el conductor de la carroza fúnebre.