Diciembre 26, 2024

La arriesgada apuesta del PC

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 corbatasEl fin de semana pasado, el MAIZ (Movimiento Amplio de Izquierda), realizó un Encuentro Nacional donde reafirma su voluntad de crear izquierda fuera del duopolio, Concertación – Alianza. Hace algunos meses, Arrate había renunciado a sus cargos dentro del Movimiento, debido al apoyo de algunos de sus integrantes  a listas de la oposición, en las pasadas elecciones de alcaldes y concejales.

 

 

Después de su renuncia al PS y su postulación al ejecutivo, Arrate ha sido muy claro en el objetivo de creación de un camino propio, ajeno al duopolio. Es un intelectual respetable, ha lanzado su último libro con conversaciones con uno de los principales líderes de la Zona Mapuche: Héctor LLaitul, presentado en su lugar de reclusión.

 

Sin embargo, Arrate desanda su camino, ya que fue uno de los artífices de la “Renovación Socialista” y fue ministro de Educación en Gobiernos Neoliberales; por tanto, tiene responsabilidad en la institucionalidad y en el estado de crisis actual de la educación.


Ha vuelto a sus raíces, quizás abandonadas en la noche del exilio, por la dura derrota que sufrió la patria, experiencias europeas…


Ha vuelto a soñar con caminos socialistas.


Arrate se presenta, casi al fin de su vida, con el reencuentro de los ideales abandonados.

 

Marco Enríquez,  renunció a la Concertación y ha trabajado mucho en la construcción de su Partido Pro; aunque no reniega totalmente de su pasado de diputado Concertacionista, hoy busca cambiar el rumbo del cuento que ayudó a crear, con propuestas de gobierno distintas, dentro de los marcos del modelo de desarrollo, claro.

 

El Partido Humanista se fue con camas y petacas apenas percibió la criatura deforme que venía gestándose.

 

Hay muchas otras historias de Concertacionistas Top desilusionados, empero; la mayoría de la “izquierda” siguen ahí, “al cateo de la laucha” . Parece que jamás cuestionarán lo realizado, están demasiado convencidos con lo espectacular de sus obras y sus sobrehumanos esfuerzos para darle al país un empujoncito al desarrollo. A lo más aparecerán excusas poco creíbles de haber hecho todo “en la medida de lo posible”.


Otros siguen con reparos,  siguiendo las exigencias de la ciudadanía, pero no osarían perder el seno que les ha dado tanto, solo hay que ajustar unas piezas y listo.


Ambos grupos de izquierdistas concertados están sumergidos en seguir y aumentar sus negociados económicos, donde pasan información y cargos, del sector privado al público, del público al privado.  Agarrar pega como sea, asegurar a la familia, en fin.  Su historia es larga: inventaron sus mamarrachos de partidos instrumentales (PPD). Renunciaron a lo que creyeron en su juventud, pues “el mundo había cambiado”. Se re-conocieron personas que venían del exilio, de la lucha popular, de las Federaciones Universitarias. Juntos vamos construyendo la “patria buena” a pasos agigantados, que no es otra cosa que seguir el sistema dictatorial y vender el país al mejor postor.

 

Este panorama fue observado en la vereda de enfrente, desde el gobierno de Aylwin, por generaciones de luchadores excluidos, ninguneados por los de corbatas italianas. La izquierda popular toda, sus bases y principalmente el Partido Comunista, no se sumó al banquete Neoliberal. En esos 20 años dando pelea, algunos de sus ex- militantes prefirieron pasar a la Concertación.  Gladys les dijo chao nomás.


Se resistieron a la llamada de los cargos; cantos de sirenas del continuismo Neoliberal.

 

Por ello, resulta muy polémica la estrategia del PC, que se suben a una micro destartalada, cuando otros hace tiempo se fueron “desconcertados”. Ymás aún en medio de una ciudadanía que empieza a sacar su voz.


El PC exhibe una táctica que no parece equivocada en su sustento práctico, tras haber constatado la derrota del camino recorrido. Sencillamente no se pudo con el “éxito” del duopolio, en tanto estos lograron “cambiar al país” (destrozando lo poco que quedaba de tejido social, asfixiando medios de comunicación).

 

En cambio, todos los esfuerzos del PC y los retazos de izquierda extraparlamentaria y humanista, resultaron poco alentadores. Fue imposible crear alguna plataforma de izquierda en todos estos años. Candidatos interesantes como Hirsch, fueron barridos. No les quedó otra que empezar a levantar el discurso de “el mal menor”.

 

Con la llegada de Piñera, el PC abandonó de su léxico la palabra antineoliberalismo, por el de “oposición para un gobierno de nuevo tipo”, convive con gente vomitiva como los Harboe, los Lagos, los Vidal.


Hoy los jóvenes dirigentes de la Jota, se pasean con los principales próceres del descalabro institucional que se devela de tanto en tanto.

 

Es un pragmatismo a ultranza, que busca desesperadamente cambiar desde adentro el recorrido de una micro que desde sus inicios, circula por la derecha. Hoy estas alianzas están condicionadas por andamiajes, relaciones familiares y económicas muy férreas. El Neoliberalismo posee leyes inamovibles, y en Chile, gracias a los genios José Piñera, Cáceres y Guzmán; todo cambio es extremadamente difícil.


Un complicado discurso de “estar y no estar”, donde confundiría profundamente si Camila Vallejo y otros dirigentes juveniles puedan liderar adhesiones para cualquier candidato “opositor”.

 

En el Estadio Nacional, Teillier entregó un magnífico discurso, que quizás representa el sentir de muchos chilenos.


Podrán mantener estas ideas con autoridad y aguantar los cachamales que vendrán?.

 

Víctor González

Comunicador Visual.

 

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