Con el sistema concertacionista de Créditos con Aval del Estado (CAE), entre 2006 y 2010 “se movieron” la friolera de 1.424 millones de dólares que, no hay duda, fueron a parar al bolsillo de los banqueros.
Los datos duros son tan evidentes —valga la redundancia— que generan, como se dice, una sana indignación. Pero bien sabemos que ésta no basta para cambiar el orden nefasto de la aparente fatalidad de las cosas: el que ciudadanos salgan perjudicados de injusticias flagrantes. En otros términos, que millones de asalariados de limitados recursos tengan que pagar y endeudarse para estudiar mientras que otros se enriquecen en toda legalidad.
Además, el 19 de julio pasado, la Cámara de Diputados había rechazado por 46 votos a favor y 45 en contra con una abstención, el informe sobre el lucro elaborado por la Comisión de Educación de la misma cámara que determinó que era una constatación que la práctica del lucro, ilegal por lo demás, estaría siendo ejercida por al menos 7 universidades.
Y si la universidad es de mala calidad, lo dijo el mismo Presidente Piñera en Tolerancia Cero, la responsabilidad es del consumidor de diplomas, es decir individual porque escogió mal; el Estado aquí no corta ni pincha ni entrega buena información. Entendámonos, el Estado, sus ministros-empresarios-managers, distorsionan el mercado, para lucrar. Ese es el modelo neoliberal que los liberales quieren preservar. El mercado manda en la sociedad y todo debe plegarse a sus exigencias, tanto el conocimiento como la cultura.
Como si fuera poco, la Cámara de Diputados rechazó en dos oportunidades el pedido de investigar la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), el organismo encargado de acreditar la calidad de las carreras ofrecidas por las universidades privadas. La Concertación se oponía a pie juntillas (1). Este es un elemento que termina por correr definitivamente el velo sobre la inoperancia de la institucionalidad parlamentaria actual.
Más indignante no puede ser. En la entidad supuestamente controladora de calidad (la CNA) opera una mafia que lucra con el poder de conceder certificados para que la industria de los diplomas universitarios genere pingües ganancias a sus propietarios vía una maniobra contable donde ellos mismos se arriendan los establecimientos en los cuales se hacen clases o instalan sus oficinas. Todo es posible debido a la institucionalidad neoliberal y a una red de contactos en el mundo político-empresarial de la Alianza y de la Concertación, tal como lo hemos visto en el caso del ex ministro de justicia Teodoro Ribera (RN y protegido de Carlos Larraín) y del PPD Luis Eugenio Díaz.
Este último (Díaz) es un caso aparte, pero ilustrativo del espíritu de una época que debe cerrarse. El del cinismo político como modo de vida de una elite corrupta. De militante de los DDHH (IC y PPD), en los años duros de la Dictadura, Díaz se recicló en el negocio de la educación universitaria neoliberal con compinches de la elite empresarial-universitaria. No hay mejor ejemplo del triunfo de la ideología neoliberal en el plano valórico. “Todo lo sólido se desvanece en el aire”(2), la honestidad y la probidad en primer lugar cuando se choca con el peso del dinero y la lógica de la mercancía. Signo de los tiempos que nos muestra el grado de desintegración de una casta política indiferenciada. No hablemos de ética. Esta es el refugio retórico de un mundo donde la transparencia no existe porque es imposible en el contexto de un país de opacidad mediática, dominado por el tráfico de influencias de los poderosos y de miseria política evidente debido al cerrojo a fuerzas antisistémicas que constituye el binominal.
Hablemos de política.
¿Qué hacer entonces? ¿Cómo generar los cambios necesarios? ¿Cómo oponerse al poder fragmentador de la ideología neoliberal bombardeada día a día en las subjetividades? ¿Cómo reapropiarse de la consigna aysenina “tu problema es mi problema”?
Es un hecho. Los estudiantes no han logrado pasar a un nivel superior de organización y luchas para desembarazarse de un sistema que genera lucro, endeudamiento y rebaja la educación al rango utilitario de mercancía. Y sin embargo ellos sí tienen todas las condiciones éticas y políticas de su lado para convocar a la sociedad entera a cambiar de fondo un mal modelo educativo. La debilidad salta a la vista: los líderes y militantes estudiantiles actúan separados. Ayer algunos corrían alrededor de la Moneda y otros ocupaban la sede del organismo corrupto.
Cabe mencionar que a sólo algunos kilómetros de distancia de estas demostraciones aisladas del descontento estudiantil del 19 de diciembre, cientos de trabajadores y ciudadanos marchaban para exigir el término de las AFP; otras, en pequeños sindicatos manifestaban también aisladas en acciones relámpagos contra los despidos en la JUNJI acusada de nepotismo; el pasado jueves 20, también por su lado, los Familiares de los Presos Políticos Mapuche CAM, presos y en huelga de hambre desde el 14 de noviembre, convocaron a una movilización solidaria y, los pescadores artesanales prometen movilizarse el 4 de enero contra la recién aprobada Ley de Pesca que le entrega la explotación del mar a 7 grupos privados.
Luchas dispersas contra el mismo sistema, pero aisladas y débiles. Sin real dinámica unitaria.
¿No aconseja en estos casos, tanto la razón como la voluntad, construir espacios de diálogo de los movimientos y organizaciones y de convergencia de las luchas para ir forjando la fuerza social necesaria para los cambios que los de arriba no harán nunca puesto que lo que hacen siempre en estos casos es succionar la fuerza de la dinámica social para dejar exhausto al movimiento popular y, en ese espacio vacío de fuerzas y energías fragmentadas, aterrizar al líder providencial que como bien sabemos defraudará las esperanzas de cambio y provocará una vez más el sentimiento de derrota (“siempre es lo mismo”, “se repite el cuadro”) en el pueblo y el de fuerza en la elite dominante?
Para crear un círculo virtuoso hay que auto-convocarse en un frente social de lucha unitario antineoliberal y por los cambios.
¿Quiénes?
Los que aún luchan dispersos.
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(1) elmostrador.cl informa que: “Al tercer intento se logró que la comisión de Educación se transformara en investigadora del rol de la fiscalización ejercida por la CNA, lo que fue liderado por parlamentarios de la Alianza. Desde la Concertación el tema CNA saca ronchas por los vínculos de Díaz con el conglomerado.”
(2) “Tout ce qui était solide, bien établi, se volatilise, tout ce qui était sacré, se trouve profané et, à la fin, les hommes sont forcés de considérer d’un œil détrompé la place qu’ils tiennent dans la vie, et de leurs rapports mutuels”. Le Manifeste communiste (Marx, Flammarion, Paris, 1963, p. 164).