Entre los días 26 y 28 de Enero de 2013 se realizará en Santiago de Chile la Cumbre Unión Europea – CELAC. En dicha Cumbre estarán representados todos los gobiernos de la Unión Europea y de America Latina y el Caribe asociados a la CELAC. En ese contexto se realizará la reunión del CELAC ocasión en que el Gobierno de Chile cederá la coordinación del bloque regional al Gobierno de Cuba.
Los gobiernos participantes han decidido colocar las inversiones como tema central de discusión de las reuniones de Santiago bajo el título “Alianza para el Desarrollo Sustentable: Promoviendo Inversiones de Calidad Social y Ambiental”.
Un conjunto de organizaciones sociales que hemos estado comprometidos en los diversos procesos sociales globales, nos hemos coordinado con el fin de desarrollar simultáneamente una Cumbre de los Pueblos por la justicia social, la solidaridad internacional y la soberanía de los pueblos. El objetivo es situar en el centro de la discusión las demandas y propuestas de los pueblos, el carácter y contenidos de la cumbre oficial y otros temas que preocupan y afligen a nuestras sociedades.
Esta Cumbre de los Pueblos recogerá los acuerdos y avances de los Foros Sociales y Cumbres de los Pueblos que se han desarrollado en ocasiones anteriores y que se instalan como voz alternativa a las cumbres oficiales que se desarrollan en el mundo, como la más reciente de ellas la Cumbre de los Pueblos Río+20.
Las organizaciones abajo firmantes convocan a otros movimientos sociales, populares y políticos del país y de ambos continentes a organizar la Cumbre de los Pueblos de América Latina, el Caribe y Europa del 26 al 28 de enero de 2013 en Santiago de Chile.
La Cumbre será un encuentro fraterno y de paz y amistad entre las organizaciones sociales de ambos continentes, lo que nos permitirá continuar fortaleciendo los procesos de integración de los pueblos y la lucha contra los acuerdos libre comercio; campañas impulsadas desde las Cumbres los Pueblos y Foros Sociales de Porto Alegre, Mar del Plata, Córdoba, Cochabamba, Asunción y Santiago, así como las de Salamanca, Montevideo y Madrid, entre otros.
En esta oportunidad la Cumbre de los Pueblos tendrá lugar en medio de la peor crisis económica y financiera mundial desde los años treinta del siglo pasado, y que se está descargando particularmente sobre las espaldas de los pueblos y no de sus verdaderos culpables. La preocupante profundización de la crisis a causa del fracaso de las políticas de ‘austeridad’, en particular en la zona europea, así como la evolución política en América Latina y el resto del mundo, exigen una respuesta conjunta de nuestros pueblos. Desde nuestra común realidad demandamos una respuesta alternativa al descalabro económico-financiero del actual modelo neoliberal y a replantear las relaciones entre ambos continentes.
En ese sentido, este encuentro debe convertirse en una oportunidad para cuestionar y develar las distintas dimensiones de la crisis y los intentos gubernamentales de utilizar la inversión de capitales europeos en nuestra región como un camino de salida a la crisis, en un periodo en que los pueblos de la región se rebelan contra el modelo extractivista depredador y desigual. De allí la necesidad de evaluar los efectos de tales inversiones y más ampliamente de los Tratados de Libre Comercio (TLC), especialmente en lo relativo al medio ambiente, las inversiones y al mundo laboral; así como la gran inequidad social que castiga a nuestras sociedades. Es preciso revisar las llamadas cláusulas laborales, ambientales y otras similares, junto al rol que debe desempeñar el mundo social. Muchos de estos problemas ya han sido puestos en evidencia en las movilizaciones sociales ocurridas en ambos continentes en defensa de la educación, los recursos naturales y los derechos laborales, entre otros.
Las organizaciones abajo firmantes, llaman a construir un nuevo tipo de relación entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe, basado en la primacía de los derechos de la ciudadanía y el respeto a la soberanía de las naciones. Por lo mismo, no podemos aceptar que la crisis detonada por el sistema financiero transnacional sea descargada sobre los hombros de los pueblos de ambos continentes. Este encuentro debe exigir el término de las políticas de ajuste y austeridad e igualmente un cambio en la naturaleza de las relaciones entre ambos continentes y el replanteamiento de la arquitectura financiera internacional.
Los pueblos de nuestros continentes exigen justicia social y un modelo de desarrollo sostenible que garantice plenamente los derechos políticos y democráticos, así como los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales de la ciudadanía. Es por ello que en la Cumbre de los Pueblos nos proponemos discutir las principales demandas que la movilización social ha exigido masivamente en las calles de nuestros continentes.
Durante los días de la cumbre, y en paralelo a las reuniones oficiales, nos proponemos organizar discusiones en diversos ejes temáticos que recojan nuestras aspiraciones y propuestas. Junto a lo ejes temáticos nos proponemos dar cabida a las múltiples actividades auto gestionadas que surjan desde las organizaciones participantes.
Los ejes temáticos deberán incluir nuestra visión sobre la democracia y la participación ciudadana, sobre los bienes comunes, públicos, la naturaleza y la Madre Tierra, sobre la integración, las inversiones y el comercio, sobre la democratización de las comunicaciones, sobre la gobernanza global y el modelo de desarrollo imperante.