México DF.- En entrevista con Clarín.cl Javier García, periodista cultural, habla de la exclusiva que publicó en La Nación Domingo, cuando Rosita Núñez le confesó las sospechas que tenía Matilde Urrutia sobre la muerte de Neruda: “Mi tía Rosita Núñez es muy reservada y siempre lo fue en relación a su vínculo con Neruda. Ella veía el trato con el poeta como parte de su trabajo y nada más. Obviamente se creó una relación afectiva, pero con la muerte de Neruda sólo queda el recuerdo”. Sin embargo, la Policía de Investigaciones no cuestionó a la enfermera de Neruda sobre sus declaraciones a La Nación, afortunadamente el periodista chileno conserva el audio en formato digital y el citado reportaje fue integrado al expediente judicial para esclarecer el presunto asesinato de Neruda.
MC.- En “La soledad del capitán”, publicaste las dudas que tenía Matilde Urrutia sobre la muerte de Neruda, cito tu entrevista a Rosita Núñez: “Un verano de 1975, la señora me vino a visitar. Me dijo que sospechaba que a su marido lo habían matado en la clínica, posiblemente con alguna inyección” (18/09/2005). ¿Cuándo volviste a leer la noticia del presunto asesinato de Neruda?, ¿te acordabas de las palabras de Rosita Núñez?
JG.- Sin duda. Era un tema cercano. El misterio de su muerte cuando parecía todo resuelto. Sin embargo, no imaginaba que se abriría una investigación. Ahora, si no me equivoco esto ocurrió con el interés que presentó el Partido Comunista, que quizá vio una oportunidad de seguir ensalzando a uno de sus mártires. Hubiese preferido, que el gobierno se hubiese interesado en el tema, y no, como cae de cajón un partido, donde Neruda militó.
MC.- ¿Quién te presentó a la enfermera de Neruda?, ¿fue fácil ubicar a Rosita Núñez y convencerla para que te concediera la entrevista?
JG.- Rosita Núñez es hermana de mi abuela. Convencerla fue un poco complicado, pero la cercanía familiar ayudó.
MC.- ¿Has vuelto a conversar con Rosita Núñez?, ¿conservas el audio de tu entrevista en formato MP3?
JG.- Sí, conservo la entrevista, es una cinta, ya que registré la conversación con una grabadora. Las pocas veces que he vuelto a ver a Rosita, después que la entrevisté, es porque nos hemos encontrado en la avenida principal de El Tabo, balneario del Litoral Central, donde ella vive. Esto, por dos cosas: yo ya no viajo tanto para allá, porque trabajo y tengo mi familia en Santiago y porque murió hace un tiempo mi abuela: el nexo más cercano con Rosita, que por lo demás siempre ha sido muy reservada. Nunca tuve una relación fluida con ella. Sabía quién era y sobre todo de su trabajo incondicional, como enfermera, en la Posta de El Tabo.
MC.- ¿Sabías que Rosita Núñez no quiere recibir a ningún periodista?, ¿qué indica el descuido de la Policía de Investigaciones al no preguntarle sobre la declaración central de tu nota?
JG.- Como te comentaba ella es muy reservada y siempre lo fue en relación a su vínculo con Neruda. Ella veía el trato con el poeta como parte de su trabajo y nada más. Obviamente se creó una relación afectiva, pero con la muerte de Neruda sólo queda el recuerdo.
MC.- En “Oda al dinero” escribiste: “El día 22 septiembre de 1973, Juan Agustín Figueroa llegó a la clínica la Clínica Santa María” (09/07/2006). ¿Qué piensas al saber que después de leer tus dos reportajes el juez Mario Carroza llamó a declarar a los personajes centrales de ambas notas?
JG.- Mientras hayan aportado a la causa judicial, y si esa causa va en busca de una verdad que no se conoce, me parece bien.
MC.- ¿Te interesaría cubrir la noticia de la posible exhumación de Neruda?, ¿le solicitarías una entrevista al juez Mario Carroza?, ¿iniciarás otras investigaciones nerudianas?, ¿o el tema está agotado?
JG.- No es que el tema esté agotado. Lo encuentro interesante, pero me motivaría más si la justicia se preocupara con real interés y dedicación a encontrar a los Detenidos Desaparecidos de la dictadura militar. Nunca juzgaron a Pinochet, menos a quienes andan libres aún y que fueron cómplices de crímenes. Tampoco creo que -no sé si mataron a Neruda o no- el caso sirva como antecedente para que se habrán otras causas. Es falso. La justicia es la misma y el próximo año se cumplen 40 años del Golpe de Estado y los familiares de Detenidos Desaparecidos se mueren sin haberse despedido como corresponde de sus seres queridos.
MC.- Por otra parte, el presidente vitalicio de la Fundación Neruda te dijo: “se conservaban borradores de las ideas primitivas de Pablo con respecto a la fundación” (09/07/2006). Javier, ¿compartes la idea de que la última voluntad de Neruda es “primitiva”?, ¿estudiaste los Estatutos de Cantalao?
JG.- No estudié los Estatutos.
MC.- Le preguntaste al titular del despacho Figueroa & Asociados: “Don Agustín, ¿qué cree usted que pensaría Neruda de las inversiones que se han hecho en la empresa de propiedad de Ricardo Claro?” (09/07/2006). El mejor amigo de Neruda, Francisco Velasco fue torturado en “El Lebú”, barco propiedad de Ricardo Claro. ¿Qué diría Neruda?, ¿cuál es tu conclusión sobre la inversión del copyright de Neruda que todavía está vigente en Cristalerías Chile?
JG.- Lo más probable es que cuando Agustín Figueroa muera sea reconocido como el salvador del legado nerudiano. Le harán varios homenajes, imagino, pero sobre todo estos vendrán del mundo empresarial.
MC.- Después de la clausura de la edición impresa, “La Nación online” retomó tus reportajes, pero ignoró el nombre del autor, ¿firmaste alguna cláusula en el contrato que los autoriza a eliminar el copyright de tus investigaciones?, ¿o es la nueva política editorial impuesta por Piñera para La Nación?
JG.- Cuando La Nación cerró en formato papel, el sitio en Internet cambió de diseño. Yo reclamé en su momento porque los textos de archivo aparecen aún sin crédito del periodista que los hizo. Dijeron que fue un “error” de diseño, que se repararía. Eso aún no ocurre.
MC.- Finalmente, después de la clausura del periódico “La Nación”, ¿dónde estás escribiendo?, ¿dónde encontraron trabajo tus colegas de la sección Cultura?
JG.- Estoy trabajando en el diario La Tercera, desde hace más de un año. Mis ex compañeros, algunos están en este diario, otros se fueron a El Mercurio, otros a revistas, otros están cesantes.