Muy interesante fue la respuesta de Josefa Errázuriz, flamante alcaldesa de Providencia, al llamado de felicitación que le realizó la funcionaria ONU, Michelle Bachelet: “la política que hoy requiere Chile es participación ciudadana, integración ciudadana” es decir, discusión, debate, suma y no resta.
Asimismo, la propia Errázuriz manifestó en entrevista a TVN, que ella no votaría por Bachelet, si no por quien presente el mejor Programa Presidencial, respecto a ítemes que han asaltado la agenda, gracias a la actividad épica de diversos actores sociales, que detonaron con el inicio de la movilizaciones de los estudiantes. ¿Puede ser una discusión pueril, siendo la ex-presidenta, la carta-salvación opositora?.
No, pues los sectores más organizados saben que debe tener vital importancia la figura del Programa de Gobierno.
Esta actitud decidida da cuenta de la inteligencia de una ciudadana importante comunalmente, y de muchos dirigentes estudiantiles y de izquierdas, pero ¿supondría la exigencia de Programa y la discusión en las bases de éste, un cambio de la forma de hacer política en Chile, un término del marketing y explotación de la imagen “apolítica”.?
Sin duda, es un importatísimo signo de procesos quizás más maduros en lo futuro en términos de estrategias políticas, como pueden ser desde la óptica del trabajo paciente, la victoria y respuesta a Nueva York de la alcaldesa de Providencia.
Pero en modo alguno será la tónica.
Abundarán las sonrisas fáciles, lo “afectivo”, la “cercanía”. Pues aunque esta candidatura de Providencia puede generar mucha luz, aún hay infinitas parcelas de poder inamovible y de actitudes sembradas en el pueblo, pacientemente por la Concertación y la Alianza.
Es el Ser “apolítico” que como sujeto-sistema de pensamiento, fue brillantemente establecido einternalizado en millones de chilenos. Pan y circo, o más circo que pan…Incluso la alta abstención de la pasada elección de Alcaldes y Concejales está más cerca de esta cultura, que de una abstención consciente y madura y como forma de protesta.
Se equivocan quienes ven en la abstención una actitud pensada; más bien se trata de miles de posturas y opiniones negativas acerca de los políticos, profundamente válidas; pero que no logran crear un lugar en la vida nacional, en efecto, es imposible crear Movimiento “abstencionista”, pues de inmediato se exige la propuesta… Del Ser “abstencionista” a buscar una idea de país… no existen puentes.
En ese contexto no es raro que, iniciada ya la batalla por la Piocha de O’Higgins, abunde el Marketeo y la Chimuchina, con el apoyo de LUN y el duopolio, presto a borrar la sola idea de crisis institucional; y así será, pues millones acudirán a votar las Presidenciales, quizás más encandilados con promesas y posturas físicas burdas que un ejercicio serio y analítico.
Cabe a los líderes y movimientos, más lúcidos la exigencia de que El Programa Político, sea realmente lo que se debata. Marco Enríquez Ominami ya tiene dicho instrumento, sectores de la lista “Por un Chile Justo”, ya han elaborado ideas bases para establecer puntos de referencia; sin duda, concurrirán más Organizaciones con su Carta de Navegación, más o menos nítida. La derecha deberá pronunciarse…
La misión del sistema es obstruir toda idea de debate, de superación, aunque mínima del actual estado de cosas. La misión del Pueblo-País, de sus estudiantes y dirigentes, debe ser la instalación de las múltiples ideas, que se han ido instalando en su seno; para que los “Presidenciables” sean probados.
Por supuesto, la ciudadanía tiene múltiples formas de expresión; pero viendo el Chile de los últimos años, la participación política y la exigencia de cambios no van a pasar por la calle. Sin duda es un elemento importantísimo, como se ha visto, hace pocos meses en nuestra patria; es la primera llama, pero no es lo esencial.
Esta aseveración tiene correlato práctico y nítido, en la actual crisis de dirección de los estudiantes; y los millones de chilenos que siguen soñando en la tarjéta de crédito, el último celular o la simple susbsistencia diaria…
Hoy es necesaria una batalla de ideas e incorporar a millones a ese debate. De no ser posible, se impondrá el “rostro”, carente de sustento y sustancia, pero atractivo, demasiado atractivo.
Víctor González
Comunicador