Madrid.- Decenas de miles de personas recorrieron las calles del centro de Madrid para denunciar los estragos de las medidas del gobierno contra la crisis económica y concluir así con un nuevo cerco al Parlamento español, el quinto en un mes y en el que se volvió a exigir la dimisión del actual gobierno, del conservador Mariano Rajoy, y la apertura de un proceso constituyente.
La protesta transcurrió sin incidentes y a lo largo de más de cuatro horas se gritaron consignas contra el modelo económico y contra la clase política española, en especial contra el jefe del Estado, el Rey Juan Carlos.
Al grito de no tenemos miedo y muchos diputados, millones de parados (desempleados), la plataforma del 25S –la responsable de organizar las protestas para cercar el Congreso de los Diputados– reunió a más de 30 mil personas, según los convocantes, y tres mil, según la delegación del gobierno.
Los manifestantes expresaron su preocupación y malestar por la situación económica del país y que las medidas adoptadas hasta ahora perjudiquen sobre todo a los más desfavorecidos, al mismo tiempo que se recortan importantes servicios públicos y se mutilan programas de asistencia social.
España está en recesión y así continuará hasta finales del 2013, según la previsión del gobierno, que augura que en el 2014 se iniciará un nuevo periodo de crecimiento. Mientras tanto el país registra los peores y más preocupantes índices de desempleo, un 25,014 por ciento, según la Encuesta de la Población Activa (EPA). Es decir alrededor de cinco millones 770 mil personas, entre las cuales habría un millón 700 familias con todos sus miembros en el desempleo. Y, para más indignación de la juventud, uno de cada dos menores de 21 años están sin trabajo.
En noviembre de 2011 cinco millones estaban sin empleo, cuya tasa se ubicaba en 21.4 por ciento; en un año la desocupación aumentó 3.6 puntos porcentuales y se ubica en la más alta de todos los países industrializados.
La oleada de movilizaciones sociales que ante los estragos de la crisis piden dimisión ocurre un año después de las elecciones anticipadas, mediante las que Rajoy llegó al poder, tras prometer a los españoles que no aumentaría impuestos ni haría recortes que agravaran los estragos de la crisis. Sin embargo, una vez en el gobierno, ha aplicado fuertes ajustes en el gasto social además de una reforma laboral para abaratar el despido.
El último informe sobre el desempleo se conoció la pasado semana, justo cuando se aprobó en el Parlamento, gracias a la mayoría absoluta del derechista Partido Popular (PP), los presupuestos generales del Estado para el 2013 y que contemplan gastar solo en deuda público más de 34 mil millones de euros.
Precisamente los manifestantes que acudieron al llamado de la plafaforma del 25S iniciaron las movilizaciones el pasado miércoles, con una protesta en las inmediaciones del Congreso con el objetivo de rodearlo y llevar hasta la sede del poder legislativo una serie de propuestas decididas en asambleas ciudadanas.
Pero la protesta central de la organización civil estaba prevista para este sábado, en el que decenas de miles de personas recorrieron la céntrica Gran Vía hasta el costado inferior del Parlamento, en el Paseo del Prado, detrás de una pancarta en el que se exigía la devolución de los presupuestos y la apertura de un proceso constituyente para elegir a un nuevo gobierno, al considerar que el actual había perdido la legitimidad que había ganado en las urnas al desarrollar desde su llegada al poder un programa diametralmente opuesto con el que se presentó a los comicios.
No debemos, no pagamos, Esta crisis no la pagamos, España mañana será republicana y no tenemos miedo, fueron algunas de las consignas más coreadas durante la protesta, en la que también se guardó un minuto de silencio a las puertas del Parlamento para recordar a todas las víctimas de la crisis, en especial a dos ciudadanos españoles que esta semana fueron protagonistas involuntarios: uno, por suicidarse en el patio interior de su vivienda cuando iba a ser lanzado de su casa por una deuda bancaria y otro más porque decidió tirarse al vacío cuando una comisión judicial le iba a desalojar de su casa, también por una deuda con el banco.
En Barcelona, más de 50 mil personas, según los convocantes, se manifestaron contra los recortes educativos en la región y exigieron además a las autoridades centrales y autonómicas que retiren las medidas de aumento de las matrículas para los universitarios. Además se denunció la reducción de todos los apoyos públicos en materia educativa, incluido las becas de comedor -que en el caso de miles de niños supone la único comida al día- y las becas de estudio, así como los recursos públicos para financiar proyectos de investigación y desarrollo.